Chemsex y vínculos emocionales

Marta Villar
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Se hacen necesarios nuevos tipos de intervención para la prevención de la transmisión del VIH asociada a este tipo de prácticas sexuales

Una investigación de tipo etnográfico llevada a cabo en Francia sugiere que muchas de las prácticas sexuales relacionadas con el uso de drogas que tienen lugar entre los hombres gais más jóvenes están relacionadas con la búsqueda de amor y el establecimiento de vínculos emocionales con otros hombres.

El estudio contó con la revisión etnográfica de dos páginas de citas para gais y con la realización de 25 entrevistas en profundidad a gais usuarios de drogas de París y Lyon (Francia). Las entrevistas se centraron tanto en las variables sociales del uso de drogas como en los principales acontecimientos de las vidas de los hombres que desencadenaron el consumo.

Los encuestados tenían edades comprendidas entre los 23 y los 30 años. Del total, 11 de ellos practicaban el chemsex (utilización de drogas durante las relaciones sexuales tanto para aumentar la desinhibición como para poder prolongar la duración de las sesiones) y los 14 restantes practicaban, además, el slamming (uso inyectado de algunas de estas sustancias durante las sesiones de chemsex). Varios de los entrevistados fueron diagnosticados del VIH.

Otros estudios realizados en parejas heterosexuales usuarias de drogas inyectadas mostraron que el acto de inyectarse puede ser una experiencia íntima donde el uso compartido de la jeringuilla es visto como una señal de confianza y amor. En general, estas relaciones están generizadas: a menudo la mujer es la segunda en inyectarse y no suele hacérselo ella misma.

Durante las entrevistas se observaron como temas recurrentes la vida en pareja y las relaciones románticas. Para algunos de ellos, el inicio del uso inyectado de drogas tuvo lugar tras una ruptura de pareja o en el comienzo de una intensa relación donde la pareja es usuaria de drogas inyectadas . Tras la ruptura, la práctica del slamming permitió a algunos jóvenes gais liberarse sexualmente de una relación monógama.

Un ejemplo de ello es Gaspard, un ingeniero de 28 años que describió dos periodos durante los cuales aumentó el consumo de sustancias -uno de ellos tras conocer su diagnóstico por VIH y el otro tras una ruptura amorosa, donde empezó a utilizar drogas inyectadas-. Dos semanas después de la ruptura, Gaspard conoció a su actual pareja en una fiesta sexual, lo que demuestra que estos encuentros pueden llevar a relaciones que no son meramente sexuales. Gaspard refirió que su pareja le desalentó de seguir realizando slamming y, en el momento de la entrevista, llevaba 6 meses en seguimiento con un especialista en adicciones.

Jules, un estudiante de 23 años, describe sentimientos de fusión romántica durante la sesión de inyección. En sus propias palabras “Conocí a mi ex, con el que estuve casi 6 meses. Yo tenía 21 años, casi 22. Fue durante una sesión de slamming y la mefedrona ayudó. Estás enamorado de todo el mundo, lo que pudo haber ayudado al comienzo de nuestra historia como pareja. Al principio mi novio era el que me inyectaba”. Los sentimientos de amor derivados del uso de drogas químicas pueden conllevar comportamientos que acarreen consecuencias negativas sobre la salud y en el plano social. La intensidad de la relación de pareja fue marcada por el uso intensivo de drogas, el aislamiento social y Jules estuvo cerca de perder su trabajo y su plaza en la universidad.

Otro de los hombres entrevistados describe el uso de drogas como respuesta a la soledad y el aburrimiento. Como explica Amine, de 26 años, “no trabajaba. Tenía mucho tiempo libre, así que lo hacía todo el tiempo, no tenía nada más que hacer. Usaba las drogas para salir del aburrimiento y yo estaba muy aburrido. Durante aquella época siempre estaba con el ordenador, todo el tiempo en casa. Busqué conectar con algo y lo encontré, si eran drogas mucho mejor”.

No obstante, Amine rápidamente se dio cuenta de los riesgos a los que el slamming le exponía. Conseguir un trabajo, asistir a narcóticos anónimos, visitar a un especialista en adicciones y empezar una nueva relación con una pareja no consumidora le permitieron moderar el uso de drogas.

La entrevista con Edouard, un profesor de 29 años con el VIH, ilustra cómo algunos hombres separan sus deseos sexuales de los romances. Estuvo en una relación abierta durante 6 años con un hombre no usuario de drogas. Mientras con otros compañeros sexuales maneja los riesgo de manera ligera, con su pareja estable lo hace de manera cuidadosa. En sus propias palabras “Nosotros somos serodiscordantes. Siempre tenemos sexo con condón, especialmente desde que, hace unos años, tuvimos un pequeño problema y le transmití una Infección de Transmisión Sexual (ITS) y decidimos ser cuidadosos”.

En otro estudio llevado a cabo entre hombres gais de Holanda sobre el uso de la metanfetamina y el slamming, todos los encuestados refirieron haber experimentado mayor libertad sexual debido a la capacidad de la sustancia de minimizar los sentimientos de vergüenza e inseguridad sobre el rendimiento sexual y el atractivo . Algunos de los participantes también citaron la necesidad de conexión humana como el principal atractivo del chemsex. Muchos de los encuestados experimentaron este sentimiento de conexión y de comunidad con el uso de la metanfetamina y la práctica del slamming. Aunque algunos describieron sentimientos de superficialidad y egocentrismo durante estas experiencias, también indicaron que el uso comunitario de drogas y el interés sexual común les proporcionó sensaciones de conexión y de pertenencia.

Los datos recogidos en el presente estudio ponen de manifiesto la relación entre el uso de drogas durante las prácticas sexuales y el establecimiento de vínculos emocionales con compañeros sexuales. Mientras que algunos entrevistados iniciaron el uso de sustancias después de una ruptura de pareja, otros conocieron a sus parejas en el contexto del chemsex y/o del slamming.

Cabe recordar los riesgos potenciales que el chemsex y el slamming con relación a la adquisición del VIH, el virus de la hepatitis C y/u otras ITS, por lo que se hace necesario incrementar las estrategias de prevención dirigidas a este colectivo ( Véase La Noticia del Día 29-10-2015).

Fuente: Aidsmap / Elaboración propia ( gTt-VIH )

Referencia: Amaro, R. Taking chances for love? Reflections on love, risk, and harm reduction in a gay slamming subculture. Contemporary drud problems 43: 216-227, 2016.

Knoops L., Bakker I., Bodegom R., et al. Tina&slamming: MSM, cristal meth and intravenous drug use in a sexual setting. Amsterdam, Mainline, Soa Aids Netherlands, 2015.

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