Un estudio concluye que el uso de la profilaxis preexposición no parece aumentar las conductas sexuales de riesgo

No obstante, los autores del mismo indican que hay que ser cautelosos a la hora de extrapolar estos resultados a entornos reales

Miguel Vázquez
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Un estudio realizado recientemente en hombres que practican sexo con hombres (HSH) que tomaban una profilaxis preexposición (PPrE) ha concluido que esta intervención no conllevó un aumento de los comportamientos sexuales de riesgo. No obstante, los autores del estudio (publicado en Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes) reconocen que éste presenta algunas limitaciones importantes que hacen que sea difícil extrapolar estos resultados a un entorno real. En el estudio, de distribución aleatoria, a doble ciego y controlado con placebo, participaron 400 hombres HSH sin VIH en tres ciudades de EE UU que habían declarado haber practicado relaciones sexuales anales con otro hombre en el año anterior.

La profilaxis preexposición consiste en la toma de determinados fármacos antirretrovirales (de forma aislada o en combinación) por parte de personas sin VIH para evitar la infección por este virus en el caso de exponerse al mismo por vía sexual. En algunos estudios previos realizados con poblaciones de HSH, se comprobó que la PPrE había reducido el riesgo de transmisión de forma significativa (véase La Noticia del Día 29/11/2010).

Sin embargo, esta intervención preventiva no está exenta de problemas. Una de las preocupaciones de los científicos es que el hecho de tomar PPrE comporte lo que se conoce como “compensación de riesgos”, es decir, que algunas personas, al sentirse protegidas por la profilaxis, podrían adoptar mayores riesgos en sus relaciones sexuales de los que asumían antes de tomar la PPrE.

En el estudio en cuestión, los participantes fueron distribuidos de forma aleatoria en dos grupos: A la mitad de ellos se les proporcionó tenofovir (Viread®) como PPrE, mientras que el resto recibió un placebo. Ambos grupos fueron subdivididos a su vez en dos más: una mitad de los participantes empezó a tomar el tratamiento (o el placebo) de forma inmediata, mientras que la otra esperó nueves meses. Se valoraron los factores de riesgo sexual de los participantes al comienzo del estudio y, posteriormente, en entrevistas de seguimiento cada tres meses.

Durante el periodo de seguimiento, los factores de riesgo sexual comunicados por los hombres descendieron o se mantuvieron estables. Así, el número medio de parejas sexuales descendió y el porcentaje de hombres que indicaron haber mantenido relaciones anales sin protección también se redujo. La media de ocasiones en que se llevaron a cabo estas conductas de riesgo no varió de forma significativa.

Además, durante los primeros nueve meses del estudio (en el que la mitad de los participantes retrasaron el inicio de la PPrE o el placebo), las modificaciones en las conductas de riesgo fueron similares entre los hombres que comenzaron a tomar el tratamiento y los que lo retrasaron. Tampoco se apreciaron diferencias una vez todos los varones empezaron a recibir PPrE (o el correspondiente placebo).

No obstante, el estudio presentaba algunas limitaciones de importancia para poder extrapolar sus resultados. Por un lado, a los participantes se les dijo que la PPrE no tenía ninguna eficacia conocida, por lo que es posible que su conducta posterior no se pueda traducir a escenarios reales en donde las personas fueran conscientes de la capacidad real de esta profilaxis para proteger frente al VIH. Por otro lado, el hecho de que los participantes supieran que podían haber estado tomando un placebo en vez de un fármaco real también puede haberles hecho ser más cautos.

A todo esto hay que añadir que, como es habitual en el caso de los estudios que se basan en la propia evaluación de los participantes, las declaraciones de comportamiento de riesgo sexual pueden ser poco fiables y los hombres pueden haber sido más propensos a ofrecer respuestas más favorables, dando a entender que adoptaron menos conductas de riesgo de las que tuvieron en realidad.

Fuente: Aidsmeds.com.
Referencia: Liu AY, Vittinghoff E, Chillag K, et al. Sexual Risk Behavior Among HIV-Uninfected Men Who Have Sex With Men Participating in a Tenofovir Preexposure Prophylaxis Randomized Trial in the United States. J Acquir Immune Defic Syndr. 2013 Sep 1; 64(1): 87-94.

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