Frecuente reaparición de la hepatitis C tras un trasplante hepático en personas coinfectadas VIH/VHC

La recurrencia grave podría comprometer a largo plazo la supervivencia de las personas trasplantadas

Juanse Hernández
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Cada una de las personas coinfectadas con VIH y VHC que sobrevivieron a un trasplante de hígado en un hospital de Barcelona (España) experimentó una reaparición de la hepatitis C, y sólo una persona tuvo una respuesta virológica al uso posterior del tratamiento para la hepatitis C. Ésta es la conclusión a la que llega un estudio publicado en la revista Antiviral Therapy. Los autores observan, sin embargo, que todas las personas que sobrevivieron se habían incorporado a sus actividades normales dos años después del trasplante de hígado y que la terapia anti-VIH se reintrodujo de forma segura y eficaz en el plazo de semanas.

La enfermedad hepática se ha convertido en una de las principales causas de enfermedad y muerte en personas con VIH, siendo frecuentemente el virus de la hepatitis C el origen subyacente. La progresión a cirrosis causada por la hepatitis C es más rápida en personas con VIH, las cuales tienen además una supervivencia más corta una vez se ha producido la descompensación hepática. Varios estudios han mostrado que el tratamiento para la hepatitis C tiene sólo eficacia limitada en personas con VIH, posiblemente como consecuencia de los efectos tóxicos de algunos fármacos anti-VIH sobre el hígado, y las interacciones entre los fármacos para la hepatitis C y el VIH.

Es por ello que se espera que el número de personas coinfectadas con VIH y VHC que necesitan un trasplante de hígado se incremente. Aunque existe una experiencia limitada de trasplante hepático en personas coinfectadas,  la evidencia a la luz de los datos sugiere que la supervivencia, al menos a corto plazo, es tan buena como la que se ha observado en personas que sólo están monoinfectadas con VHC.
 
Muchas personas coinfectadas desarrollan una recaída de la infección por VHC tras un trasplante hepático. El uso óptimo del tratamiento para la hepatitis C en personas trasplantadas que experimentan una recaída de la hepatitis C es desconocido. Por este motivo, un grupo de investigadores españoles informa ahora de sus experiencias entre 2002 y 2004 en trasplantes de hígado y tratamiento para la reaparición de la hepatitis C en seis personas.

Los pacientes tenían una mediana de edad de 42 años. Cinco eran hombres y cuatro presentaban un historial de uso de drogas inyectables como vía de transmisión de la infección  por VIH/VHC. Todos estaban tomando terapia antirretroviral con carga viral indetectable inmediatamente antes de su trasplante hepático. El recuento mediano de células CD4 en ese momento fue de un poco más de 250 células/mm3. La mediana de ARN de VHC fue de casi 800.000 copias/ml antes del trasplante. Dos pacientes habían tomado sin éxito tratamiento para la hepatitis C. Los genotipos de la hepatitis C fueron el 1a en tres personas, el 1b en una y el 1a/1b en dos.
 
Uno de los pacientes falleció de complicaciones postoperatorias sin una recurrencia del virus de la hepatitis C después del trasplante hepático. En los cinco pacientes que sobrevivieron, se reintrodujo el tratamiento para el VIH entre los 4 y los 16 días después de la operación, y en todos ellos la carga viral del VIH permaneció indetectable.
 
En estas cinco personas, el virus de la hepatitis C recurrió en el plazo de las once semanas tras el trasplante. Todos ellos iniciaron tratamiento para la hepatitis C, interferón pegilado y ribavirina, en el plazo de las dos semanas desde que se detectó la recurrencia de la infección. Sólo en un paciente se dio una respuesta viral sostenida al tratamiento. En el resto de pacientes, el descenso mediano en el ARN del VHC fue de 0,87log10 a la semana 12 y 1,04log10 a la semana 24.
 
A pesar de esta pobre tasa de respuesta virológica, los investigadores observan que los cinco pacientes sobrevivieron y reanudaron sus actividades normales dos años después del trasplante. La persona que consiguió una respuesta viral sostenida todavía tenía una carga viral indetectable de la hepatitis C al mes 26. De los otros pacientes, dos desarrollaron cirrosis y dos hepatitis crónica moderada.

A la luz de estos casos, los investigadores hacen algunas recomendaciones para el manejo de las personas coinfectadas con VIH/VHC que reciben un trasplante de hígado. Primero, sugieren que se debería intentar diagnosticar la recurrencia de la hepatitis C tan pronto como sea posible. En su opinión, realizar biopsias de forma regular podría ser una herramienta útil, aunque habría que preguntarse si es realista. En segundo lugar, el uso de esteroides y terapia inmunosupresora para prevenir el rechazo del órgano debería reducirse lentamente (durante seis meses) y no debería ser interrumpida súbitamente en caso de recurrencia de la hepatitis C. En tercer lugar, se debería utilizar la mayor dosis posible de ribavirina. Y, por último, se debería considerar tratamiento para la hepatitis C a largo plazo, quizás de duración indefinida.
 
En sus conclusiones, los investigadores afirman: “Se necesitan urgentemente estrategias más novedosas para prevenir la recurrencia e incrementar las tasas de respuesta”.

Fuente: AIDSMAP
Referencia: Castells L et al. Early antiviral treatment of hepatitis C virus recurrence after liver transplantation in HIV-infected patients. Antiviral Therapy 11: 1061 – 1070, 2006.

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