Diarrea

El equipo de gTt

El VIH y algunas infecciones relacionadas pueden producir diarrea. También la mayoría de los fármacos del VIH incluyen en sus prospectos la diarrea como efectos secundario. 

Están especialmente relacionados con la diarrea: nelfinavir (Viracept®), saquinavir (Invirase® y Fortovase®), lopinavir/r (Kaletra®), fosamprenavir (Telzir®, Lexiva®), tipranavir (Aptivus®), ritonavir (Norvir®), abacavir (Ziagen®, Trizivir® y Kivexa®) y ddI (Videx®).

La diarrea sigue siendo uno de los efectos secundarios de la terapia anti-VIH de los que menos se habla a pesar de que es de los más habituales. El propio VIH puede producir diarrea, como también pueden hacerlo muchas infecciones relacionadas con el VIH.

Hasta el 50% de las personas con VIH acabará sufriendo diarrea en algún momento y las que tienen los recuentos de CD4 más bajos son las que corren un riesgo mayor de que suceda. La diarrea puede prolongarse durante unos pocos días, semanas, meses, o en algunos casos, años.

Al hablar de diarrea nos referimos al aumento de la frecuencia así como a unas deposiciones menos sólidas y más acuosas.

Puede ser embarazoso hablar sobre la diarrea o los hábitos intestinales. Este puede ser uno de los motivos por lo que apenas se trata médicamente. Sin embargo, es importante que se trate la diarrea, ya que de lo contrario puede provocar deshidratación, evitar la absorción de nutrientes esenciales y fármacos, pérdida de peso y fatiga.

Descubrir la causa

A menudo la diarrea es temporal y puede deberse a un inicio o cambio de tratamiento. En estos casos pueden ser eficaces los tratamientos a corto plazo con medicamentos antidiarreicos como la loperamida (Fortasec®, Imodium®). Los síntomas a menudo remiten en unos pocos días o semanas, cuando te acostumbras a los nuevos fármacos.

Si la diarrea persiste durante más de unos pocos días y no está relacionada directamente con el inicio de una nueva combinación de fármacos, es importante que realices pruebas para descartar que no esté siendo provocada por algún organismo o infección parasitaria.

Causas no relacionadas con los fármacos
Si tienes una diarrea que se prolonga más de unos pocos días pide a tu médico/a que te realice un análisis de una muestra de deposiciones para comprobar cuál es la causa de la diarrea. Algunas de estas pruebas pueden tardar un par de semanas en dar resultados.

Tras examinarte, y según la gravedad y el historial de los síntomas, tu médico/a puede prescribirte un tratamiento de antibióticos junto con medicamentos como loperamida (Fortasec®, Imodium®) difenoxilato (Lomotil®) o fosfato de codeína (Codeisan®) para disminuir la frecuencia con la que tienes que ir al baño.

Cuando el análisis de las heces no consigue descubrir ningún organismo que esté provocando la diarrea y los síntomas son persistentes, entonces puede que tu médico/a desee realizar una endoscopia. Para ello se obtiene una biopsia (una pequeña muestra de tejido) para el análisis en el laboratorio. Esto puede descartar otros problemas intestinales como la colitis. Dado que la diarrea puede ser un síntoma de otras enfermedades relacionadas con el VIH, es muy importante realizar estas pruebas.

Tratamiento

Cuando se han investigado las posibles causas de la diarrea y no haya aparecido nada, entonces cobra importancia el tratamiento del propio síntoma. Puede que te administren un tratamiento con antibióticos para intentar tratar cualquier infección subyacente que permanezca oculta.

Muchos fármacos anti-VIH pueden provocar diarrea y algunos son más problemáticos que otros. Si en general estás tolerando tu terapia combinada, quizá puedas tratar la diarrea con fármacos antidiarreicos o con cambios en la dieta. Ambas opciones se explican más abajo.

Según tus opciones de tratamiento, también puedes estudiar un cambio del fármaco que probablemente esté provocando este efecto secundario.

