CROI 2010: Cuarto Boletín

Xavier Franquet y Juanse Hernández, desde San Francisco (EE UU), y Francesc Martínez, desde Barcelona
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La Noticia del Día ofrece, desde San Francisco (EE UU), lo más destacado de la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI).

Se presentan datos sobre la gripe A en pacientes con VIH de Barcelona

Xavier Franquet

Esta edición de la conferencia ha contado con una sesión oral dedicada enteramente al tema de la gripe A y el VIH. Se ha hablado de la interacción entre ambas infecciones, de las distintas vacunas probadas y de la inmunidad que se consigue en personas con VIH y en poblaciones específicas, como niños o mujeres embarazadas con el virus de la inmunodeficiencia humana.

Una de las presentaciones corrió a cargo de Esteban Martínez, del Hospital Clínic de Barcelona (España). El trabajo expuesto partió de la cuestión relativa a si las personas con VIH tenían o no un mayor riesgo de contraer la gripe A.

Para ello, se usaron los datos de los pacientes adultos (mayores de 16 años) que se presentaron en dicho centro hospitalario –entre abril y diciembre de 2009– con alguna enfermedad respiratoria aguda y que, según el protocolo de actuación, se sometieron a pruebas de frotis nasofaríngeos para descartar la infección por el virus H1N1 (gripe A).

Se trata de un estudio de tipo caso-control: por cada persona con VIH diagnosticada de gripe A, se escogió aleatoriamente como controles a tres adultos sin VIH también diagnosticados de la infección por el virus H1N1.

De 2.106 adultos a los que se les realizó la prueba, un total de 567 (27%) sin VIH y 56 (3%) con VIH tuvieron un diagnóstico confirmado de gripe A. En ambos grupos, hubo dos momentos álgidos en cuanto al número de diagnósticos: los meses de agosto y noviembre.

En comparación con las personas sin VIH diagnosticadas, aquéllas con VIH eran mayoritariamente hombres, de mayor edad y también más fumadores, lo que concuerda, como dicen los autores, con un perfil representativo de los pacientes seropositivos que acuden a dicho centro.

Entre las personas con VIH, el 30% tenían o habían desarrollado acontecimientos definitorios de sida, y el 9 y el 30% mostraban un recuento de CD4 por debajo de 200 células/mm3 y de 200 a 500 células/mm3, respectivamente, en el momento del diagnóstico, pero el 95% tenían carga viral indetectable.

Los síntomas clínicos fueron similares entre ambos grupos excepto los de tipo digestivo, que tuvieron lugar más frecuentemente entre las personas con VIH (37% en comparación con 18%, p= 0,004). La neumonía (9% frente a 25%, p= 0,01) y el fallo respiratorio (9% frente a 21%) fueron menos habituales entre las personas seropositivas. Se dio la circunstancia de que todas aquellas personas con VIH que presentaron neumonía eran o habían sido usuarias de drogas inyectables.

CROI 2010: Esteban Martínez ofreció datos sobre impacto de la epidemia de gripe A en pacientes con VIH de Barcelona (foto: gTt)

Tampoco hubo diferencias en cuanto a las infecciones bacterianas diagnosticadas entre los pacientes con y sin VIH (7% y 8%, respectivamente). Según explicó Esteban Martínez el viernes en rueda de prensa, éste constituye un buen marcador de la gravedad de la gripe, y el hecho de que las cifras sean similares entre personas con y sin el virus de la inmunodeficiencia humana es una buena noticia.

Respecto al tratamiento para la gripe A, oseltamivir fue administrado más a menudo entre las personas con VIH (95% frente a 71%, p= 0,003). En cambio, el tratamiento con antibióticos fue parecido (52% frente a 49%).

Las complicaciones después del diagnóstico se produjeron en porcentajes similares entre pacientes con y sin VIH (12% y 11%, respectivamente). Murieron dos personas sin VIH y ninguna con VIH.

