Un análisis confirma que la carga viral constituye el principal factor de predicción de la transmisión del VIH

Miguel Vázquez
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También se observó que el riesgo de transmisión fue similar de hombre a mujer y a la inversa

Los resultados de un estudio en el que participaron parejas serodiscordantes (en las que un miembro tiene VIH y el otro no) en África, confirmaron que los niveles de ARN del VIH se erigen en el factor más significativo para predecir el riesgo de transmisión del virus. Los hallazgos, publicados en la revista The Journal of Infectious Diseases, también ponen de relieve la importancia de otras variables, como el uso de preservativos, la edad, la circuncisión y la existencia de otras infecciones de transmisión sexual (ITS).

Las conclusiones proceden del análisis de los resultados del estudio denominado Partners in Prevention HSV/HIV Transmission, diseñado originalmente para determinar si el empleo de aciclovir para suprimir el virus del herpes simple tipo 2 [VHS-2] podría servir para reducir la transmisión del VIH. Aunque el estudio no apreció una relación entre el uso de aciclovir y la transmisión del virus de la inmunodeficiencia humana (véase La Noticia del Día 29/01/2010), ofreció la oportunidad de calcular el riesgo de transmisión del VIH por coito, teniendo en cuenta que al miembro seropositivo de la pareja sólo se le ofreció la terapia antirretroviral cuando su recuento de CD4 era inferior a 250 células/mm3, umbral de inicio de tratamiento en ese entorno y en aquel momento.

En el estudio se realizó el seguimiento de 3.297 parejas serodiscordantes en 14 sedes del África oriental y meridional. Al comienzo, la media de edad de las personas participantes era de 32 años, el 67% de las personas con VIH eran de sexo femenino y el 34% de los hombres con VIH estaban circuncidados. El nivel basal medio de carga viral del VIH fue de unas 8.000 copias/mL. Los participantes recibieron un seguimiento a lo largo de dos años en el transcurso de los cuales se efectuaron pruebas de viremia de forma periódica y se comprobó la presencia de ITS. Además, las parejas tuvieron que informar sobre la utilización de preservativos en su relación y, cuando se produjo un caso de infección, se realizaron pruebas de genoma a fin de determinar si el virus provenía del miembro con VIH de la pareja, para evitar así incluir en el análisis aquellas infecciones debidas a relaciones con terceras personas.

El principal objetivo del análisis presentado era determinar el riesgo que existía de que se produjera la transmisión del VIH en cada acto sexual con una pareja seropositiva, principalmente entre la población heterosexual en el África subsahariana, donde viven alrededor de dos terceras partes del total de personas con VIH del mundo. Según los datos del ensayo, se produjeron 86 casos de transmisión de un miembro a otro de la pareja y se determinó que el riesgo de transmisión fue de 1 caso por cada 900 coitos.

Pese a que los cálculos de la probabilidad de infección por cada relación sexual pueden resultar confusos a la hora de tomar decisiones personales (en realidad, basta con un solo encuentro sexual sin protección para que se pueda transmitir el virus), estos datos tienen relevancia en el ámbito de la epidemiología y la prevención del VIH, y son necesarios para poder crear modelos que reflejen el estado de la epidemia y hacer previsiones de los efectos que podrían tener las intervenciones preventivas.

La carga viral en el miembro de la pareja con VIH constituyó el principal factor impulsor de la transmisión y el riesgo aumentó 2,9 veces por cada incremento de 1log en la viremia. Este dato fue algo superior a otros cálculos previos de estimación del riesgo de transmisión relacionado con la carga viral, probablemente debido a que los cortos intervalos de seguimiento y la elevada frecuencia de medición de la viremia en el estudio permitieron obtener unas cifras más precisas de la relación entre los niveles de VIH y la capacidad de infección.

El estudio también confirmó que los condones fueron muy protectores y redujeron en un 78% el riesgo de transmisión del VIH entre el grupo de participantes que declararon haberlos utilizado. Según los autores del estudio, esto sugiere una elevada tasa de uso constante de los preservativos, algo poco habitual en parejas casadas del África subsahariana.

El tener una mayor edad fue otro factor relacionado con una menor probabilidad de transmisión del virus por cada acto sexual, como ya se sabía de investigaciones anteriores. Asimismo, se comprobó que la circuncisión redujo en un 47% el riesgo de transmisión del VIH de mujer a hombre, una cifra similar a la de la eficacia protectora registrada en tres ensayos de distribución aleatoria en donde se constató la eficacia de esta intervención para prevenir la infección por VIH (véase La Noticia del Día 25/03/2010).

La infección por VHS-2 y la ulceración genital aumentaron el riesgo de transmisión del VIH entre 2 y 2,7 veces, algo que viene a confirmar hallazgos anteriores.

Los hallazgos también evidenciaron que el riesgo de transmisión del VIH de hombre a mujer era aproximadamente dos veces superior a la probabilidad de transmisión de mujer a hombre. No obstante, esta diferencia puede atribuirse a la variación de la carga viral entre hombres y mujeres. Tras ajustar los datos en función de las distintas cargas virales (en promedio, los varones tendían a tener una viremia superior), se comprobó que las tasas de transmisión del virus por acto sexual fueron semejantes en la transmisión de hombre a mujer y de mujer a hombre. Las diferencias en la edad y la infección por VHS-2 en el caso del miembro de la pareja seronegativo también ayudan a explicar la disparidad por sexos (las mujeres sin VIH fueron, en promedio, más jóvenes y presentaron unas tasas más elevadas de herpes genitales que sus equivalentes masculinos).

Los autores afirman que sus resultados no sólo subrayan la importancia de la terapia antirretroviral en la reducción del riesgo de transmisión del VIH -algo que ya había quedado especialmente patente tras los alentadores resultados del estudio HPTN 052 (véase La Noticia del Día 19/07/2011)-, sino que también reflejan la utilidad de determinadas intervenciones para disminuir dicho riesgo, como por ejemplo, el tratamiento de las coinfecciones (para reducir la carga viral de VIH-1 en plasma), la promoción del preservativo, la circuncisión y el tratamiento de las ITS sintomáticas en los miembros de la pareja sin VIH.

Fuente: Aidsmeds / Elaboración propia.
Referencias: Hughes JP, Baeten JM, Lingappa JR, et al (Partners in Prevention HSV/HIV Transmission Study Team). Determinants of Per-Coital-Act HIV-1 Infectivity Among African HIV-1–Serodiscordant Couples. J Infect Dis. 205(3): 358-365. February 1, 2012.

Gray RH, Wawer MJ. Probability of Heterosexual HIV-1 Transmission per Coital Act in Sub-Saharan Africa. J Infect Dis. 205(3): 351-352. February 1, 2012.

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