El riesgo de muerte por COVID-19 en personas con el VIH podría verse aumentado por tener un recuento bajo de células CD4

Miguel Vázquez
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Según un estudio estadounidense, otros problemas de salud subyacentes también podría aumentar el riesgo de mortalidad o de evolución grave de la enfermedad en estos pacientes

Un estudio realizado en EE UU ha revelado que las personas con el VIH con recuentos de CD4 por debajo de 200 células/mm3 (incluso las que tenían carga viral indetectable gracias al tratamiento) presentaban un riesgo casi tres veces superior de morir por la COVID 19 que las personas con recuentos de CD4 por encima de 500 células/mm3. También se comprobó que aquellas que presentaban problemas de salud subyacentes fueron más propensas a tener un mal resultado clínico tras una hospitalización por la COVID 19, según publica la revista Clinical Infectious Diseases. En este sentido, cabe recordar que recientemente, dos estudios británicos habían concluido que las personas con el VIH podrían correr un mayor riesgo de muerte debido a la COVID-19, en especial si presentaban comorbilidades (véase La Noticia del Día 07/09/2020).

El análisis contó con datos procedentes de 286 personas con el VIH, cuya edad media era de 51 años, el 26% eran mujeres, el 48% negros y 28% de origen hispano. El 94% de estas personas tomaba tratamiento antirretroviral y el 89% tenía una carga viral indetectable. El nivel promedio de CD4 era de 531 células/mm3 y algo menos de dos tercios (61%) de los participantes tomaba un tratamiento que incluía un fármaco de la familia de los inhibidores de la integrasa.

En cuanto a la presencia de comorbilidades, las presentaban el 86% de las personas con el VIH que fueron diagnosticadas de COVID-19. Así, el 59% tenía una o dos comorbilidades y el 27% tenía tres o más. Los problemas de salud subyacentes más habituales fueron hipertensión (46%), obesidad (32%), diabetes (21%), enfermedad pulmonar crónica, incluyendo asma (17%), enfermedad renal crónica (17%), enfermedad cardiovascular (11%) y enfermedad hepática crónica, incluyendo hepatitis víricas (9%).

De las 286 personas participantes, el 57% (164) fueron hospitalizadas. Hubo síntomas como fiebre, fatiga, falta de aliento, problemas gastrointestinales o confusión mental que fueron significativamente más frecuentes entre las personas hospitalizados.

Cuarenta y siete de las 164 personas hospitalizadas tuvieron que ser ingresadas en la unidad de cuidados intensivos y, de ellas, 37 precisaron ventilación mecánica. Se produjo la muerte de 27 personas (el 16% de las 164 hospitalizadas) tras una mediana de 16 días desde el diagnóstico, aunque no se hicieron constar las causas exactas de la muerte. En total, 50 de las personas hospitalizadas presentaron un resultado clínico grave, definido como ingreso en la unidad de cuidados intensivos, ventilación mecánica o muerte.

La existencia de comorbilidades fue un factor que estuvo muy relacionado con el ingreso hospitalario. Así, las personas con el VIH que presentaban tres o más comorbilidades fueron 3,5 veces más propensas de ser hospitalizadas, en comparación con las personas con el VIH sin comorbilidades (cociente de probabilidades: 3,57; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 1,29 – 9,9; p= 0,01) y tuvieron cinco veces más probabilidades de tener un resultado clínico grave (CP: 5,40; IC95%: 1,02 – 28,54; p= 0,05). La enfermedad renal crónica y la enfermedad pulmonar crónica aumentaron cuatro veces el riesgo de hospitalización de la persona (CP: 4,08 y 4,06, de forma respectiva; p <0,01). Por su parte, la hipertensión (CP: 2,43; p <0,01) y la enfermedad pulmonar crónica (CP 3,37; p <0,01) aumentaron el riesgo de que la persona sufriera un caso grave de la COVID-19.

Del mismo modo, el hecho de presentar un recuento bajo de CD4 constituyó también un factor relacionado de forma independiente con la probabilidad de hospitalización y también con la de presentar un cuadro grave de la COVID-19. Las personas que presentaban un recuento de CD4 por debajo de 200 células/mm3 tuvieron casi tres veces más probabilidades de ser hospitalizadas por la COVID-19 (CP: 3,67; IC95%: 1,64 – 17,1; p <0,01) o de presentar una evolución grave (CP: 2,8; IC 95%: 1,02 – 7,67; p= 0,05) que las personas con recuentos por encima de las 500 células/mm3. Las personas con recuentos de CD4 en el rango de las 200 a las 500 células/mm3 también presentaron un riesgo ligeramente mayor de ingreso hospitalario debido a la COVID-19 (CP: 1,12; IC95%: 1,1 – 12,2; p= 0,03).

Cabe destacar que en otros estudios no se había encontrado relación entre un peor resultado clínico en función de los recuentos de CD4. Al respecto, el equipo de investigadores señala como posible explicación el mayor tamaño de esta muestra en comparación con las de otros estudios.

Las personas de más de 60 años (58 personas) tuvieron más probabilidades de necesitar asistencia respiratoria (riesgo relativo [RR]: 1,7; p= 0,02), de sufrir una lesión renal grave (RR: 2,6; p= 0,02) o de presentar un resultado de salud grave (RR: 2,5; p= 0,06), en comparación con las personas de menos de 40 años. Las personas con el VIH de 60 años o más tuvieron una probabilidad siete veces mayor de morir a causa de la COVID-19 que las menores de 40 años y el riesgo de muerte también fue más elevado en la franja de edad de los 40 a los 60 años (RR: 2,3), donde había 82 personas. Las personas de entre 40 y 60 años de edad también presentaron un mayor riesgo de sufrir resultados de salud graves, lesiones renales agudas y de necesitar asistencia respiratoria, en comparación con las personas de menos de 40 años, aunque el riesgo relativo fue menor.

En opinión del equipo de investigadores del estudio, la cohorte presentada refleja la demografía de la población con el VIH en EE UU. En este estudio no se observó ninguna relación ente la raza o el sexo y unos peores resultados clínicos, aunque los autores advierten que no se pudieron incluir datos sobre los determinantes sociales de la salud. En sus conclusiones, los autores señalan que estos resultados justificarían que las personas con el VIH que presenten inmunosupresión o que hayan iniciado recientemente el tratamiento deberían recibir una observación y control más estrechos relacionados con la COVID-19. Por último, también hacen un llamamiento para que se sigan realizando más estudios para determinar la relación entre los factores de riesgo socioeconómico y resultados graves de la COVID-19.

Fuente: Aidsmap/Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencias:Dandachi D et al. Characteristics, comorbidities, and outcomes in a multicentre registry of patients with HIV and coronavirus disease-19. Clinical Infectious Diseases, published online, 9 September 2020 (open access). https://doi.org/10.1093/cid/ciaa1339

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