Cabe destacar también que la gripe A no tuvo impacto en el curso de la infección por VIH. La mediana en los recuentos de CD4 de las personas con VIH fue parecida en el momento del diagnóstico y unas 4 ó 6 semanas después (583 frente a 466 células/mm3). Lo mismo ocurrió con la mediana de la carga viral, con un valor constante de 1,7log10 copias/mL de ARN del VIH.

Fuente: Elaboración propia.
Referencia: Martínez E, Marcos M, Hoyo I, et al. H1N1 Virus Infection in HIV+ Adults. 17th Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections. February 16-19, 2010. Abstract 802LB.

La presencia de una variación genética se asocia con la respuesta al tratamiento de la hepatitis C

Juanse Hernández

Durante esta edición de la CROI, varias presentaciones han abordado cómo la presencia de una variación genética podría predecir la respuesta al tratamiento del virus de la hepatitis C (VHC). La identificación de este polimorfismo tiene importantes implicaciones en la práctica clínica; dado que la respuesta a la terapia anti-VHC es más baja en personas coinfectadas que en aquéllas que sólo tienen VHC, y como los pacientes toleran con dificultad el tratamiento actual basado en la combinación de interferón pegilado y ribavirina, es crucial la identificación de mejores factores pronóstico de respuesta al tratamiento que ayuden a médicos y pacientes a tomar decisiones sobre al inicio de la terapia anti-VHC.

En este sentido, hace poco se descubrió que la presencia de un polimorfismo genético localizado cerca del gen IL28B (rs12979860) se asocia estrechamente con la respuesta al tratamiento con interferón pegilado y ribavirina en personas monoinfectadas con genotipo 1 del VHC. Los estudios presentados en esta edición de la CROI han explorado si la presencia de este polimorfismo predice también la respuesta al tratamiento en personas coinfectadas por VIH y VHC, independientemente del genotipo viral.

Un estudio presentado por investigadores del Hospital Carlos III de Madrid (España) evaluó a un grupo de 198 pacientes coinfectados que completaron el tratamiento contra el VHC, de los cuales 106 obtuvieron una respuesta virológica sostenida (RVS) y 92 no respondieron al tratamiento. La tasa general de RVS en este grupo de pacientes fue de un 46%.

Los participantes dieron su consentimiento informado para que se les pudiera realizar la prueba genética que identifica la presencia del polimorfismo. De los 198 pacientes, se incluyeron 164 en el análisis final (90 con RVS y 74 no respondedores). La distribución de genotipos del VHC fue la siguiente: genotipo 1 en un 58% de los pacientes, genotipo 3 en un 31% y genotipo 4 en un 11%. Los resultados ponen de manifiesto que la tasa de respuesta virológica sostenida fue significativamente más elevada en personas que presentaban el polimorfismo (genotipo CC) que en aquéllas que no lo mostraban (genotipo CT/TT) en todos los genotipos del VHC:Imagen: Tabla genotipos CC, CT/TT

Los investigadores señalan que un análisis multivariable mostró que el genotipo CC fue un factor pronóstico claro de respuesta virológica sostenida (cociente de probabilidades [CP]: 3,4; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 1,4-7,9; p= 0,006), independientemente de otros factores pronóstico bien conocidos, como por ejemplo el genotipo 3 del VHC (CP: 8,1; IC95%: 3,0-21,7; p <0,0001), ARN del VHC basal en suero inferior a 600.000 UI/mL (CP: 13,9; IC95%: 3,9-48,1; p <0,001) y un estadio de fibrosis inferior a F3-F4 (CP: 3,4; IC95%: 1,3-9,2; p= 0,016).

Sobre la base de estos resultados, el equipo de investigadores indica que el uso de una prueba genética que detecte la presencia de este polimorfismo podría desempeñar un papel fundamental a la hora de tomar decisiones clínicas sobre el manejo de la hepatitis C en personas coinfectadas.

Otro estudio presentado en la misma sesión y que tenía igualmente como objetivo evaluar si la presencia del polimorfismo podría predecir la respuesta al tratamiento de la hepatitis C en personas coinfectadas ha mostrado resultados algo distintos.

