Se registra una alta prevalencia mundial de violencia infligida por la pareja entre las personas con el VIH

Jordi Piqué
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La atención del VIH debería incluir el cribado y el abordaje de la violencia de género para poder detectar de manera precoz los posibles casos

Cuatro de cada diez personas con el VIH han sufrido alguna vez violencia infligida por la pareja íntima y dos de cada diez la han experimentado en el año anterior. El maltrato emocional fue el tipo de violencia de pareja más frecuente. Estas son las principales conclusiones de una revisión sistemática y metaanálisis indio cuyos resultados se han publicado en la revista Trauma, Violence, & Abuse.

La violencia infligida por la pareja íntima es una de las formas más frecuente de violencia contra las poblaciones vulnerables por parte de los cónyuges y las parejas actuales y anteriores (véase La Noticia del Día 02/10/20). Los tipos de violencia infligida por la pareja incluyen el maltrato físico (bofetadas, puñetazos, empujones o cualquier otro tipo de daño físico a propósito), el abuso sexual (coacción física para mantener relaciones sexuales o actos sexuales degradantes), el abuso emocional (menosprecio, humillación, intimidación y amenaza de daño a una persona o a alguien que le importa) y el abuso psicológico (maltrato verbal, amenazas, retención de la asignación, miedo al cónyuge y rechazo de alimentos para una persona).

Los esfuerzos para hacer frente a la violencia infligida por la pareja han descuidado en gran medida a las personas con el VIH, a pesar de que experimentar tanto el VIH como la violencia por parte de la pareja puede crear una situación de doble estigma y provocar efectos adversos en la salud física, mental y conductual. Las pocas revisiones que analizan la prevalencia de la violencia infligida por la pareja entre las personas con el VIH están desfasadas y se centran principalmente en subgrupos específicos.

Con el objetivo de corregir estas deficiencias y ofrecer más evidencia sobre esta cuestión, un equipo de investigadores de la Universidad Nacional de Singapur (India) realizó una revisión sistemática y un metaanálisis de las investigaciones publicadas con el objetivo de calcular la prevalencia de los distintos tipos de violencia infligida por la pareja intima entre personas con el VIH.

Los investigadores realizaron una búsqueda en bases de datos y revistas para identificar estudios en los que todos los participantes vivieran con el VIH y se evaluara la violencia infligida por la pareja. Se identificaron un total de 49 estudios publicados elegibles que incluyeron a 33.133 participantes de 13 países. Casi la mitad de los estudios incluidos (25) se realizaron en África, nueve en América del Norte, ocho en Asia, tres en Europa y tres en América del Sur; además, un estudio se realizó en todas las regiones.

La edad media de los participantes en los estudios osciló entre 18,4 y 48 años. La población analizada incluía estudios únicamente de mujeres (n= 25), mujeres embarazadas (n= 6), hombres GBHSH (n= 6), solamente hombres (n= 4), parejas heterosexuales en las que uno de los miembros tenía el VIH y el otro no (n= 3) y personas con el VIH en general (n= 5).

Los resultados del metaanálisis revelaron que, entre las personas con el VIH, el 39% (intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 32-47) había sufrido al menos un tipo de violencia por parte de la pareja, siendo la prevalencia del último año del 19%; el 26% (IC95%: 18-35) había experimentado violencia física infligida por la pareja, con una prevalencia del 14% en el último año; el 17% (IC95%: 10-25) había sufrido violencia sexual infligida por la pareja, siendo la prevalencia en el año anterior del 11%; el 28% (IC95%: 12-49) había padecido violencia emocional infligida por la pareja, registrándose durante el último año una prevalencia del 18%; y el 23% (IC95%: 10-40) había experimentado violencia psicológica infligida por la pareja, con una prevalencia del 12% en el último año.

En total, el 44% de las personas con el VIH en Sudamérica y Asia habían sufrido al menos un tipo de violencia infligida por la pareja íntima, el 39% en Europa y Norteamérica, y el 36% en África. El análisis también reveló que el 42% de las mujeres y de las mujeres embarazadas habían experimentado violencia por parte de la pareja íntima, así como el 38% de los hombres GBHSH. En las parejas heterosexuales en las que uno de los miembros tenía el VIH y el otro no, el 31% había sufrido este tipo de violencia por parte de la pareja.

Hasta donde se conoce, esta es la primera síntesis sistemática a nivel mundial que desglosa las tasas de prevalencia en función de múltiples factores entre las personas con el VIH, incluidos los distintos tipos de violencia ejercida por la pareja íntima y el periodo de recuerdo.

Los autores instan a tener cautela a la hora de interpretar los resultados de este metaanálisis debido a la gran variación entre las poblaciones de los estudios analizados. Por otra parte, se consideró la mayoría de estudios como con un alto riesgo de sesgo, basándose algunas estimaciones en un reducido grupo de estudios.

En general, los resultados subrayan la necesidad urgente de integrar la detección de la violencia infligida por la pareja y las intervenciones correspondientes en los programas de atención al VIH. Los médicos deberían recibir formación y recursos para ofrecer su apoyo a las personas que sufren esta violencia por parte de la pareja íntima, por ejemplo, kits de herramientas sobre consejos para iniciar una conversación sobre la violencia. Los folletos y carteles en las clínicas también pueden ayudar a educar a los pacientes.

Se debe examinar rutinariamente a las personas con el VIH para detectar posibles casos de violencia ejercida por la pareja actual o pasada. Si se revela la violencia infligida por la pareja, los trabajadores sanitarios deben evaluar la seguridad de los pacientes y derivarlos a los servicios de salud mental y de apoyo. Los mecanismos de denuncia y resarcimiento de la violencia infligida por la pareja también deberían ser accesibles dentro de los servicios del VIH.

Como conclusión, los investigadores señalan que para alcanzar el objetivo de ONUSIDA de acabar con la epidemia de sida como amenaza para la salud pública para 2030, es necesario un liderazgo proactivo que garantice la aplicación de los derechos humanos de las personas con el VIH, incluyendo la eliminación de la violencia que se pueda ejercer sobre ellas.

Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: Ling Jie C et al. Global Prevalence and Factors Related to Intimate Partner Violence Amongst People Living with Human Immunodeficiency Virus/Acquired Immunodeficiency Syndrome: A Systematic Review, Meta-Analysis, and Meta-Regression. Trauma, Violence, & Abuse, online ahead of print, 6 May 2022. doi: 10.1177/15248380221097436

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