Revelar el estado serológico al VIH en redes sociales podría ser efectivo para afrontar el estigma en hombres gais

José Fley
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Las personas que utilizaron las redes sociales para explicar que tenían el VIH indicaron haberlo hecho por derecho y no como una responsabilidad

Investigadores del Instituto Kirby de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sydney (Australia) realizaron una investigación cualitativa en un pequeño grupo de hombres gais y bisexuales sobre sus experiencias a la hora de revelar su estado serológico frente al VIH en redes sociales. El estudio, publicado recientemente en Sociology of Health and Illness, mostró el beneficio que podrían aportar las redes sociales a la hora de controlar la narrativa, luchar contra el estigma y lograr un sentido de colectividad.

En la actualidad, la revelación del estado serológico frente al VIH es un proceso que suele producir ansiedad o provocar una estigmatización en la persona con el VIH. A pesar de que los avances biomédicos que han ido surgiendo como la profilaxis pre-exposición (PrEP) y el mensaje Indetectable es igual a Intransmisible (I=I) han logrado descender la tasa de nuevos diagnósticos del VH, a ojos de la sociedad aún queda mucha información que divulgar como consecuencia del estigma al que se enfrentan muchas personas con el VIH.

El impacto de las redes sociales también se ha visualizado en las personas con el VIH las cuales han visto una oportunidad de compartir su estado con un número mayor de personas y, si bien puede presentar desafíos y riesgos únicos, muchas de ellas describen el proceso de revelar su estado serológico como empoderado y una forma de activismo que lucha contra el estigma.

Con este contexto, los autores del estudio entrevistaron a cinco hombres gais y bisexuales pertenecientes a una gran cohorte de personas con el VIH. Los participantes tenían una edad entre 26 y 50 años y todos eran blancos, hablaban inglés como lengua nativa, tenían educación universitaria y un buen acceso a la atención médica. En sus conclusiones, los autores refieren como una limitación del estudio la falta de diversidad de los participantes.

Los cinco participantes presentaban su carga viral indetectable y habían divulgado su estatus a través de redes sociales como Instagram o Facebook. Todos manifestaron su derecho a poder hacerlo y no lo sentían como una responsabilidad.

Uno de los principales beneficios que los participantes denotaron a la hora de usar las redes sociales para indicar que vivían con el VIH era el poder controlar la narrativa alrededor de la publicación. Entre sus experiencias detallaban la diferencia entre elegir revelarlo por decisión propia y las situaciones en las que se habían visto forzados a ello y coincidían en la incomodidad y el arrepentimiento que suponía cuando la divulgación era obligatoria.

Otros de los beneficios que encontraron las personas con el VIH en las redes sociales era el hecho de poder escoger la audiencia a la que se dirigían. Solo dos participantes pusieron límites en la audiencia que vieron sus publicaciones mientras que los otros tres lo publicaron para todos sus seguidores. Aun así, reconocieron que, una vez compartida la información, no podían controlar qué podría ocurrir después de ello.

Como estrategias a la hora de compartir su estado serológico frente al xVIH, los encuestados lo hicieron de distintas maneras. Publicar una foto de su medicación, comunicarlo a familiares o amigos cercanos antes de que pudieran leerlo por las redes sociales o a través de un blog fueron algunas de ellas. Sin embargo, coincidían en que la manera de hacerlo por redes sociales podría tornarse impersonal para las relaciones importantes como familiares o amigos cercanos, aunque también indicaron que hacerlo en persona podría agravar el acto de divulgación.

La mayoría de las respuestas a las publicaciones fueron muestras de apoyo, pero los participantes destacan la ansiedad que sintieron debido a la posibilidad de encontrarse con comentarios que apoyasen el estigma, cotilleos u otras respuestas negativas.

Debido a estas publicaciones donde revelaron su estado serológico, los participantes relacionaron su anterior ocultamiento de su identidad sexual con hacerlo también para esconder el VIH. Para ambos procesos indicaron “vivir dentro de un armario” y que, al “salir de él” el efecto era liberarles de la vergüenza.

El último beneficio que encontraron los participantes al divulgar su estado serológico fue el poder llegar a otras personas con el VIH que no lo hubieran revelado y a otras personas entre sus seguidores para desmitificar lo que significa vivir con el VIH y desafiar el estigma. Aunque sintieron temor por sufrir los estereotipos del VIH sintieron que era necesario e importante cuestionarlos.

Entre las conclusiones del estudio, los autores destacan el beneficio de divulgar por redes sociales el estado serológico como un derecho y no como una responsabilidad u obligatoriedad de la persona con el VIH. De esta manera, la revelación de información pasa de ser algo desagradable, complicado y privado a ser un modo de lucha contra el estigma donde las personas con el VIH pueden expresarse y reelaborar sus identidades.

Fuente: AIDSMAP / Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencias: Philpot SP et al. Using social media as a platform to publicly disclose HIV status among people living with HIV: Control, identity, informing public dialogue. Sociology of Health and Illness. Published online 12 April 2022

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