En él, un grupo multicéntrico de investigadores internacionales determinó la presencia del polimorfismo en 183 personas coinfectadas por VIH y VHC que habían recibido tratamiento para el virus hepático: 118 con hepatitis C crónica y 65 con infección aguda por VHC. Los investigadores compararon las tasas de respuesta virológica sostenida estratificadas por genotipos en el polimorfismo rs12979860 (CC frente a CT/TT). El estudio contó también con un grupo control formado por 137 personas sanas y 199 monoinfectadas sólo por VHC.

Los resultados de este análisis evidencian que los participantes coinfectados por VIH y VHC con el genotipo CC tuvieron tasas de respuesta virológica sostenida significativamente más elevadas que las personas con genotipos CT/TT: 58,1% frente a 40,6%, de manera respectiva; p= 0,041. Sin embargo, según los autores del estudio, este efecto fue estadísticamente significativo sólo en personas con VIH con hepatitis C crónica (50% frente a 29%; p= 0,04), pero no en los pacientes con infección aguda por VHC (73,3% frente a 60%; p= no significativo).

Por este motivo, los investigadores de este estudio concluyen que, en personas coinfectadas por VIH y VHC, el polimorfismo genético IL28B tiene sólo un efecto limitado sobre la eliminación de la hepatitis C inducida por el tratamiento, a diferencia de lo que se observa en personas sólo monoinfectadas por VHC.

A pesar del contraste entre los resultados de los dos estudios, la identificación de este polimorfismo contribuye a una mejor comprensión de los factores relacionados con la respuesta a la terapia frente al VHC. Futuros estudios sobre esta línea de investigación necesitarán profundizar más en otros aspectos, como por ejemplo si la presencia del polimorfismo predice también la respuesta a los nuevos tratamientos contra la hepatitis C que están siendo desarrollados en la actualidad.

Fuente: Elaboración propia.
Referencia: Rallón N, Naggie S, Benito J, et al. Strong Association of a Single Nucleotide Polymorphism Located Near the Interleukin-28b Gene with Response to Hepatitis C Therapy in HIV/HCV Co-infected Patients. 17thConference on Retroviruses and Opportunistic Infections. February 16-19, 2010. San Francisco. Abstract 165LB.

Nattermann J, Vogel M, Baumgarten A, et al. Genetic Variation in IL28B and Treatment-induced Clearance of HCV in HCV/HIV Co-infected Patients. 17thConference on Retroviruses and Opportunistic Infections. February 16-19, 2010. San Francisco. Abstract 164.

Progresión del VIH y mortalidad no asociada al hígado en personas coinfectadas que responden al tratamiento anti-VHC

Juanse Hernández

Es bien sabido que la infección por VIH modifica la historia natural de la infección crónica por VHC, provocando una progresión más rápida de la fibrosis y el desarrollo de cirrosis y enfermedad hepática terminal. Varios estudios han mostrado con anterioridad que, en personas coinfectadas por VIH y VHC, conseguir una respuesta virológica sostenida (RVS) al tratamiento contra la hepatitis C reduce a medio y largo plazo el riesgo de desarrollar complicaciones hepáticas y de muerte asociadas al hígado. En esta edición de la CROI, un equipo de investigadores españoles ha presentado los resultados de un estudio que evaluó el impacto a largo plazo de la erradicación del VHC a través del empleo de interferón pegilado y ribavirina sobre la progresión del VIH y la mortalidad no asociada a enfermedad hepática.

Los resultados han sido presentados por Juan Berenguer, del Hospital Universitario Gregorio Marañón en Madrid (España), en nombre del equipo responsable del ensayo GESIDA 3603, un estudio de cohorte que incluye a pacientes coinfectados por VIH y VHC que iniciaron tratamiento contra este virus hepático entre enero de 2000 y julio de 2007 en veinte centros hospitalarios españoles.

Foto: CROI 2010: Juan Berenguer en la rueda de prensa (foto gTt)

Los investigadores recopilaron datos demográficos, clínicos, virológicos (sobre el VIH y VHC) y de laboratorio. Además, para cada paciente se evaluó la respuesta virológica sostenida (RVS), definida como ARN del VHC indetectable en suero 24 semanas tras la interrupción del tratamiento con interferón pegilado y ribavirina. Asimismo, se tuvieron en cuenta los siguientes criterios de valoración: complicaciones asociadas al hígado, al VIH y mortalidad como consecuencia de problemas en el hígado, del sida y por otras causas distintas.

