El inicio precoz del tratamiento antirretroviral reduciría el riesgo de padecer sida y tuberculosis

Los eventos tuvieron lugar cuando los niveles de CD4 habían ya aumentado

Francesc Martínez
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Según un nuevo análisis del estudio HPTN 052 publicado en Lancet Infectious Diseases, el inicio precoz del tratamiento antirretroviral reduciría significativamente el riesgo de desarrollar sida y otras enfermedades asociadas al VIH.

El estudio HPTN 052 marcó un antes y un después en el papel del tratamiento antirretroviral como importante medida de prevención de la transmisión de la infección, ya que en una primera publicación de resultados mostró el inicio inmediato de la terapia antirretroviral era capaz de reducir en un 96% los casos de transmisión del VIH (véase La Noticia del Día 19/07/2014) en parejas serodiscordantes (en las que un miembro tiene VIH y el otro no) observados si el inicio del tratamiento se retrasaba hasta alcanzar un recuento de CD4 de 250 células/mm3 (la recomendación vigente en los países de recursos limitados de Asia, África y América en los que se llevó a cabo). Los resultados de dicho estudio se vieron confirmados recientemente gracias al estudio PARTNER (véase La Noticia del Día 14/03/2014).

El estudio HPTN 052 se llevó a cabo en 13 centros de 9 países. Para poder incluir a una pareja serodiscordante en el estudio, los miembros con VIH debían tener niveles de CD4 entre las 350 y las 500 células/mm3.

Los participantes con VIH fueron distribuidos aleatoriamente a iniciar la terapia antirretroviral de forma inmediata o retrasarla hasta alcanzar niveles de CD4 de 250 células/mm3 o el desarrollo de infección síntomatica.

Un total de 1.763 personas con VIH fueron finalmente incluidas. La mediana del recuento de CD4 al inicio fue de 438 células/mm3. La mediana de la duración del seguimiento fue de 2,1 años.

Los investigadores clasificaron los eventos en principales (muerte, progresión a sida, tuberculosis, infecciones bacterianas severas, enfermedad cardiovascular, cánceres no definitorios de sida, diabetes y enfermedades hepática y renal graves) y en secundarios (infección por VIH síntomatica en estadios 2 o 3 según la escala de la Organización Mundial de la Salud [OMS], malaria, disfunciones renal o hepática, hipertensión, lipodistrofia, dislipemia, neuropatíaa periférica y alteraciones hematológicas).

Cincuenta y siete participantes (el 6%) del grupo con inicio precoz del tratamiento y 77 (el 9%) del grupo con inicio diferido experimentaron un evento principal. La probabilidad acumulada en dos años de desarrollar un evento principal fue del 4,8% en personas con inicio precoz y del 7,9% en aquellas con inicio diferido, lo que implicó una reducción del riesgo con inicio precoz del 27% (que no alcanzó valores significativos, aunque sí que se observó cierta tendencia p= 0,074).

El 5% de las personas con inicio precoz y el 7% de aquellas con inicio diferido del tratamiento antirretroviral experimentaron enfermedades definitorias de sida. La probabilidad acumulada a 2 años de sufrir un episodio de sida fue del 3,3% en personas con inicio precoz y del 6% en aquellas con inicio diferido del tratamiento. El tratamiento precoz redujo el riesgo de desarrollar una enfermedad definitoria de sida en un 36% (cociente de riesgo [HR]: 0,64; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 0,43-0,96; p= 0,031).

El 2% de los participantes con inicio precoz del tratamiento y el 4% de aquellos con inicio diferido desarrollaron tuberculosis. El inicio precoz se asoció a un riesgo acumulado a los dos años del 1,2% y a uno del 3,7% en el caso del inicio diferido. El inicio precoz redujo el riesgo de padecer tuberculosis en un 51% (p= 0,018).

Los eventos secundarios de tipo grave fueron poco frecuentes y afectaron a 12 personas con inicio precoz del tratamiento y a 9 de aquellas con inicio diferido (diferencia no significativa).

Combinando eventos principales y secundarios, estos tuvieron lugar en el 37% de las personas con inicio precoz del tratamiento y en el 40% de aquellas con inicio diferido. Las tasas de incidencia fueron significativamente menores en el grupo con inicio precoz (24,9 y 26,5 casos por cada 100 persona-años; p= 0,025).

Ambos tipos de eventos no se concentraron únicamente en personas con recuentos de CD4 bajos. De hecho, la mayor parte tuvieron lugar en personas con más de 350 células/mm3 y la mediana del recuento de CD4 en el momento de acaecer uno de dichos eventos fue de 353 células/mm3 en personas con inicio diferido y de 502 células/mm3 en aquellas con inicio precoz.

Los resultados del presente estudio muestran beneficios de iniciar el tratamiento por encima de 250 células/mm3, algo ya claramente demostrado con anterioridad pero que estudios de gran tamaño como el HPTN 052 ayudan a afianzar. El agrupar los distintos tipos de eventos y analizar el riesgo de padecerlos de forma individual proporciona interesantes evidencias científicas que podrían ayudar a optimizar el manejo de las personas con VIH que inician tratamiento con bajos recuentos de CD4.

Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: Grinsztejn B et al. Effects of early versus delayed initiation of antiretroviral treatment on clinical outcomes in HIV-1 infection: results of from the phase 3 HPTN 052 randomised controlled trial. Lancet Infect Dis 14: 281-90, 2014.

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