La redistribución de la grasa corporal debido al uso de ciertos antirretrovirales antiguos podría ser irreversible

Marta Villar
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Una de estas alteraciones consiste en la acumulación de grasa en el abdomen que, a su vez, puede aumentar el riesgo de los factores cardiovasculares

La redistribución de la grasa corporal en personas con el VIH debido al uso de análogos de timidina (AT) y/o didanosina (ddl) en el pasado puede persistir a lo largo del tiempo, incluso años después de interrumpir dicho tratamiento. Asimismo, estos cambios en la grasa corporal se asocian con un aumento del riesgo cardiovascular. Estos son los principales resultados de un estudio danés publicados recientemente en la revista AIDS.

Los análogos de timidina (zidovudina [AZT; Retrovir®] y estavudina [d4T; Zerit®]) y la didanosina [ddI; Videx ®] son fármacos antirretrovirales de la familia de los análogos de nucleósido (ITIN). Es conocido que su uso causa alteraciones en la distribución de la grasa corporal como pérdida de grasa bajo la piel (conocido como tejido adiposo subcutáneo [TAS] y acumulación de la grasa que rodea los órganos internos del abdomen (tejido adiposo visceral [TAV]). Este fenómeno se considera generalmente una ‘redistribución de la grasa desde un compartimento corporal hacia otros, como, por ejemplo, desde las extremidades o las nalgas hacia el abdomen. Estos fármacos actualmente no se prescriben en los países en los que existe acceso a la innovación terapéutica en el ámbito del VIH.

Los autores del presente estudio habían identificado anteriormente que la obesidad abdominal es actualmente un fenómeno frecuente entre las personas con el VIH. Por este motivo, diseñaron un estudio para evaluar si la redistribución de la grasa corporal sigue siendo un síntoma característico entre las personas con el VIH; si el uso en el pasado de los análogos de timidina y didanosina continúa afectando a la redistribución de la grasa corporal y si el uso de tales fármacos se asocia con factores de riesgo cardiovascular.

Para llevar a cabo el estudio contaron con los datos de 761 personas con el VIH incluidas en el estudio sobre comorbilidad en la infección por el VIH de Copenhague (COCOMO, por sus siglas en inglés) que fueron emparejados por edad y sexo con los datos de 2.283 personas sin el virus pertenecientes al Estudio de Población General de Copenhague ( CGPS, por sus siglas en inglés).

Para responder a estas cuestiones, los investigadores evaluaron la asociación entre uso en el pasado de análogos de la timidina y/o didanosina y tejido adiposo subcutáneo, tejido adiposo visceral y cociente TAS-TAV, respectivamente; y, además, la asociación entre el uso de dichos fármacos con hipertensión, niveles elevados de colesterol total y bajo nivel del colesterol de alta densidad (HDL, también llamado ‘colesterol bueno’)

Para ser incluidos en el estudio los participantes debían tener al menos 40 años de edad y realizarse una tomografía computarizada (TC) del abdomen, una prueba que utiliza rayos X para crear una imagen transversal del abdomen. Los participantes respondieron un cuestionario sobre aspectos demográficos, actividad física y tabaquismo. También se realizaron mediciones de la altura, el peso, el índice de masa corporal (IMC), así como la presión arterial, el colesterol total, el colesterol HDL y se calcularon las áreas TAS y TAV y el cociente TAS-TAV.

Del total de 761 participantes con el VIH, 451 (60,5%) habían tomado en el pasado, o todavía estaban tomando, análogos de la timidina y/o didanosina. Un total de 6 de personas todavía tomaban uno de los dos fármacos. En general, el período de exposición acumulativo (el tiempo total que una persona estuvo expuesta a estos antirretrovirales) fue de 6,6 años y el tiempo medio desde la interrupción fue de 9,4 años.

En términos de origen geográfico, tabaquismo, nivel de actividad física e índice de masa corporal hubo algunas diferencias entre los participantes con el VIH y aquellos sin el virus. Por ejemplo, la tasa de tabaquismo actual en el primer grupo (25,7%) fue el doble que en el último (12,1%), una tendencia ya observada en muchos otros estudios.

El estudio no consiguió detectar ninguna diferencia en la cantidad de tejido adiposo visceral entre los participantes con el VIH (hubiesen tomado los fármacos o no) y sin el VIH (104,4 frente a 106,5 cm2). Sin embargo, análisis más específicos mostraron que los participantes con el VIH que habían estado expuestos a estos antirretrovirales más antiguos tenían una acumulación de tejido adiposo visceral mayor (115,5 cm2) que aquellos que no habían estado expuestos, tuvieran el VIH (88,9 cm2) o no tuvieran el virus (106,5 cm2).

En general, entre las personas con el VIH el área tejido adiposo subcutáneo fue menor que entre las personas sin el virus . En cuanto al cociente TAS/TAV fue mayor en los participantes con el VIH que sin el VIH, siendo esta diferencia más pronunciada en aquellos que habían estados expuestos a los análogos de timidina y/o didanosina . Además, no se encontró una asociación entre la exposición acumulativa a análogos de timidina y/o didanosina o el tiempo desde la interrupción del tratamiento y el tejido adiposo subcutáneo o el cociente TAS/TAV.

El grupo de investigadores también halló que cada año de exposición a los análogos de timidina y/o didanosina se asoció con una superficie de tejido adiposo visceral 3,7 cm2 mayor y la duración de la terapia antirretroviral se asoció con una mayor área de tejido adiposo visceral, especialmente cuando las personas habían estado expuestas a tales fármacos.

En las personas con el VIH, el área de tejido adiposo visceral se asoció con un mayor riesgo de sufrir hipertensión, de tener el colesterol total elevado y un colesterol HDL bajo , aunque el papel de los fármacos en esta asociación no estaba del todo claro.

Entre aquellos que habían estado expuestos a análogos de timidina y/o didanosina no se observó una asociación entre el tiempo desde la interrupción de estos tratamientos y el área de tejido adiposo visceral lo que sugiere que tener una mayor área de tejido adiposo visceral puede permanecer igual, incluso años después de la interrupción de los análogos de timidina y/o didanosina.

Los resultados del presente estudio sugieren una asociación potencialmente irreversible y dañina entre los análogos de timidina y/o didanosina en la acumulación del área del tejido adiposo visceral que, a su vez, se relaciona con un mayor riesgo de factores cardiovasculares.

Actualmente, los fármacos antirretrovirales más utilizados son menos tóxicos y, en consecuencia, tienen un menor impacto en la redistribución de la grasa corporal. Sin embargo, personas que previamente han estado expuestas a estos tratamientos más antiguos podrían beneficiarse de cribados de riesgo cardiovascular más intensivos que en aquellas personas que no han estado expuestas a estos fármacos.

Fuente: Aidsmap/ Elaboración propia ( gTt-VIH )

Referencia: Gelpi M et al. Prior exposure to thymidine analogs and didanosine is associated with long-lasting alterations in adipose tissue distribution and cardiovascular risk factors . AIDS 33: 675-683, 2019.

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