De las 1.428 personas coinfectadas por VIH y VHC incluidas en el estudio, un 36% (n= 520) lograron una RVS al tratamiento para la hepatitis C frente a un 64% (n= 908) que no consiguieron responder a la terapia. Después de una mediana de seguimiento de 46,6 meses tras la interrupción del tratamiento, los investigadores hallaron que, en comparación con los pacientes que habían alcanzado una RVS, en los no respondedores se daba no sólo una frecuencia significativamente más elevada de complicaciones hepáticas y de muertes asociadas al hígado, sino también una frecuencia significativamente más elevada de nuevos acontecimientos definitorios de sida y mortalidad relacionada con enfermedad hepática.

A pesar de que ambos grupos de pacientes coinfectados (no respondedores y respondedores) consiguieron inhibir de forma completa la replicación del VIH durante el período de seguimiento, la proporción de pacientes con inmunodepresión grave fue más elevada en el grupo de no respondedores que en el de pacientes que habían tenido una RVS al tratamiento anti-VHC.

Según los investigadores, sus hallazgos sugieren que la erradicación de la hepatitis C después del tratamiento con interferón pegilado y ribavirina en personas coinfectadas reduce no sólo las complicaciones y la mortalidad asociada al hígado, sino también la progresión del VIH y la mortalidad no relacionada con enfermedad hepática. En su opinión, estos hallazgos podrían ser consecuencia tanto de una respuesta inmunitaria más pobre que no depende del control del VIH como de las complicaciones derivadas de la detectabilidad del VHC en los pacientes que no logran una respuesta virológica sostenida a la terapia con interferón pegilado y ribavirina. En sus conclusiones, los autores afirman que sus resultados enfatizan la necesidad de priorizar el manejo apropiado de la infección crónica por VHC, una de las comorbilidades clínicamente más relevante en la población de personas infectadas por VIH.

Fuente: Elaboración propia.
Referencia: Berenguer J, Crespo M, Galindo M et al. Sustained Virological Response to Interferon plus Ribavirin Reduces HIV Progression and Non-liver-related Mortality in Patients Co-infected with HIV and HCV. 17th Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections. February 16-19, 2010. San Francisco. Abstract 167.

Resultados a 192 semanas de raltegravir en personas sin experiencia en tratamientos

Francesc Martínez

Nuevos resultados relativos a dos estudios presentados en esta conferencia han aportado datos interesantes en cuanto a la eficacia, seguridad y tolerabilidad de raltegravir (Isentress®) en personas sin experiencia en tratamientos.

El primero de ellos es un ensayo clínico de fase II que compara la eficacia, seguridad y tolerabilidad de raltegravir con las de efavirenz (Sustiva®), en ambos casos junto a tenofovir (Viread®) y lamivudina (Epivir®).

El estudio, multicéntrico, a doble ciego y de distribución aleatoria, comparó raltegravir (400mg, dos veces al día, tras 48 semanas en diferentes grupos de dosis entre 100 y 600mg [dos veces al día]) con efavirenz (600mg, una vez al día) en personas naive con una carga viral de 5.000 copias/mL o superior y un recuento de CD4 máximo de 100 células/mm3. Los resultados presentados en la presente conferencia comprenden 192 semanas de estudio.

Un total de 198 participantes fueron distribuidos aleatoriamente para recibir raltegravir (n= 160) ó efavirenz (n= 38). En la semana 192 de estudio, el 75% de las personas del grupo con raltegravir y el 74% de las que tomaban efavirenz tenían una carga viral inferior a 400 copias/mL. En ambos grupos, el porcentaje de participantes con viremia indetectable era del 74%. Los incrementos de CD4 observados fueron similares en los dos brazos del estudio (295 y 274 células/mm3 con raltegravir y efavirenz, respectivamente). Sólo un participante [del grupo con efavirenz] experimentó fracaso virológico después de la semana 144.

