EACS 2017: Se observan tasas más reducidas de supresión virológica en mujeres mayores con el VIH

Marta Villar
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Sin embargo, en el mismo estudio se observó que ellas muestran una mejor correlación CD4/CD8

Las mujeres con el VIH de 65 años o más tienen un peor control virológico que los hombres con el VIH de la misma edad. Esta es la principal conclusión a la que llega un estudio italiano cuyos resultados fueron presentados durante la 16 edición de la Conferencia Europea del Sida (EACS 2017), que se celebró la semana pasada en Milán (Italia). Sin embargo, el mismo estudio también halló que ellas muestran una mejor correlación CD4/CD8 (una medida del equilibrio del sistema inmunitario) que los hombres.

Diferentes estudios de cohortes prospectivos de Europa (AGEhIV, POPPY) y de EE UU (VACS) han centrado su atención en evaluar los cambios que se producen en la salud de las personas con el VIH que envejecen. Sin embargo, estas cohortes incluyen relativamente una baja proporción de mujeres y ninguna de ellas ha sido diseñada para comparar los resultados entre mujeres y hombres con el VIH mayores. GEPPO es una cohorte italiana formada por pacientes mayores –es decir hombres y mujeres de 65 años o más– que reciben atención médica en 11 hospitales italianos.

El aumento de la esperanza de vida gracias al tratamiento antirretroviral ha traido consigo la aparición de otras comorbilidades relacionadas con la edad. Entre ellas se incluyen la enfermedad hepática, la enfermedad cardiovascular, la enfermedad renal, los cánceres no definitorios de sida, la osteoporosis, los problemas neurocognitivos, además de la fragilidad. Dado que se han descrito diferencias de género en variables virológicas e inmunológicas, clínicas y terapéuticas el objetivo de este estudio transversal fue explorar tales diferencias.

Para llevar a cabo el estudio, los investigadores incluyeron a un total de 1.237 pacientes mayores con el VIH –210 mujeres y 1.027 hombres–. Las edades en ambos grupos fueron muy similares, en promedio las mujeres tenían 71,8 años y los hombres 71 años. En relación con el origen, el 97,1% de las mujeres y el 98,5% de los hombres eran caucásicos; las mujeres llevaban una media de 15,8 años viviendo con el VIH y los hombres 16. Asimismo, el 11,8% de las mujeres y el 11,3% de los hombres obtuvieron un resultado positivo en la prueba de anticuerpos del virus de la hepatitis C (VHC) y el 8% y el 8,8%, respectivamente, en la del antígeno de superficie del virus de la hepatitis B (HBsAg).

Una proporción similar de mujeres y hombres estaban tomando tratamiento antirretroviral en un régimen de un solo comprimido o de dos (28,6% y 29,1%, respectivamente). Una proporción significativmente más baja de mujeres estaba tomando un régimen que incluía un inhibidor de la proteasa (39,5% y 46,8%, respectivamente; p=0,05). Una proporción no significativamente más elevada de mujeres estaba recibiendo un régimen que incluía inhibidores de la integrasa (35,7% y 29,7%, respectivamente)

La enfermedad ósea fue más frecuente en las mujeres (p<0,001) mientras que los hombres presentaron mayor proporción de enfermedad cardiovascular  (p<0,001). En las mujeres con enfermedad ósea, el uso de inhibidores de la proteasa fueron prescritos de manera menos frecuente que en los hombres con enfermedad ósea (38% y 53,7%; p=0,026) y tomaron regímenes potenciados con menor frecuencia que ellos (30,4% frente 44%; p = 0,048)

La polifarmacia (definida en el estudio como el uso de 5 o más fármacos distintos a los de la terapia antirretroviral) fue común y similar en ambos sexos. En las mujeres se observó un mayor uso de fármacos hipolipemiantes (20,5% y 14,8%, respectivamente; p=0,04) mientras que tuvieron menos probabilidades de recibir agentes antitrombóticos (18,6% y al 26,3%, respectivamente; p=0, 019) incluso cuando la historia clínica registró la presencia de enfermedad cardiovascular (p=0,018).

Los resultados del análisis mostraron que una proporción significativamente menor de mujeres presentaba la carga viral inferior a 50 copias/mL (74,3% frente 81,8%; p=0,002). En la misma línea, las mujeres presentaban un recuento de CD4 nadir menor que los hombres (153 células/mm3 frente 189 células/mm3; p=0,012), sin embargo, la correlación CD4/CD8 actual fue mayor en las mujeres (1,01 frente 0,9; p=0,016). Con relación al recuento actual de CD4 fue similar en mujeres y hombres (635 y 641 células/mm3).

Diferentes factores, como las diferentes opciones de tratamiento o las interacciones entre medicamentos podrían explicar la menor tasa de supresión viral en las mujeres. Los investigadores del estudio sugieren que el recuento de CD4 nadir menor en mujeres refleja un diagnóstico tardío que puede deberse a que las mujeres se realizan las pruebas de detección del VIH con menos frecuencia.

Los resultados del presente estudio subrayan la necesidad de dedicar más esfuerzos dirigidos a la intervención con mujeres por sus características concretas.

Fuente: NATAP/ Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: Foca E, Magro P, Guaraldi G, et al. Elderly HIV-positive women in the GEPPO cohort: a gender-based analysis of viro-immunological, clinical and therapeutical features.16th European AIDS Conference. October 25-27, 2017. Milan. Abstract PS5/1.
Nozza S, Malagoli A, Maia L, et al. Antiretroviral therapy in geriatric HIV patients: the GEPPO cohort study. J Antimicrob Chemother. 2017 Jun 10. doi: 10.1093/jac/dkx169. Epub ahead of print.

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