La combinación de raltegravir y atazanavir se muestra segura y eficaz en una pequeña serie de pacientes

Xavier Franquet
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Se trata de seis personas multitratadas y que tienen virus resistentes a otras clases de antirretrovirales

Después de la aprobación de nuevos antirretrovirales (ARV) en los últimos años, ahora es el momento de estudiar y aprender cómo usarlos, combinándolos entre sí y con los ya disponibles desde hace más tiempo. La irrupción de nuevas clases de ARV que actúan de forma distinta y con diferentes perfiles de toxicidad hace que ello sea todavía más interesante. Uno de estos nuevos fármacos es raltegravir (Isentress®), el primero de la clase de los inhibidores de la integrasa.

En primer lugar, fue desarrollado y aprobado para su uso en personas con experiencia previa en antirretrovirales y así se esta utilizando. Al no tener resistencia cruzada con ninguna de las clases de antirretrovirales existentes hasta su comercialización y al presentar también un perfil de toxicidad distinto, su empleo en combinación con otros ARV constituye una nueva oportunidad de tratamiento para aquellas personas con virus resistentes y con problemas de toxicidad asociada a otras clases de antirretrovirales.

Una de las novedosas combinaciones en estudio es la de raltegravir junto a un inhibidor de la proteasa (IP) potenciado, como por ejemplo lopinavir/r (Kaletra®) o darunavir/r (Prezista®/Norvir®). Combinaciones interesantes para personas cuyos virus han desarrollado resistencia a los inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de nucleósido (ITIN) o cuya toxicidad quieren frenar o evitar.

Ahora, se han dado a conocer datos sobre una pequeña serie de pacientes que toman la combinación de raltegravir con el IP atazanavir (Reyataz®) sin potenciar con ritonavir, lo que evita la toxicidad asociada a este fármaco (elevación de lípidos) y efectos adversos gastrointestinales como la diarrea.

Atazanavir puede tomarse potenciado o no con ritonavir. En este caso, la dosis escogida fue de 300mg dos veces al día sin ritonavir. En el caso de raltegravir, se administró la dosis completa de 400mg dos veces al día, pese a que datos recientes apuntan que la toma conjunta de ambos fármacos puede resultar en un aumento del 40 al 55% de las concentraciones de raltegravir, debido a una interacción en la vía de metabolización.

Los resultados dados a conocer corresponden al seguimiento durante más de 24 semanas de seis pacientes del sistema de salud para veteranos de Connecticut (EE UU). De éstos, un total de tres tomaron solamente raltegravir y atazanavir, mientras que el resto añadió algún antirretroviral más a su régimen. En un caso fue lamivudina y en otros dos, otros ITIN. En uno de ellos, además, se agregó saquinavir (Invirase®).

Todos ellos empezaron a tomar estas combinaciones entre abril de 2007 y mayo de 2008, dentro del programa de acceso expandido [PAE] -mucho antes de que se aprobara el fármaco-, puesto que tenían virus con resistencia múltiple a nucleósidos en algunos casos, y a no análogos de nucleósido (ITINN) en otros, pero todavía con cierta sensibilidad a IP y, por descontado, a raltegravir.

Antes de iniciar la terapia, la carga viral media fue de 115.752 copias/mL y el recuento medio de CD4 de 309 células/mm3 (rango: 32-477). Tras 24 semanas de tratamiento, la carga viral de todos los participantes permanecía indetectable, mientras que el recuento medio de CD4 era de 543 células/mm3 (rango: 101-1.001), con un promedio de ganancia de 234 células CD4/mm3.

Al cabo de las primeras 24 semanas, la aclaración de creatinina estimada y los niveles de colesterol permanecieron sin cambios. En todos los participantes, las transaminasas hepáticas (AST, ALT) mostraron un descenso general, con un promedio de 25 U/L. Sin embargo, la bilirrubina total aumentó una media de 1,3 mg/dL, tal como era de esperar con un régimen que incluye atazanavir.

Según los investigadores, todas estas personas siguieron tolerando bien sus combinaciones de ARV entre la semana 25 y la 82. En el momento de realizar el informe, cinco pacientes llevaban tomando raltegravir y atazanavir durante más de 36 semanas, y en dos casos, más de 76. Todos mantenían carga viral indetectable (<50 copias/mL).

Aunque los resultados son prometedores, se trata de un grupo muy reducido de pacientes, cuyos datos, además, han sido recogidos retrospectivamente. Por ello, es preciso que, en el futuro, puedan ser confirmados con resultados de estudios prospectivos. Un estudio de reparto aleatorio en el que se comparara el uso de raltegravir junto a distintos IP -potenciados o no- aportaría datos muy útiles a la hora de seleccionar el inhibidor de la proteasa que más convenga a cada persona en una población de pacientes multitratados.

Fuente: Elaboración propia / Natap.

Referencia: Gupta S, Lataillade M, Farber S, et al. Raltegravir With Unboosted Atazanavir 300 mg Twice Daily in Antiretroviral Treatment-Experienced Participants. Journal of the International Association of Physicians in AIDS Care. Volume 8, Number 2. March/April 2009; 87-92.

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