CROI 2019: La enfermedad pulmonar obstructiva crónica aumenta el riesgo de infarto de miocardio en personas con el VIH

Juanse Hernández
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La infección por el VIH se asocia con una aparente peor salud respiratoria, incluso en pacientes que nunca han fumado y desarrollan EPOC

De acuerdo con un estudio estadounidense, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) aumenta el riesgo de infarto de miocardio en personas con el VIH. Los resultados han sido presentados durante la 26 Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI 2019), que se clausuró ayer en Seattle (EE UU).

La EPOC es una enfermedad pulmonar común que causa dificultad para respirar. Existen dos formas principales de la EPOC: la bronquitis crónica –que implica una tos prolongada con moco– y el enfisema –que implica un daño en el tejido de los pulmones a largo plazo–. La causa principal de la EPOC es el tabaquismo. Cuanto más fume una persona, mayor probabilidad tendrá de desarrollar EPOC.

La EPOC es una de las enfermedades crónicas (o comorbilidades) más frecuente en pacientes con el VIH. Los estudios más recientes estiman que una de cada 10 personas con el VIH podría tener EPOC (véase La Noticia del Día 01/06/2017 ). Un metaanálisis publicado recientemente halló que las personas con el VIH tienen un riesgo un 15% superior de desarrollar EPOC tras ajustar los resultados teniendo en cuenta el impacto del tabaco . Esto podría ser debido a que el VIH, por sí mismo, podría causar un daño directo sobre el tejido pulmonar o podría contribuir a aumentar el riesgo de otras infecciones que provocan daño pulmonar.

Dado que la EPOC es una afección progresiva, es probable que la prevalencia vaya en aumento a medida que envejece la población con el VIH.

En la población general, la EPOC grave se asocia con un aumento del riesgo de infarto de miocardio. Sin embargo, en el caso de las personas con el VIH y EPOC, estudios realizados en el pasado no han mostrado un aumento del riesgo de ataque al corazón a pesar de observarse una elevación de los marcadores de riesgo cardiovascular en estos pacientes.

Con el fin de arrojar un poco más de luz sobre esta cuestión, un grupo de investigadores de la Universidad de Washington en Seattle diseñaron un estudio para evaluar si la EPOC podría aumentar el riesgo de infarto de miocardio, concretamente de tipo 2, también conocido como infarto secundario, en el que una condición diferente a enfermedad arterial coronaria contribuye a un desequilibrio entre el aporte y demanda de oxígeno. El infarto de miocardio de tipo 2 es frecuente en personas jóvenes, consumidores de cocaína, personas sin enfermedad arterial coronaria significativa y pacientes que desarrollan sepsis.

Para su estudio los investigadores evaluaron el riesgo en 22.596 pacientes con el VIH procedentes de una cohorte que incluye ocho grandes unidades de VIH de EE UU. Los casos de EPOC se identificaron a partir de la definición clínica y la receta de, como mínimo, 90 días de medicación para controlar esta afección. Dos investigadores evaluaron los potenciales infartos de miocardio registrados, categorizándolos como eventos probables de tipo 1 o tipo 2.

La revisión prospectiva identificó 895 pacientes con EPOC a nivel basal y 425 pacientes diagnosticados durante una mediana de seguimiento de 3,44 años.

Los pacientes con EPOC a nivel basal tenían más años que los que no la padecían (47 años frente a 40 años) y habían tenido un nádir de células CD4 más bajo (211 frente a 271 células/mm3). Además, tuvieron más probabilidades de ser fumadores (48% frente a 25%), padecer hipertensión (21% frente a 12%) y tomar estatinas (14% frente a 7%).

Los pacientes que desarrollaron EPOC durante el seguimiento tuvieron una mediana de edad de 45 años a nivel basal y tuvieron una frecuencia similar de factores de riesgo cardiovascular que los que no tenían EPOC, pero tenían casi la misma probabilidad de fumar que aquellos que ya tenían EPOC (45%). Estos pacientes fumaban una media de 5,25 paquetes-año en comparación con los 10 paquetes-año que fumaban los pacientes que tenían EPOC a nivel basal. Con todo, merece la pena señalar que un poco más de la mitad de los pacientes de este estudio que tenían EPOC nunca habían fumado.

Se registraron un total de 704 infartos de miocardio durante el periodo d seguimiento, siendo de tipo 1 el 55% de ellos. De entre los 314 infartos de miocardio de tipo 2, alrededor de dos terceras partes (n=201) fueron por causas distintas a sepsis.

Tras ajustar los resultados por tabaquismo y años fumando, se halló que las personas con EPOC tuvieron dos veces más probabilidades de desarrollar un infarto de miocardio durante el periodo de seguimiento (cociente de riesgo ajustado [CRa]: 2,02; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 1,61 – 2,70). El riesgo de infarto de miocardio de tipo 2 fue mayor que el riesgo de ataque al corazón de tipo 1, tras ajustar por años fumando (CRa: 2,65; IC95%: 1,82 – 3,86 frente a CRa: 1,73; IC95%: 1,21 – 2,48).

Los investigadores también trataron de explorar las posibles razones que subyacen a esta asociación planteando la posibilidad de que los infartos de miocardio registrados se relacionen con una exacerbación (aumento de la gravedad) de la EPOC como consecuencia de un control subóptimo de la enfermedad.

Las personas que padecieron un ataque al corazón tuvieron más probabilidades de usar inhaladores de acción rápida en sus últimas visitas (45% frente a un 15% que utilizaban inhaladores de acción prolongada). Cabe subrayar que una tercera parte de los pacientes no estaban recibiendo ninguna medicación para controlar la EPOC en el momento del ataque al corazón. Con todo, los investigadores señalan que aún no resulta del todo evidente si un control inadecuado de la EPOC aumenta el riesgo de ataque cardíaco, o si otros factores, como la inflamación y la neumonía, pueden desempeñar también un papel importante.

Los resultados de este estudio ponen de manifiesto la necesidad de realizar más investigación que permita esclarecer los mecanismos que subyacen en el aumento de riesgo de infarto de miocardio en pacientes con el VIH y EPOC y diseñar estrategias preventivas y terapéuticas efectivas.

Fuente: Elaboración propias (gTt-VIH) / Aidsmap
Fuente: Crothers K et al. COPD and the risk for myocardial infarction by type in people living with HIV. Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections, Seattle, abstract 31, 2019.

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