SEIMC 2016: Tasas elevadas de curación del VHC en personas coinfectadas por VIH en consumo reciente o activo de drogas

Juanse Hernández
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Los resultados preliminares de un estudio español subrayan la importancia de no excluir a estos pacientes del tratamiento de la hepatitis C

La respuesta al tratamiento del virus de la hepatitis C (VHC) en la práctica clínica en pacientes coinfectados por el VIH en consumo reciente o activo de drogas se muestra similar a la observada en los ensayos clínicos (>90%). Esta es la principal conclusión a la que llega un estudio cuyos resultados fueron presentados la semana pasada durante el XX Congreso Nacional de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) que se celebró la semana pasada en Barcelona.

Las personas usuarias de drogas intravenosas (UDI) son una población afectada de forma desproporcionada por la hepatitis C en todo el mundo. En general, algunos médicos se han mostrado reacios a tratar a los UDI con hepatitis C por su supuesta falta de adherencia, poca motivación, presencia de problemas psicológicos, existencia de comorbilidades, riesgo de reinfección y la necesidad de una buena infraestructura que asegure su correcto seguimiento.

Sin embargo, con la llegada de los nuevos regímenes basados en antivirales de acción directa frente al VHC –menos tóxicos, más efectivos y más fáciles de tomar– cada vez son más los indicios que confirman que los UDI pueden beneficiarse también del uso del tratamiento frente a la hepatitis C si mantienen una buena adherencia a la terapia y disponen de suficiente apoyo sociosanitario. De hecho las guías de tratamiento de la hepatitis C recomiendan no excluir a los pacientes que tienen un consumo activo de alcohol o drogas e incluso algunas recomiendan no realizar un cribado previo de sustancias como medida para limitar el acceso al tratamiento sin suficiente evidencia.

Dada la poca experiencia sobre el uso de tratamiento de la hepatitis C en UDI en España con antivirales de acción directa y la escasa información sobre su repercusión en la respuesta al tratamiento en la vida real, un equipo de investigadores del Hospital Universitario Parc Taulí en Sabadell (Barcelona) diseñaron un estudio para evaluar la tasa de respuesta virológica sostenida a las 12 semanas (RVS12) –sinónimo de erradicación del VHC– en una cohorte de pacientes coinfectados por el VIH y el VHC seguidos de forma prospectiva y tratados desde diciembre de 2014 a enero de 2016. Los resultados fueron comparados en función del uso de metadona en programas de sustitución de opiáceos, de la utilización de drogas en los 6 meses previos o del consumo durante el tratamiento de la hepatitis C.

En el Hospital de Sabadell Parc Taulí, un total de 140 pacientes coinfectados iniciaron el tratamiento frente al VHC con diversas combinaciones de antivirales de acción directa durante los 13 meses del periodo estudiado.  En este estudio, los investigadores presentaron los 75 casos de los que se disponen los resultados de RVS12.

De los 75 pacientes coinfectados, 11 eran mujeres y 64, hombres. La vía de transmisión mayoritaria (96%) fue el uso de drogas inyectables. Los genotipos del VHC más frecuentes fueron el 1a (37%) y el 4 (28%). Todos los pacientes tenían fibrosis significativa –F4 en un 61% (n=46), F3 en un 36% (n=27) y F2 en un 3%–, motivo por lo que fueron priorizados para el tratamiento.

Por lo que respecta al uso de drogas, un 96% refería la vía parenteral como mecanismo más probable de transmisión; un 25% (n=19) habían utilizado drogas en los 6 meses previos al tratamiento; un 12% (n=8) consumieron drogas durante la terapia; y un 32% (n=4) se encontraban en programas de sustitución de opiáceos, fundamentalmente con metadona.

En cuanto a las pautas de tratamiento utilizadas, un 51% recibió sofosbuvir/simeprevir (Sovaldi®/Olysio®); un 28%, sofosbuvir/daclatasvir (Sovaldi®/Daklinza®); un 17%, sofosbuvir/ledipasvir (Harvoni®); y un 4%, sofosbuvir/ribavirina.

Los resultados muestran una tasa global de RVS12 de un 95%. Se registraron 4 fracasos y ningún paciente abandonó el tratamiento. Entre las personas que estaban incluidas en un programa de sustitución de opiáceos la RVS12 fue de un 96% y solo se registró un fracaso. Se trató de una persona con un consumo activo de drogas que logró curar su hepatitis C de genotipo 4 con el tratamiento pero que se reinfectó con un virus de genotipo 3. De los 3 pacientes restantes cuyo tratamiento inicial fracaso, 2 personas fueron retratadas y lograron erradicar el VHC con el segundo tratamiento.

En el caso de las personas que habían tenido un consumo reciente en los 6 meses previos al tratamiento la tasa de RVS12 fue del 95% y entre aquellas que utilizaron drogas durante el tratamiento la tasa de RVS12 fue de un 89%. No se observaron diferencias estadísticamente significativas en la respuesta virológica sostenida de acuerdo con el uso de drogas.

Los investigadores señalan que, entre las limitaciones del estudio, se incluye el bajo número de pacientes con un consumo activo y no diferenciar entre uso ocasional o continuado. Con todo, consideran que el uso de drogas puede estar subestimado por la información que proporciona el paciente ya que solo se hace cribado periódico de drogas en orina a los pacientes incluidos en los programas de sustitución de opiáceos.

Este estudio proporciona evidencia de que la respuesta al tratamiento de la hepatitis C en vida real en personas coinfectadas con una historia de uso de drogas es similar a la  observada en los ensayos clínicos (>90%). Además, la respuesta virológica sostenida a la semana 12 tras finalizar el tratamiento no varía en función de estar tomando metadona en un programa de deshabituación ni del consumo antes o durante el tratamiento.

Por lo tanto, los hallazgos preliminares de este estudio van en la línea de las directrices de no excluir a estos pacientes del tratamiento del VHC. Estos buenos resultados, junto con los de otros ensayos que también han evaluado el uso de antivirales de acción directa en esta población de pacientes deberían servir para apoyar los esfuerzos para eliminar las barreras que dificultan el acceso al tratamiento a las personas usuarias de drogas inyectables. Además, este estudio proporciona indicios irrefutables a todos aquellos médicos que se muestran reacios a tratar a los UDI por su supuesta falta de adherencia: de acuerdo con los resultados de este estudio, estos pacientes pueden mantener un alto nivel de adherencia  similar al observado en la población general de pacientes con hepatitis C.

Fuente: Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia:
Cervantes M, López S, Navarro M, et al. El tratamiento opiáceo sustitutivo y el consumo ocasional de drogas no compromete el resultado de las pautas libres de interferón en una cohorte de pacientes coinfectados por VIH-VHC. Análisis preliminar de 75 pacientes con datos de RVS-12. Perfil del candidato para la profilaxis pre-exposición al VIH. XX Congreso Nacional de la SEIMC. 26-28 mayo de 2016. Abstract 601.

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