La tasa acumulada de acontecimientos adversos mostró que éstos fueron menos frecuentes en el grupo con raltegravir (55% frente al 76% observado en el grupo con efavirenz). Los efectos adversos que se dieron en porcentajes superiores al 10% del total de participantes fueron: náuseas (13% en el grupo con raltegravir y 11% en el grupo con efavirenz), mareos (9% con raltegravir y 26% con efavirenz) y dolor de cabeza (9% con raltegravir y 24% con efavirenz).

Los efectos secundarios neuropsiquiátricos acumulados fueron menos habituales en el grupo con raltegravir (38%) que en el que tomaba efavirenz (63%). No se observaron acontecimientos adversos graves en el grupo que tomó raltegravir.

En un análisis derivado del diseño del ensayo, se vio que el cambio en el recuento de CD4 observado a la semana 192 estuvo relacionado con la reducción de la viremia en la octava semana de estudio, lo que constituiría un factor de predicción. Así, cada logaritmo de disminución de la carga viral en la semana 8 se correspondió con un incremento de 145 células/mm3 en el grupo con raltegravir y con uno de 131 células/mm3 en el de efavirenz.

En el segundo de los pósteres, se presentaron los resultados relativos al impacto metabólico y a los cambios en la composición corporal tras 96 semanas del estudio STARTMRK, cuyos resultados a 48 semanas habían conllevado la aprobación, por parte de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios [AEMPS], del uso de raltegravir en personas sin experiencia en tratamientos (véase La Noticia del Día 05/02/2010).

En el estudio se compara raltegravir con efavirenz, en ambos casos junto a tenofovir y emtricitabina (Truvada®).

A la semana 96, raltegravir mostró un impacto inferior a efavirenz sobre los niveles de glucosa y lípidos sanguíneos, tanto en lo que respecta al colesterol LDL como al colesterol HDL o los triglicéridos (véase tabla 1).Imagen: Tabla 1: Promedio de los cambios en los niveles lipídicos y de glucosa tras 96 semanas de estudio

Los cambios en la composición corporal, evaluados mediante escáneres de absorciometría dual de rayos X [ó DEXA, en sus siglas en inglés] en un subgrupo de participantes de ambos grupos, evidenciaron un perfil similar de los dos fármacos a la semana 96 de estudio. La mayoría de participantes experimentaron una ligero incremento de grasa (véase tabla 2) y sólo tres participantes de los 37 evaluados en el grupo con raltegravir y 2 de los 38 evaluados en el grupo con efavirenz presentaban una pérdida de grasa de más del 20% en la zona apendicular.

Imagen: Tabla 2: Promedio del cambio porcentual de la composición corporal tras 96 semanas de estudio (IC95%)

En conclusión, las dos presentaciones ponen de relieve un mejor perfil de seguridad de raltegravir al ser comparado con efavirenz sobre todo en el impacto metabólico (lipidos y glucosa) y en los síntomas neuropsiquiátricos, mientras que la eficacia sería similar. Por otro lado, ambos regímenes propiciaron ligeros aumentos de grasa, pero en ningún caso se dio un patrón de desarrollo de lipoatrofia.

Fuente: Elaboración propia.
Referencias: Gotuzzo E, Nguyen BY, Markowitz M, et al. Sustained Antiretroviral Efficacy of Raltegravir after 192 Weeks of Combination ART in Treatment-naive HIV-1-infected Patients. 17th Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections (CROI 2010). San Francisco, USA. February 16-19, 2010. Abstract 514.

DeJesus E, Cohen C, Lennox J, et al. Metabolic Profiles and Body Composition Changes in Treatment-Naive HIV-Infected Patients Treated with Raltegravir 400 mg Twice-daily vs Efavirenz 600 mg Each bedtime Combination Therapy: 96-Week Follow-Up.17th Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections (CROI 2010). San Francisco, USA. February 16-19, 2010. Abstract 720.

Comunicado de prensa de MSD 17/02/2010: New Data on ISENTRESS® (raltegravir) Presented at the Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections (CROI).

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