CROI 2023: Escaso impacto de cabotegravir y rilpivirina inyectables sobre el peso corporal

Juanse Hernández
Ver otras noticias

Los resultados del estudio SOLAR muestran el potencial de esta combinación en cuanto a cambios en el peso corporal y en las mediciones antropométricas y metabólicas en la terapia de mantenimiento para personas con el VIH

Las personas con el VIH que deciden cambiar su tratamiento antirretroviral basado en el inhibidor de la integrasa bictegravir (en combinación con tenofovir alafenamida y emtricitabina; Biktarvy®) por cabotegravir y rilpivirina inyectables (Vocabria® y Recambys®) con muy poca frecuencia experimentan cambios sustanciales en el peso corporal. Esta es la conclusión a la que llega un estudio cuyos resultados han sido presentados en la 30 Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas que se ha celebrado esta semana en Seattle (EE UU).

A pesar de que el cambio implicaba dejar de tomar tenovir alafenamida –un fármaco estrechamente asociado con el aumento de peso cuando se combina con un inhibidor de la integrasa– pocos pacientes experimentaron una reducción sustancial de su peso tras cambiar de tratamiento.

Se ha objetivado que las personas que inician por primera vez un tratamiento antirretroviral tomando un inhibidor de la integrasa experimentan una mayor ganancia de peso que las personas que inician un régimen antirretroviral sin incluir medicamentos de esa clase. La ganancia de peso es mayor cuando el inhibidor de la integrasa se combina con tenofovir alafenamida.

Sin embargo, es sabido que no todos los inhibidores de la integrasa tienen el mismo impacto sobre el peso. Algunos estudios han mostrado que las personas con el VIH experimentan una mayor ganancia de peso cuando toman dolutegravir (Tivicay®) y bictegravir que cuando toman elvitegravir (en combinación con emtricitabina, cobicistat y tenofovir alafenamida –Genvoya®– o tenofovir dixoprosilo fumarato –Stribild®–). Además, el aumento de peso es mayor en pacientes que empiezan a tomar por primera vez tratamiento antirretroviral que en personas que cambian su régimen antirretroviral por otro que contenga un inhibidor de la integrasa.

Cabotegravir es un nuevo inhibidor de la integrasa que se administra cada dos meses a través de una inyección de acción prolongada junto con rilpivirina, un no análogo de nucleósido inyectable también de acción prolongada. En los ensayos clínicos pivotales, cuyos resultados sirvieron para la comercialización de este régimen inyectable de acción prolongada, no se observaron diferencias significativas en cuanto a la ganancia de peso entre los pacientes que empezaron a tomar por primera vez un tratamiento antirretroviral con el régimen inyectable y aquellos que lo hicieron con una terapia estándar basada en dolutegravir, abacavir y lamivudina (Triumeq®). Sin embargo, en pacientes que llevaban tiempo tomando tratamiento antirretrovial, cambiar al tratamiento inyectable resultó en un mayor aumento de peso que seguir con el tratamiento existente. No obstante, conviene señalar que en el estudio pivotal que se realizó en personas con experiencia en tratamiento (ATLAS), solo una tercera parte de los participantes estaba tomando un inhibidor de la integrasa cuando entraron en el estudio. Desde que se llevó a cabo ese estudio, ha habido un cambio en las recomendaciones de tratamiento antirretroviral y ahora los pacientes con el VIH suelen incluir un inhibidor de la integrasa en su terapia de inicio. Por esta razón, no estaba claro si cambiar de un régimen que incluía un inhibidor de la integrasa a otro que también lo incluía podría afectar al peso corporal o a otras mediciones metabólicas.

El estudio SOLAR comparó la continuación del tratamiento con bictegravir/tenofovir alafenamida/emtricitabina (Biktarvy®) con el cambio a cabotegravir/rilpivirina inyectables. Los resultados virológicos comunicados en CROI muestran que el régimen inyectable no se mostró inferior a Biktarvy® a la hora de alcanzar la supresión viral.

