Una buena adherencia a las visitas de seguimiento médico reduciría el riesgo de transmisión del VIH a nivel poblacional

Francesc Martínez
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También sería necesario realizar un manejo adecuado de problemas como ansiedad, depresión o consumo problemático de sustancias para ayudar a reducir la tasa de transmisiones

El hecho de que las personas con el VIH mantengan unos buenos niveles de adherencia a sus visitas de seguimiento médico podría traducirse en que tengan una menor carga viral promedio y, en consecuencia, en una reducción del número de transmisiones del VIH a nivel poblacional, según sugieren las conclusiones de un estudio teórico publicado en Journal of the International AIDS Society.

Es un hecho ampliamente conocido y reconocido por las más altas instancias científicas que las personas con el VIH con carga viral indetectable gracias al tratamiento antirretroviral no pueden transmitir la infección por vía sexual. Es el concepto conocido como ‘indetectable es igual a intransmisible’ o I=I (véase La Noticia del Día 14/01/2019). No obstante, aún no se ha analizado en profundidad el modo en que dicho concepto puede trasladarse a nivel poblacional, teniendo en cuenta la existencia de subgrupos de personas con el VIH que –por diversas circunstancias– no llevan un seguimiento médico adecuado o no mantienen un buen nivel de adhesión a su tratamiento.

Para arrojar algo más de luz a este asunto, los autores del presente estudio partieron de los registros médicos de 14.261 personas con el VIH atendidas en diversos centros médicos estadounidenses entre 2007 y 2017. En dichos registros se analizaron carga viral, número de visitas de seguimiento del VIH y presencia de ansiedad, depresión y uso problemático de alcohol y/o de drogas. También se obtuvieron datos sobre el número de parejas sexuales en los seis meses previos y sobre el uso de condones en dichas prácticas.

A partir de estos datos, los investigadores generaron un modelo para calcular el riesgo de transmisión del VIH en cada momento temporal.

Las 14.261 personas con el VIH en tratamiento antirretroviral incluidas en el estudio realizaron 61.198 visitas de seguimiento de su infección por el VIH durante el periodo de seguimiento. El 58% de los participantes eran de etnia blanca y el 33% eran de etnia negra. El 84% eran hombres cis y el 17% eran mujeres (de las que 163 eran trans). El 54% del total eran hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (GBHSH). La mediana de la edad era de 44 años.

En la primera visita el 76% de los participantes tenían supresión virológica (carga viral inferior a 400 copias/mL). Ello varió en función del grupo (80% en hombres heterosexuales, 76% en GBHSH, 77% en mujeres trans y 75% en mujeres cis).

Al inicio del estudio, el 46% de los participantes cumplían criterios diagnósticos de depresión. El 25% reportó síntomas de ansiedad, el 24% manifestó un consumo problemático de alcohol y el 15% refirió el uso de drogas recreativas tales como anfetaminas, cocaína, heroína y otros opioides. Como más tiempo permanecía un paciente en seguimiento médico, menor era su carga viral y, por tanto, su riesgo de transmitir el VIH. El mismo fenómeno se observó con relación al riesgo de padecer ansiedad, depresión o consumo problemático de sustancias.

Al final del estudio, la tasa global de supresión virológica aumentó hasta el 85% (88% en hombres cis heterosexuales, 86% en GBHSH, 86% en mujeres trans y 82% en mujeres cis).

Al inicio del estudio, los investigadores calcularon que, anualmente, se produjeron 0,83 transmisiones del VIH por cada 100 participantes. A medida que permanecieron en seguimiento y en tratamiento, el modelo predijo que dicha tasa disminuiría hasta las 0,38 transmisiones anuales por cada 100 participantes. Cada visita médica a la que un participante acudía se asoció a una disminución de 0,05 transmisiones del VIH anuales por cada 100 participantes.

Sin embargo, dicha dinámica se vio modificada por las condiciones coexistentes evaluadas en el estudio (ansiedad, depresión, consumo problemático de alcohol y consumo de sustancias). Así, las personas que no tenían ninguna de las condiciones evaluadas presentaron un riesgo de transmisión al final del estudio de 0,19 transmisiones del VIH anuales por cada 100 participantes. Por otro lado, si dicha persona tenía las cuatro condiciones su riesgo de transmisión aumentaba hasta 1,32 transmisiones del VIH anuales por cada 100 participantes

La prevalencia de las condiciones coexistentes varió enormemente en función del subgrupo poblacional, lo que produjo importantes diferencias. Así, mientras que en mujeres cis se estimaron 0,25 transmisiones del VIH anuales por cada 100 participantes, en mujeres trans, dada su elevada prevalencia de condiciones coexistentes, se estimaron 2,21 transmisiones del VIH anuales por cada 100 participantes. El mismo fenómeno se observó en GBHSH, donde la presencia de las cuatro condiciones coexistentes implicó una tasa de 1,83 transmisiones del VIH anuales por cada 100 participantes.

Los resultados del presente estudio ponen de relieve la importancia de una buena adhesión al seguimiento médico del VIH –que suele ir parejo a una buena adherencia al tratamiento– a la hora de reducir el riesgo de transmisión del virus en la comunidad. Además, ofrecer un adecuado diagnóstico y manejo de ansiedad, depresión y consumo problemático de sustancias podría potenciar la reducción de las transmisiones del VIH.

Fuente:POZ / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia:Satyanarayana S, Safren SA, Rogers BG, et al. Estimating HIV transmissions in a large U.S. clinic-based sample: effects of time and syndemic conditions. J Int AIDS Soc. 2021 Mar;24(3):e25679. doi: 10.1002/jia2.25679. PMID: 33724718; PMCID: PMC7962793.

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