La vacuna frente al VIH continúa siendo la mejor garantía de poder poner fin a esta pandemia mundial

Miguel Vázquez
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La investigación en el ámbito del VIH será útil también en otros campos, como ya ocurre en la respuesta mundial frente a la COVID-19

Hoy, 18 de mayo, se conmemora el Día de la Concienciación sobre la Vacuna frente al VIH, y desde numerosas organizaciones internacionales se hace un llamamiento sobre la urgente necesidad de disponer de una vacuna frente a este virus y se pone de relieve el impacto que tiene el activismo en el desarrollo de vacunas frente al VIH en la capacidad mundial para responder a otras epidemias, como la de COVID-19.

Desde la comunidad que apoya la investigación en vacunas, se proclama la necesidad urgente de contar con una vacuna segura y eficaz frente al VIH. A pesar de todos los avances realizados en el tratamiento y la prevención, se constata que, en muchas partes del mundo, siguen sin disminuir las nuevas infecciones por este virus y muchas poblaciones se ven afectadas de forma desproporcionada por esta infección, como las mujeres adolescentes y en el África subsahariana o las personas usuarias de drogas inyectables. Incluso en países desarrollados, como EE UU, se comprueba que casi el 20% de las nuevas infecciones por el VIH afectan a hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (GBHSH) en la franja de los 13 a los 24 años de edad, la mayoría de los cuales son de origen negro o latino. En conjunto, se estima que aproximadamente 1,7 millones de personas en todo el mundo se infectaron por el VIH en 2018.

Para poner fin a la epidemia del VIH es necesario contar con una vacuna frente al VIH. La investigación en torno al VIH ha hecho que podamos disponer de más conocimientos científicos sobre la función y las respuestas inmunitarias, lo que ha contribuido a mejorar nuestra comprensión de otras enfermedades, como la COVID-19. Como se sabe, una de las grandes esperanzas en la lucha contra esta pandemia pasa por disponer de vacunas que permitan controlar la infección de un modo similar a como ocurre con la gripe. El desarrollo de muchas de las candidatas a vacuna frente al virus SARS-CoV-2 (el responsable de la COVID-19) se apoya en avances que han sido posibles gracias a la investigación en vacunas frente al VIH, con el objetivo de obtener un mapa de la estructura del virus y así generar unas respuestas inmunitarias potentes. Por otro lado, los enfoques basados en los anticuerpos monoclonales para el tratamiento y la prevención de la COVID-19 beben directamente de todo el trabajo realizado con los anticuerpos ampliamente neutralizantes frente al VIH (véase Cuestiones Básicas del VAX de enero de 2011: ‘Entender cómo evolucionan los anticuerpos ampliamente neutralizantes’).

Del mismo modo, las colaboraciones de investigación y de financiación establecidas para impulsar la investigación de vacunas frente al VIH y otros patógenos emergentes han servido de modelo para aumentar la cooperación y la colaboración a nivel mundial, que se están aplicando ahora en la respuesta a la COVID-19.

A partir de dicha experiencia, este tipo de colaboraciones pueden producir cambios importantes en la investigación y acelerar la producción y distribución de intervenciones sanitarias que se necesitan con urgencia para dar respuesta a la COVID-19. Para ello, tal como se ha hecho en el ámbito del VIH, es preciso optimizar el proceso de desarrollo, establecer criterios compartidos para la evaluación y comparación de los estudios, establecer un compromiso con la transparencia y el intercambio de datos y movilizar recursos procedentes de los sectores privado, público y filantrópico para poder ampliar la capacidad de fabricación y distribución de las vacunas frente a la COVID-19.

Por otro lado, los mecanismos destinados a reforzar la participación comunitaria en los esfuerzos de investigación y tratamiento del VIH, especialmente en entornos de recursos limitados, han sentado las bases para poder coordinar unas respuestas locales y mundiales eficaces frente a la COVID-19. El activismo del VIH ha contribuido a crear los sistemas que se utilizan actualmente para garantizar que la planificación de la investigación sobre la COVID-19 incluya compromisos que aseguren que haya un acceso mundial de forma equitativa, asequible y sostenible a las vacunas y los tratamientos que se están desarrollando. Del mismo modo, los modelos de educación sanitaria de base comunitaria, que fueron pioneros en la lucha frente al VIH, se emplean hoy en día para contrarrestar el estigma y la desinformación en torno a COVID-19 y el activismo del VIH también desempeña un papel fundamental a la hora de presionar a los dirigentes políticos para que apoyen una financiación adecuada de la respuesta mundial a la COVID-19.

En la actualidad, se están realizando múltiples ensayos de vacunas frente al VIH, y se están desarrollando docenas de prometedores enfoques de la vacuna. Sin embargo, hay que señalar que la aparición de la COVID-19 ha provocado un reajuste en el calendario de ensayos clínicos en todo el mundo (véase La Noticia del Día 15/04/2020), entre ellos el ensayo Mosaico, que cuenta con sedes de estudio en España (véase La Noticia del Día 24/07/2019 ).

Fuente: Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: AVAC. HIV Vaccines—Key Messages HIV Vaccine Awareness Day. https://www.avac.org/sites/default/files/resource-files/HIV_Vax_Key%20Messages_HVAD2020_long_form_FINAL.pdf

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