Salud ósea en personas con el VIH o en riesgo de adquirirlo

Francesc Martínez
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Aunque el cambio de TDF por TAF ha supuesto una mejora importante, todavía es necesario monitorizar la salud ósea entre aquellas personas de edad más avanzada y escoger adecuadamente los antirretrovirales en adolescentes, niños y durante el embarazo

Un artículo de revisión publicado en Current HIV/AIDS Reports ha evaluado la literatura médica existente para esclarecer si el final del uso masivo de tenofovir disoproxil fumarato (TDF, Viread®, también en Truvada® y diversas coformulaciones) y su sustitución por tenofovir alafenamida (TAF, en Descovy® y diversas coformulaciones) supondrán el final de las comorbilidades de tipo óseo en personas con el VIH. En sus conclusiones, los investigadores destacan que a pesar de los poco cuestionables beneficios que la sustitución de TDF por TAF ha evidenciado en diversos estudios, continúa siendo necesario el desarrollo de estrategias específicas para monitorizar y proteger la salud ósea en personas con el VIH, especialmente en aquellas más vulnerables tales como niños, adolescentes o personas mayores e incluso en aquellas en riesgo de adquirirlo usuarias de la profilaxis preexposición (PrEP).

La salud ósea en el contexto de la infección por el VIH se ha visto influenciada por diversos factores, ya que tanto la propia infección por el VIH como el tratamiento antirretroviral han mostrado una influencia notable sobre la densidad mineral ósea (DMO) y el riesgo de desarrollar osteopenia y osteoporosis. En el contexto del tratamiento antirretroviral, el uso de TDF ha evidenciado una capacidad significativa para hacer disminuir la DMO. Aunque su mecanismo de toxicidad ósea no ha podido ser bien esclarecido, la toxicidad renal que también produce TDF podría –de algún modo- hallarse detrás de dicho mecanismo, aunque hasta la fecha no se haya podido concretar de forma precisa.

La llegada de TAF –la nueva formulación de tenofovir- ha venido acompañada de mejores datos a nivel óseo que los asociados a TDF (véase La Noticia del Día 24/03/2017 ), pero todavía está por definir si sustituir en los tratamientos antirretrovirales TDF por TAF acabará con la mayor probabilidad de padecer osteopenia, osteoporosis y fracturas óseas observada en personas con el VIH, ya que algunos estudios apuntan en sentido contrario (véase La Noticia del Día 20/01/2020 ).

Para arrojar más luz a este asunto, los autores del presente artículo revisaron la literatura médica disponible sobre salud ósea en personas con el VIH para establecer qué cabe esperar en los próximos años y las necesidades no cubiertas a este respecto.

Respecto al cambio de TDF por TAF, los investigadores apuntan a que el cambio tendrá efectos beneficiosos, pero que –especialmente en poblaciones vulnerables- no acabará por sí solo con los riesgos sobre la salud ósea asociados al VIH.

Así, en personas mayores con el VIH establecen que no hay datos clínicos suficientes como para afirmar que sustituir TDF u otros tratamientos antirretrovirales con posibles efectos óseos por otros de perfil más favorable acabará con el mayor riesgo de sufrir fracturas óseas. Estas dudas sobre los efectos del cambio tienen especial relevancia en personas con osteoporosis ya diagnosticada. En estas personaspuede ser necesario,además del cambio de antirretrovirales, el uso de medicación específica para detener la pérdida de masa ósea tales como los bisfosfonatos, aunque, apuntan, dado el riesgo de toxicidad a largo plazo de los bisfosfonatos, algunos expertos recomiendan monitorizar 1-2 años la densidad mineral ósea tras el cambio de antirretrovirales antes de valorar el inicio del tratamiento con bisfosfonatos .

En personas jóvenes apuntan a que el uso de TDF ha evidenciado descensos significativos en la DMO , que tendría lugar en mayor medida en adolescentes (edades entre 15 y 19 años) que en adultos jóvenes (mayores de 20 años) . Ello debería ser tenido en cuenta a la hora de seleccionar tratamientos antirretrovirales en personas de esas edades e incluso a la hora de prescribir la PrEP –que contiene TDF- a menores de 20 años . Los descensos de la DMO en personas jóvenes se han observado tanto en hombres como en mujeres.

Los investigadores también expresaron su preocupación por aquellos niños expuestos a TDF en su infancia o ya desde el periodo fetal , ya que algunos estudios han evidenciado que tendrían una menor DMO y se desconocen todavía las consecuencias a largo plazo de una pérdida de DMO durante la fase de crecimiento.

Fuente: Elaboración propia ( gTt ).

Referencia: Shiau S, Arpadi SM, Yin MT. Bone Update: Is It Still an Issue Without Tenofovir Disoproxil Fumarate? Curr HIV/AIDS Rep. 2020 Feb;17(1):1-5. doi: 10.1007/s11904-019-00474-1.

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