Los trastornos del estado de ánimo y los factores de riesgo cardiovascular tendrían, como en la población general, un impacto negativo sobre el sueño de las personas con el VIH
Un estudio italiano publicado en AIDS ha concluido que las personas con el VIH presentarían mayores tasas de trastornos del sueño que las observadas en la población general. Al evaluar qué factores –aparte del VIH- aumentarían la probabilidad de padecer insomnio, los investigadores hallaron que dichos factores coincidirían con los observados en la población general, es decir, los trastornos del estado de ánimo y los factores de riesgo cardiovascular.
La relación entre los problemas de sueño y diversos factores tales como aquellos implicados en el riesgo cardiovascular o los relacionados con trastornos del estado de ánimo han sido bien estudiados en la población general, pero mucho menos en personas con el VIH. Con el objetivo de arrojar un poco más de luz a este asunto, un equipo de investigadores llevó a cabo un estudio transversal con la participación de una cohorte de personas con el VIH atendidas en el Hospital Universitario de Padua (Italia).
La calidad del sueño se midió a través de la Escala de Somnolencia de Epworth (ESS, en sus siglas en inglés), el Índice de Severidad del Insomnio (ISI, en sus siglas en inglés), el Cuestionario de Berlín (BQ, en sus siglas en inglés) el Índice sobre la Calidad del Sueño de Pittsburgh (PSQI, en sus siglas en inglés). Ansiedad y depresión se midieron a través de las herramientas Trastornos de Ansiedad Generalizada-7 y Cuestionario sobre la Salud del Paciente-9. También se recopilaron datos clínicos y demográficos para medir el riesgo según la escala de Framingham y se utilizó la herramienta de evaluación de efectos adversos DAD-10.
Un total de 721 personas con el VIH en tratamiento antirretroviral estable fueron incluidas en el estudio. La mediana de la edad era de 53 años; el 71,8% eran hombres y el 96% tenían carga viral indetectable. El 50,3% tomaba combinaciones de antirretrovirales con potencial afectación del sueño y el 20,4% tomaba fármacos para conciliar el sueño.
El 76,9% de los participantes presentaba problemas de sueño, un porcentaje muy superior al observado en la población general, donde se estima que afectan a entre un 10% y un 30% de las personas. Dichos problemas fueron detectados a través de todas las herramientas utilizadas, aunque principalmente a través del PSQI (que los detectó en el 60,3% de los participantes). En el 28,3% de los participantes se detectó ansiedad y el el 16,1% de ellos se observó depresión.
La puntuación en el cuestionario BQ –sobre calidad del sueño- se vio afectada significativamente por el índice de masa corporal (p <0,001), tener un riesgo Framingham superior al 10% (p <0,001) y una puntuación en la escala DAD superior al 10% (p <0,05).
Las puntuaciones en los índices PSQI e ISI se vieron significativamente afectadas por la presencia de ansiedad o depresión (p <0,001).
Los investigadores no observaron que fármacos antirretrovirales específicos o parámetros relativos al VIH evaluados influyeran en la presencia y/o severidad de los trastornos del sueño.
En la cohorte de personas con el VIH incluidas en el estudio se observó una prevalencia de problemas de sueño muy elevada, lo que viene a indicar que factores relacionados con el VIH –que no pudieron ser detectados en el presente estudio- o la propia infección jugarían un papel importante en el desarrollo de dichos problemas de sueño. Respecto a los otros factores no vinculados al VIH, se observa que los factores de riesgo cardiovascular o trastornos del estado de ánimo, del mismo modo que en la población general, serían condicionantes importantes de la calidad del sueño.
Fuente: POZ / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: Mazzitelli M, Trunfio M, Milinkovic A, et al. Sleep disturbances and their correlation with cardiovascular risk, obesity, and mood disorders in people with HIV. AIDS. 2023;37(6):925-934. doi:10.1097/QAD.0000000000003493.
