Un estudio estadounidense y canadiense constata la seguridad de la lactancia natural por parte de mujeres con el VIH

Miguel Vázquez
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A pesar de que estos resultados no implican que se recomiende la lactancia natural de forma exclusiva, sí que respalda la seguridad de esta opción con el apoyo clínico adecuado

Un estudio retrospectivo en el que participaron mujeres con el VIH que mantenían carga viral indetectable y eran atendidas en entornos de recursos elevados en EE UU y Canadá, no registró ningún caso de transmisión vertical del virus hasta 6 semanas o más después de que las mujeres interrumpieran la lactancia. El estudio, que fue publicado en Clinical Infectious Diseases, también destacó los desafíos que enfrentan estas mujeres para poder ejercer su derecho a participar en la toma de decisiones sobre la alimentación de sus bebés, incluyendo una gran variabilidad en las prácticas clínicas.

La evidencia científica ha mostrado que cuando una persona tiene carga viral indetectable gracias al tratamiento antirretroviral entonces el VIH no se puede transmitir durante las relaciones sexuales. Esto es lo que se conoce como “Indetectable es igual a intransmisible” (I=I). Aunque esta evidencia no incluye la transmisión vertical, en los últimos años se han observado cambios en la promoción de la lactancia materna en mujeres con VIH, partiendo de un enfoque centrado en los derechos y destacando que esta opción puede ayudar a mejorar la supervivencia y el bienestar general de los bebés expuestos al virus, con un riesgo extremadamente bajo de transmisión cuando la madre tiene una carga viral indetectable (véase La Noticia del Día 05/02/2021). De hecho, a principios de este año, se modificaron las directrices de tratamiento de EE UU para incluir la recomendación de que los profesionales sanitarios apoyen la decisión de las madres seropositivas sobre el modo en que quieren alimentar a sus bebés.

El análisis contó con la participación de 72 mujeres con el VIH (el 62% de ellas había nacido en África), que optaron por la lactancia natural y fueron atendidas en 11 centros sanitarios de EE UU y Canadá entre 2014 y 2022. La duración media de la lactancia materna fue de 24 semanas y no se detectó ningún caso de transmisión vertical transcurridas 6 semanas o más desde el abandono de la lactancia (en el 94% de los bebés para los que se disponía de datos). Las madres señalaron varias ventajas de la lactancia materna, como los beneficios para la salud, la experiencia del vínculo afectivo, las expectativas culturales y el deseo de no revelar su estado serológico respecto al VIH.

En cuanto a las prácticas clínicas, los autores del estudio comprobaron que 7 de los 11 centros que participaban en el estudio contaban con políticas específicas sobre lactancia materna para mujeres con el VIH. Dichos documentos fueron elaborados principalmente por el personal médico, aunque en cinco centros también participaron en su redacción el personal jurídico. También se observó que las medidas de profilaxis para el bebé variaban de forma significativa de un centro a otro. Así, estas medidas iban desde el tratamiento estándar para los bebés alimentados con leche artificial (es decir, de 4 a 6 semanas de zidovudina) hasta regímenes completos de terapia antirretroviral mantenidos hasta después de que el bebé deje la lactancia natural. La frecuencia con la que se hicieron las determinaciones de carga viral en madres e hijos también varió considerablemente.

Casi un tercio de las participantes informaron haber tenido algún tipo de problema con la lactancia materna, siendo el problema más frecuente que la mujer no producía una cantidad adecuada de leche. En ese sentido, el 22% de las participantes declaró haber proporcionado lactancia mixta a sus hijos. Las directrices internacionales desaconsejan la lactancia mixta, aunque no hay pruebas de que aumente el riesgo de transmisión del VIH cuando la mujer tiene carga viral indetectable (como era el caso del 90% de las participantes del estudio en el momento del parto). Otras dificultades mencionadas fueron dolor o daño en los pezones, mastitis o problemas de agarre al pecho para el bebé.

Los autores del estudio señalan que se trata del mayor estudio observacional realizado hasta la fecha sobre mujeres con VIH que optan por la lactancia natural, por lo que consideran que sus resultados pueden servir de base para elaborar directrices específicas sobre el apoyo a la lactancia natural de mujeres con el VIH en los países de recursos elevados. No obstante, reconocieron que aún quedaban varias cuestiones por explorar, como si debería recomendarse la lactancia natural de forma exclusiva, qué tipo de profilaxis infantil sería aconsejable (y durante cuánto tiempo) o cómo animar a las madres lactantes a que sigan recibiendo atención sanitaria de modo que puedan tratarse a tiempo los posibles problemas señalados (como, por ejemplo. la mastitis).

Fuente: TheBodyPro/Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: 
Levison J, McKinney J, Duque A, et al. Breastfeeding among people with HIV in North America: a multisite study. Clinical Infectious Diseases, ciad235, https://doi.org/10.1093/cid/ciad235

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