Dieta

  • Muchas personas con VIH tienen dificultades para digerir la lactosa, presente en la leche y muchos productos lácticos. Puede ser de verdadera ayuda el reducir la cantidad de leche y productos lácteos en tu dieta. Una alternativa puede ser la leche de arroz o de soja, ya que no contienen lactosa.
  • El “agua de arroz” puede ser también útil. Otra alternativa similar puede ser hervir una pequeña cantidad de arroz en agua durante 30-45 minutos (o en un microondas durante un poco menos), darle sabor con jengibre, miel, canela o vainilla cuando enfríe y luego tomarlo a lo largo del día.
  • También ayuda tomar menos fibra insoluble. Entre las comidas que contienen fibra insoluble se encuentran las verduras, panes y cereales con trigo integral, pieles de las frutas, frutas, semillas y frutos secos.
  • Intenta tomar más fibra soluble. Esto es especialmente útil cuando las deposiciones líquidas constituyen un problema ya que ayuda a absorber el exceso de agua y dar consistencia a las heces. La fibra soluble se encuentra en el arroz blanco, la pasta, cápsulas de zaragatona (plantago psyllium), salvado de trigo o de avena. Con ello podrás aumentar la cantidad de fibra soluble en tu dieta.
  • La cafeína (y las drogas recreativas) pueden provocar una aceleración del tránsito intestinal, lo que provocará más movimientos intestinales. La cafeína está presente en el café, el té y las bebidas de cola.
  • Intenta evitar las comidas con mucha grasa, mantecosas y con mucho azúcar.
  • Procura evitar las bebidas durante las comidas, pero asegúrate de que tomas suficiente líquido para reemplazar el líquido perdido debido a la diarrea.
  • Asegúrate de tomar también comidas ricas en potasio, como plátanos, melocotones, patatas, pescado y pollo. Cuando tienes diarrea pierdes potasio de tu organismo.
  • Intenta tomar yogur activo para aumentar la flora bacteriana del intestino. Si tienes problemas con los productos lácteos, puedes tomar pastillas de acidófilus. No obstante, si tu recuento de CD4 está por debajo de 50, esto puede no ser recomendable.
  • Asegúrate que tu dieta se mantiene equilibrada tras cualquier cambio que realices en ella. No ingieras sólo unos pocos alimentos, ya que puede que estés dejando de tomar minerales y vitaminas esenciales. Respecto a la dieta, puedes obtener recomendaciones y apoyo por parte del/la nutricionista en tu centro de tratamiento.

Medicación y suplementos

  • Reposición de líquidos y electrolitos (mediante bebidas rehidratantes para deportistas).
  • Loperamida (Fortasec®, Imodium®), difenoxilato (Lomotil®) y fosfato de codeína (Codeisan®) son los fármacos prescritos con más frecuencia contra la diarrea. Funcionan ralentizando los movimientos intestinales y la rapidez con la que procesas la comida, lo que puede reducir el número de deposiciones diarias.
  • Tu médico/a normalmente prescribirá estos fármacos primero, pues para muchas personas son eficaces. Es importante que se tomen de forma regular hasta que la diarrea esté bien controlada. Empieza con dosis bajas. Si estás tomando la dosis máxima diaria y aún no consigues controlar el problema, vuelve a tu médico para que cambie la medicación.
  • Los suplementos de calcio pueden reducir la diarrea relacionada con nelfinavir y probablemente funcionará también con otros inhibidores de la proteasa. La dosis normal es de 500 mg dos veces al día y será de utilidad para aquellas personas que evitan los productos lácteos, ya que éstos constituyen la principal fuente de calcio de la dieta.
  • La glutamina ha sido empleada de forma experimental para intentar mejorar la función intestinal. Aún persiste algún debate sobre la dosis (el rango de opiniones va desde 5 gr. a 40 gr. al día). Está disponible en polvo que puede ser disuelto en agua o en forma de pastilla.
  • Los laxantes que endurecen la deposición, aunque parezca una contradicción de términos, son útiles cuando las deposiciones líquidas son un problema. Absorben líquidos y endurecen la deposición ( y aumentan el tiempo que permanecen en el intestino). Estos fármacos se toman generalmente tras una comida y no debes beber en los 30 minutos posteriores. No los tomes al mismo tiempo que las medicinas.
  • Los estudios realizados con pastillas de salvado de avena tomadas por personas que sufrían diarrea y que tomaban inhibidores de la proteasa demostraron que son eficaces y que funcionan sobre el mismo principio. La dosis fue de 2-3 pastillas antes de las comidas o tras cada toma de los inhibidores de la proteasa.

Como último recurso…

En el caso de que todas las medicaciones habituales no hayan conseguido ningún efecto, puede emplearse sulfato de morfina de liberación retardada o inyecciones de ocreótida, aunque se usa no tanto para controlar los efectos secundarios como para tratar otras causas de la diarrea. Las formulaciones de sulfato de morfina de liberación retardada implican que a lo largo del día se están suministrando pequeñas dosis de esta sustancia. Está disponible en un amplio abanico de concentraciones, cada una indicada por un color, de modo que te sea más fácil tener cuidado con tomar sólo la dosis necesaria. La formulación líquida del sulfato de morfina (de liberación inmediata) puede emplearse contra la diarrea que aparece en momentos específicos; esto es, en las horas que siguen a la toma de los fármacos del VIH.

El sulfato de morfina de liberación retardada funciona debido a que uno de los efectos secundarios de los opiáceos es el estreñimiento, ya que ralentiza el movimiento intestinal.

Debido a que este fármaco es un opiáceo, muchos/as médico/as son reacios a ofrecerlo, por lo que tendrás que ser persistente para poder usarlo. Para algunas personas, es lo único que funciona. Incluso a dosis muy bajas puede suponer volver a llevar una vida normal.

Referencia: A guide to avoiding & managing side effects de la asociación británica i-Base.

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