AIDS Vaccine 2013: Los vectores virales centran gran parte de la atención de la conferencia

Miguel Vázquez, desde Barcelona (España)
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Dos estudios han revelado unos resultados notables en animales con unas vacunas basadas en novedosos vectores virales

Anthony Fauci (de los Institutos Nacionales de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE UU, NIAID) recordó en la ceremonia inaugural de la XIII edición de la conferencia AIDS Vaccine 2013 que, a pesar del descenso observado en el número de infecciones, la dificultad y el coste económico que supone la provisión universal de antirretrovirales hace que, en su opinión, sea prácticamente imposible acabar con la epidemia sin la ayuda de una vacuna. Aunque, en apariencia, el campo de las vacunas contra el VIH se encuentra en un compás de espera, y que no se esperan datos definitivos de ningún gran estudio a corto plazo (las previsiones más optimistas hablan de una década antes de poder contar con una vacuna preventiva), hay que recordar que estamos en un momento único, en el que por primera vez se cuenta con una prueba de concepto de que una vacuna es posible y en el que cada vez existe una mayor comprensión de las complejas interacciones entre el VIH y el organismo, algo que se traduce en importantes líneas de investigación, algunas de las cuales se están presentando en AIDS Vaccine 2013, que ayer celebró su segunda jornada en Barcelona (España).

A diferencia de lo que sucede con otras enfermedades para las que existe una vacuna, las candidatas empleadas para prevenir el VIH no utilizan el virus entero debido a las preocupaciones que suscita la seguridad de las personas vacunadas [la gran capacidad de mutación del virus hace que exista el riesgo de que acabe surgiendo una cepa virulenta]. Por este motivo, se usan lo que se denominan  “vectores” (véase ‘Cuestiones básicas’ del VAX de enero de 2013). Estos vectores son virus que transportan fragmentos del VIH que, por sí mismos, son incapaces de provocar la enfermedad, pero que de forma ideal serían capaces de preparar al organismo para protegerse en el caso de una exposición al virus patógeno completo.

En la búsqueda de una vacuna contra el VIH, se han señalado sonoras decepciones, por mucho que hayan traído consigo una mayor y mejor comprensión de los mecanismos inmunitarios del organismo y que hayan ayudado a redefinir mejor el objetivo. Justamente dos de los últimos reveses (el ensayo STEP, cancelado en 2007 [véase La Noticia del Día 25/09/2007], y el ensayo HVTN505, cancelado este mismo año [véase La Noticia del Día 03/05/2013]) probaban vacunas experimentales basadas en vectores adenovirus, lo que ha puesto este vector en tela de juicio en un momento en que otro posible vector, el citomegalovirus (CMV), parece ser muy prometedor, al menos en los estudios realizados con animales. Por esta razón, no fue una sorpresa que la revisión de las nuevas estrategias en el diseño de vacunas contra el VIH dedicara parte de su tiempo a este vector.

Louis Picker intervino en dos ocasiones en el día de hoy para explicar los emocionantes resultados de su estudio, que revelaron que el uso de un vector citomegalovirus rhesus consiguió una respuesta de células CD8 duradera y potente contra el VIS (el equivalente al VIH en monos), que consiguió que, a pesar de la infección inicial, los repuntes de carga viral fueran disminuyendo con el tiempo hasta que el 50% de los animales llegaron a aclarar la infección (véase La Noticia del Día 26/09/13), y solo se registró un caso de recaída pese a un buen nivel de control inicial. Aunque el estudio está aún en fase preclínica y todavía no se ha probado en animales, ha supuesto la primera prueba de concepto de que es posible alcanzar una respuesta inmunitaria capaz de aclarar la infección por este virus; la esperanza es poder trasladar estos resultados a ensayos en humanos. En una rueda de prensa, el doctor Picker informó de que ya estaban trabajando en una versión atenuada para su uso en humanos, y se mostró optimista respecto a las opciones de la vacuna en personas, ya que la infección por citomegalovirus se comporta de forma similar en monos y personas, por lo que cabe esperar que la vacuna tenga éxito también. En su trabajo con los vectores atenuados, ha comprobado que son capaces de mantener su potencia inmunogénica sin que existan riesgos debido a su capacidad patógena, ni transmisión a otros animales o secreción en heces.

Asimismo, indicó que la vacuna parece ser eficaz también en el caso de monos que ya habían sido expuestos al CMV (la inmunidad preexistente al virus utilizado como vector fue una de las posibles explicaciones del fracaso del ensayo STEP).

No obstante, cabe apuntar que aunque todos los animales presentaron una respuesta potente y duradera, ésta solo fue eficaz en la erradicación del virus en un 50% de los animales, puesto que la eficacia detectada no fue gradual (es decir, no consiguió un control, aunque fuera limitado, de la carga viral en los animales que no consiguieron la erradicación total del virus), sino que fue de tipo “binario”: o protege o no protege, sin que exista una explicación muy clara de por qué ocurre esto.

Informó, por otro lado, de un estudio realizado en monos en el que usó el CMV como vector en una vacuna contra la tuberculosis pulmonar, cuyos resultados evidenciaron que ofreció un grado de protección superior al que se obtiene con la vacuna BCG.

Por su parte, el doctor Desrosiers presentó resultados igualmente muy alentadores en animales de una vacuna basada en un tipo de virus del herpes. Esta familia de virus (a la que también pertenece el CMV) se caracteriza por haber convivido durante mucho tiempo con los mamíferos, por lo que hay un proceso de adaptación mutua que parece conferir una serie de características útiles para su empleo como vector, al lograr persistir en el organismo durante largos periodos de tiempo, induciendo una respuesta inmunitaria persistente, algo que en el caso del adenovirus no sucede.

La elección de este tipo de virus como vectores ofrece una serie de ventajas, como su gran persistencia o la variedad de subgrupos para elegir, ya que presenta ocho grandes subdivisiones, cada una de ellas con sus propias peculiaridades.

En los experimentos efectuados, también consiguieron observar que algunos monos fueron capaces de controlar la infección (controladores de élite), pero en esa ocasión -a diferencia de lo que había ocurrido en el caso del CMV- los monos que no consiguieron un control total de la infección sí que mostraron algún tipo de respuesta parcialmente protectora: Los monos que a pesar de la vacunación presentaron un perfil de infección similar al de los monos control tuvieron una carga viral, en promedio, dos logaritmos inferior.

Estamos todavía en una fase muy temprana de la investigación, pero los resultados de estos estudios, de confirmarse en humanos, podrían suponer un enorme y emocionante avance en el mundo de las vacunas, tanto preventivas como terapéuticas.

Fuente: Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencias: Shin Y
, Lauer W, Vischof G, et al. Impressive Vaccine Protection Against SIVmac239 by Recombinant Gamma-2 Herpesvirus. XIII Aids Vaccine 2013 – S03.05.

Picker L. Pre-clinical development of cytomegalovirus vectors. XIII Aids Vaccine 2013 – S03.03.

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