IDWeek 2020: Dos tercios de las personas con el VIH de mediana edad y mayores padecerían dolor crónico

Francesc Martínez
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La acumulación de comorbilidades aumentaría la probabilidad de experimentar este síntoma

Un estudio realizado con una cohorte nacional estadounidense de personas de mediana edad y mayores con el VIH ha hallado que el dolor crónico afectaría a 2 de cada 3 de estas personas. La presencia de comorbilidades se asoció de forma significativa con el dolor. El estudio fue presentado en la Semana de las Enfermedades Infecciosas (IDWeek 2020), que debía celebrarse en Filadelfia (EE UU), pero que, debido a la pandemia de la COVID-19 (acrónimo en inglés de enfermedad por coronavirus 2019), se ha realizado de modo virtual.

Diversos estudios han evidenciado que el dolor crónico es muy frecuente en personas con el VIH (véase La Noticia del Día 26/10/2018). Entre las posibles causas se encuentran la inflamación asociada al VIH, la toxicidad de los antirretrovirales de primera generación o consecuencias de infecciones oportunistas y/o patologías crónicas más frecuentes en personas con el VIH que en la población general (como por ejemplo diversos tipos de cáncer).

Lo que es evidente es que el dolor crónico tiene un impacto importante sobre la calidad de vida de las personas y un manejo adecuado es esencial para lograr el “cuarto noventa”, es decir, que el 90% de las personas con el VIH, en tratamiento antirretroviral y con carga viral indetectable tengan una buena calidad de vida. El término “cuarto noventa” ha sido reivindicado por la comunidad del VIH para que sea añadido al objetivo 90-90-90 de ONUSIDA, que establece que, para 2020 al menos el 90% de las personas con el VIH estén diagnosticadas; que, al menos, el 90% de las personas diagnosticadas tomen tratamiento antirretroviral; y que, al menos, el 90% de las personas tratadas tengan una carga viral indetectable.

Para arrojar un poco más de luz al asunto de la prevalencia y factores asociados al dolor crónico en personas de mediana edad y mayores con el VIH, los autores del presente estudio cruzaron una serie de datos sobre características socioeconómicas y clínicas de una cohorte de personas mayores con el VIH en 10 centros de 7 estados de EE UU. En el cuestionario cumplimentado por los participantes refirieron si se les había diagnosticado dolor crónico de espalda, cadera, articular o muscular y si presentaban algún otro tipo de dolor crónico.

Los 1.051 participantes finalmente incluidos tenían una edad promedio de 60 años. El 44% eran mayores de 60 años. El 85% de los participantes eran hombres y el 83% del total se definieron como gais, lesbianas o bisexuales. El 69% de los participantes eran blancos, el 20% negros y el 9% eran latinoamericanos. El 52% no tenían estudios superiores y el 30% se habían graduado. El 57% de los participantes tenían ingresos anuales inferiores a los 50.000 dolores.

El 66% del total de participantes tenía uno o más tipos de dolor crónico. Los investigadores analizaron su posible relación con alguno de los factores analizados y obtuvieron 12 variables asociadas al dolor cónico.

Entre las variables que se asociaron a una mayor probabilidad de padecer dolor crónico se encontraban tener 6 o más comorbilidades (p <0,001), ser fumador (p= 0,017), padecer ansiedad (p <0,001), experimentar depresión (p= 0,009) y vivir en soledad (p= 0,002).

Entre las variables que se relacionaron con una menor probabilidad de padecer dolor crónico se encontraban tener ingresos anuales inferiores a 50.000 dolores (p <0,001), tener empleo (p <0,001) y tener un bajo consumo de alcohol (p= 0,041). Paradójicamente, tener bajos niveles de resiliencia (p= 0,003), tener una peor calidad de vida (p <0,001), peor función cognitiva (p <0,001) o peor bienestar a nivel social (p= 0,021) también se relacionaron en el estudio con una menor probabilidad de padecer dolor crónico.

Los investigadores destacaron que algunos de los factores que hallaron relacionados con el dolor crónico hallados son difíciles o imposibles de modificar, mientras que otros pueden ser revertidos o prevenidos (tales como ansiedad, depresión o tabaquismo). La mejora en el manejo del dolor crónico en personas que envejecen con el VIH y de los factores que pueden causarlo debería ser una prioridad del sistema sanitario, teniendo en cuenta su impacto en la calidad de vida de estas personas.

Fuente: NATAP / Elaboración propia (gTt)

Referencia: Karris MY, Mazonson P, Loo T, Berko J Spinelli F, Zolopa A. Characteristics associated with pain in older people living with HIV. IDWeek 2020, October 22-25, 2020. Abstract 929.

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