Las inmunoterapias siguen evidenciando buenos resultados en personas con el VIH y cáncer

Francesc Martínez
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Las buenas tasas de eficacia y seguridad deberían llevar a las autoridades reguladoras a dejar de considerar la infección por el VIH una exclusión absoluta para acceder a las inmunoterapias autorizadas y para participar en los ensayos clínicos de las nuevas terapias avanzadas frente al cáncer

Un estudio publicado en Journal of Clinical Oncology ha concluido que las inmunoterapias frente al cáncer serían tan seguras y eficaces en personas con el VIH como en aquellas sin el VIH. La investigación, de tipo retrospectivo y realizada en entornos reales, analizó las tasas de respuesta, la supervivencia y la incidencia de efectos adversos de tipo inmunitario observados con dichas terapias en diversos tipos de cáncer.

Los inhibidores de los puntos de control inmunitarios (ICI) son una familia de fármacos de reciente desarrollo que ha revolucionado el tratamiento de numerosos cánceres por utilizar una vía novedosa en el abordaje del cáncer: potenciar al sistema inmunitario para que detecte y elimine las células cancerosas. Dos estudios publicados en 2019 (véase La Noticia del Día 11/06/2019) ya evidenciaron el potencial de estas terapias en el tratamiento de diversos cánceres –especialmente el de pulmón– en personas con el VIH, pero la mayoría de ensayos clínicos con este tipo de inmunoterapia o con otras (como las terapias de células T con receptores quiméricos de antígenos [CAR-T]) siguen excluyendo a las personas con el VIH. La exclusión no acaba aquí: una vez que estas terapias son autorizadas y financiadas por los países, las personas con el VIH quedan excluidas del acceso por no existir suficientes datos de seguridad y eficacia en esta población. En definitiva, un círculo vicioso que es difícil de romper sino se permite a las personas con el VIH participar en el desarrollo clínico de las inmunoterapias y generar evidencia que avale su uso en vida real.

Para arrojar un poco más de luz sobre este asunto, los autores del presente estudio realizaron una investigación retrospectiva sobre el uso de dichas terapias inhibidoras de los puntos de control inmunitarios en personas con el VIH en entornos reales.

El estudio incluyó a un total de 390 personas con el VIH con diagnóstico de cáncer. La mediana de la edad era de 58 años, el 85% eran hombres y el 36% de etnia negra. El 70% de los participantes recibieron para tratar su cáncer monoterapia con anticuerpos inhibidores de PD-1 (muerte celular programada 1, en sus siglas en inglés, un receptor que al activarse inhibe la respuesta inmunitaria) o anticuerpos inhibidores del PD-L1 (ligando 1 del receptor muerte celular programada, que al unirse a su diana tiene un efecto inmunosupresor).

Los cánceres más frecuentes entre los participantes fueron el cáncer de pulmón de células no pequeñas (28% de los participantes), carcinoma hepatocelular (11%) y carcinoma de células escamosas de cabeza y cuello (10%).

El 70% de los participantes tenía niveles de CD4 superiores a 200 células/mm3 y el 94% tenía carga viral del VIH inferior a 400 copias/mL.

El 20% de los participantes experimentó eventos adversos de tipo inmunitario y el 7,7% los experimentó de grado 3 o superior.

Las tasas de respuesta objetiva (ORR, en sus siglas en inglés) en las personas con el VIH tratadas con inmunoterapias fueron del 69% en los cánceres de piel de tipo no melanoma, del 31% en personas con cáncer de pulmón de células no pequeñas, del 16% en aquellas con carcinoma hepatocelular y del 11% en personas con carcinoma de células escamosas de cabeza y cuello.

Un subgrupo de 61 personas con el VIH del estudio se comparó con 110 controles sin el VIH. El 20% de las personas con el VIH y el 22% de aquellas sin el VIH experimentaron eventos adversos de tipo inmunitario.

Tras 42 meses de seguimiento, las diferencias entre el grupo de personas con el VIH y el de personas sin el VIH en la supervivencia global (+2,23 meses; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: -4,02 ‑ +8,48; p= 0,48) y en la supervivencia libre de progresión (-0,06 meses; IC95%: -5,49 ‑ +5,37; p= 0,98) no alcanzaron valores estadísticamente significativos. Dichas diferencias no significativas se mantuvieron al estratificar los resultados por tipo de cáncer específico.

De forma destacada, tampoco se observaron diferencias significativas en las tasas de eventos adversos inmunitarios, la supervivencia global o la supervivencia libre de progresión al comparar los resultados de personas con el VIH con recuentos de CD4 superiores a 200 células/mm3 con los de aquellas con recuenos de 200 células/mm3. Este hecho pone de manifiesto que la controversia relativa a si el estatus de inmunosupresión podría condicionar la eficacia y/o la seguridad de los inhibidores del punto de control inmunitario carecería de base.

Los resultados del presente estudio muestran que los inhibidores de los puntos de control inmunitarios serían terapias elegibles para personas con el VIH –independientemente de tener o no inmunosupresión-–, con resultados equiparables a los observados en personas sin el virus de la inmunodeficiencia humana. Por este motivo, las autoridades reguladoras deberían revisar sus criterios de indicación y ampliar su uso a las personas con el VIH. De la misma manera, no está justificada la exclusión arbitraria de las personas con el VIH de los ensayos clínicos de las nuevas terapias avanzadas frente al cáncer por lo que los promotores deberían desarrollar los ensayos clínicos en personas con el VIH de forma paralela a los ensayos pivotales.

Fuente:MedPage Today / Elaboración propia (gTt).

Referencia:El Zarif T, et al “Safety and activity of immune checkpoint inhibitors in people living with HIV and cancer: a real-world report from the Cancer Therapy Using Checkpoint Inhibitors in People Living With HIV-International (CATCH-IT) consortium” J Clin Oncol 2023; DOI: 10.1200/JCO.22.02459.

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