Para poder participar en el estudio SOLAR, Biktarvy® tenía que ser la única combinación antirretroviral que los participantes habían tomado desde que empezaron a hacerlo por primera vez y tenían que tener la carga viral completamente suprimida durante, como mínimo, seis meses. Un total de 687 pacientes con el VIH se distribuyeron aleatoriamente a razón de 2:1 a cambiar a cabotegravir y rilpivirina inyectables o a seguir tomando Biktarvy®. Los participantes tuvieron la opción de recibir las dosis de inducción de cabotegravir y rilpivirina por vía oral durante un mes o empezar inmediatamente el tratamiento inyectable. Un total de 454 personas eligieron comenzar inmediatamente el tratamiento inyectable y 175 se decantaron por comenzarlo con la inducción oral.

Los participantes del estudio tuvieron una mediana de edad de 37 años, el 17% fueron mujeres, el 21%, negros y el 69%, blancos. La mediana del peso en el momento de la distribución aleatoria fue de 81kg en el brazo inyectable y de 79kg en el brazo de Biktarvy®. La mediana del índice de masa corporal fue de 26 kg/m2 en el brazo inyectable y de 25,4 kg/m2 en el brazo Biktarvy®. Al inicio, el 38 % y el 34% de los participantes, respectivamente, se encontraban en la categoría de masa corporal con sobrepeso y el 21% y el 23% se clasificaron como obesos.

El peso corporal se evaluó en el mes 11 en el grupo de participantes que recibieron cabotegravir y rilpivirina inyectables y en el mes 12 en el grupo que recibió la inducción oral y después los inyectables y en el que recibió Biktarvy®. Los resultados muestran pocos cambios en el peso corporal en cualquiera de los grupos (cambio medio de -0,4 kg en el grupo que recibió los inyectables, +0,05 kg en el grupo al que se administró Biktarvy®). Los cambios medios en el índice de masa corporal, la grasa corporal total y la masa muscular total fueron mínimos en ambos grupos. Dentro de esos grupos, proporciones similares de pacientes experimentaron aumento o pérdida de peso. Por ejemplo, en el mes 12, el 14% de cada grupo había perdido, al menos, el 5% del peso corporal, mientras que el 12% del grupo que recibió cabotegravir y rilpivirina inyectables y el 11% del grupo al que se administró Biktarvy® habían experimentado un aumento de peso de entre el 5% y el 10%.

El 8% del grupo que recibió cabotegravir y rilpivirina inyectables y el 9% del grupo al que se administró Biktarvy® pasaron de la categoría de masa corporal con sobrepeso a la de obesidad durante el estudio, mientras que el 7% del grupo que recibió cabotegravir y rilpivirina inyectables y el 13% del grupo al que se administró Biktarvy® pasaron de la categoría de masa corporal normal a la de sobrepeso.

El 17% de los participantes tenía síndrome metabólico al inicio y no hubo cambios en la proporción con síndrome metabólico en ninguno de los grupos en el mes 12. El 42% del grupo que recibió cabotegravir y rilpivirina inyectables y el 11% del grupo al que se administró Biktarvy® tenían resistencia a la insulina al inicio; la proporción con resistencia a la insulina aumentó levemente al 45% en el grupo que recibió los fármacos inyectables y se mantuvo igual en el grupo de Biktarvy® en el mes 12.

En sus conclusiones, los investigadores del estudio afirman que sus hallazgos sobre el peso y los cambios metabólicos respaldan el uso de cabotegravir y rilpivirina inyectables como tratamiento de mantenimiento en personas con el VIH que ya tienen carga viral suprimida.

Fuente:Elaboración propia (gTt-VIH) / Aidsmap

Referencia:Tan D et al. Weight and metabolic changes with cabotegravir + rilpivirine long-acting or bictegravir. Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections, Seattle, abstract 146, 2023.

Redes sociales

¿No quieres perderte nada?
Síguenos en todas las redes

Gilead
Janssen
MSD
ViiV
Gilead
Janssen
MSD
ViiV Healthcare
Abbvie
Abbvie
Abbvie
Abbvie
Gilead
MSD