En un comunicado de prensa difundido esta semana, la Coordinadora Estatal del VIH/Sida (CESIDA) denuncia que Cantabria, al igual que otras comunidades autónomas, todavía no ha incorporado entre sus prestaciones sanitarias la cirugía para la lipoatrofia facial. En España, las técnicas quirúrgicas correctoras de este efecto secundario estigmatizador se han ido integrando en los distintos sistemas autonómicos de salud de forma gradual. Algunas comunidades como Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana o el País Vasco fueron pioneras.
Con la finalidad de que todas las personas en España, independientemente de su lugar de residencia, tengan acceso a esta prestación, el ministro de Sanidad y Consumo, Bernat Soria, accedió finalmente a esta vieja reivindicación del movimiento asociativo del VIH/sida. Así, en agosto de 2008, durante la XVII Conferencia Internacional sobre el Sida, anunció que la cirugía reparadora para la lipoatrofia facial se incorporaría como prestación en el Sistema Nacional de Salud (SNS) a partir del 1 de enero de 2009.
Un mes después del anuncio y a propuesta del Ministerio de Sanidad, el 11 de septiembre de 2008 el Pleno del Consejo Interterritorial del SNS aprobó incorporar esta prestación en la cartera de servicios.
Según la nota emitida esta semana, como respuesta a una carta enviada por CESIDA al Gobierno de Cantabria denunciando este hecho, la Consejería de Salud explica que “la terapia con cirugía plástica para los casos de lipodistrofia facial en personas con VIH no se encuentra en la cartera de servicios del SNS, por lo que el Servicio Cántabro de Salud, al no tener cartera ampliada, de entrada, no recoge la posibilidad de tratamiento”.
Ante esta situación –sigue el comunicado–, los pacientes que tengan la necesidad de recurrir a esta cirugía y se encuentren con que las autoridades sanitarias se la deniegan pueden recurrir a las organizaciones sociales que trabajan en el ámbito del VIH, a fin de llevar a cabo las acciones necesarias para la consecución de sus derechos. CESIDA instaba ya en 2008 a denunciar por la vía contencioso-administrativa la denegación de esta prestación.
En la misma nota, se hace mención al caso de una persona residente en la Comunidad Autónoma de Cantabria, derivada desde los servicios médicos a la Asociación Ciudadana Cántabra Antisida (ACCAS), en busca de asesoramiento y apoyo emocional tras recibir la negativa por parte del Gobierno cántabro, argumentando que “la lipodistrofia asociada a los fármacos antirretrovirales no se encuentra en estos momentos en la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud”.
Algo inaudito –señala CESIDA–, teniendo en cuenta las declaraciones que realizó el consejero de Salud del Gobierno de Cantabria, Luís Truán, el pasado 1 de diciembre con motivo del Día Mundial del Sida, donde confirmó que su comunidad contaría este año con una unidad de cirugía para la lipodistrofia dirigida a pacientes con VIH.
La lipoatrofia es un efecto secundario asociado al uso del tratamiento antirretroviral, sobre todo a los análogos de la timidina, que se caracteriza por la pérdida de grasa subcutánea, especialmente visible en cara, extremidades y nalgas. Aunque podrían ser varios los factores implicados en su aparición y desarrollo, el empleo de estavudina (d4T, Zerit®) y, en menor medida, zidovudina (AZT, Retrovir®, y coformulado en Combivir® y Trizivir®) ha probado ser determinante en la gran mayoría de los casos. Según el Grupo de Estudio de Alteraciones Metabólicas (GEAM), hoy en día en España puede que haya unas 14.000 personas con VIH y lipoatrofia.
Para más información: Carmen Martín. Asociación ACCAS. 629 452 984/ 606 937 546 / Pablo García. CESIDA Comunicación: 902 362 825.
Fuente: Comunicado de prensa de CESIDA. 25/02/2009 / Elaboración propia.
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