La pérdida de células CD4 en el intestino no se restituye por tratamiento anti-VIH y puede tener consecuencias a largo plazo

Keith Alcorn

El número de células CD4 en la pared del intestino humano sigue estando gravemente disminuido incluso después de que un exitoso tratamiento antirretroviral haya reducido la carga de VIH en sangre a niveles indetectables, según un estudio de 54 personas que iniciaron tratamiento durante una etapa temprana o aguda de la infección por VIH y que ha sido publicado este mes en PLoS Medicine. Las consecuencias clínicas a largo plazo de esta disminución de células CD4+ de memoria no pueden preverse, afirma el grupo de investigadores, pero advierte que los médicos tendrán que estar alerta ante la emergencia de problemas gastrointestinales provocados por una pobre inmunidad en pacientes que parezcan estar respondiendo bien en terapia antirretroviral a lo largo de décadas de tratamiento.

Se sabe que la pérdida masiva de células CD4+ en tejido linfoide del intestino se produce durante las primeras dos-cuatro semanas de infección por VIH. Estas células son esenciales para la salud a largo plazo de la respuesta inmunológica, ya que en su integridad contienen una “memoria” de todas las infecciones y agentes extraños con los que el organismo se ha ido encontrado a lo largo de la vida.

Aunque esta pérdida se produce inmediatamente tras la infección, el recuento de células CD4 en sangre (la herramienta estándar para el seguimiento de la progresión de la infección por VIH) quizá no refleje dicha pérdida. Tampoco se comprende adecuadamente su impacto sobre la progresión de la infección por VIH, dado que el número de células CD4 en el tejido linfoide del intestino sólo puede ser determinado tomando muestras de tejido del mismo.

Aún se sabe menos respecto al efecto de la terapia antirretroviral sobre la población en el intestino de células CD4+ de memoria.

Un grupo de investigadores del Centro de Investigación del SIDA Aaron Diamon y la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York comenzó a investigar la reconstitución inmunológica en el intestino en 54 personas con VIH que iniciaron tratamiento antirretroviral durante una etapa aguda o temprana de infección por VIH, y comparó sus poblaciones de células inmunológicas con las de 18 pacientes control sin emparejamiento caso-control y sin VIH que fueron sometidos a una colonoscopia.

Dieciocho pacientes con VIH fueron estudiados mediante una serie longitudinal de biopsias a lo largo de los tres primeros años de tratamiento, mientras que 22 fueron estudiados a intervalos aleatorios hasta siete años después de iniciar tratamiento. Treinta y dos de los pacientes con VIH también se sometieron a biopsias antes de iniciar tratamiento.

El estudio valoró la proporción de linfocitos que eran células CD4+ en la muestra de tejido y descubrió que el porcentaje de células CD4 fue significativamente menor en personas infectadas por VIH y no aumentó sustancialmente con el tiempo de tratamiento. Sin embargo, el 30% de los pacientes en tratamiento mostró una normalización en el número absoluto de células CD4 en las muestras de intestino en comparación con las del grupo de control sin VIH.

También descubrió que las células de memoria CD4+ y CD8+ en el intestino permanecieron activadas después de iniciarse el tratamiento, aunque la activación disminuyó en los nódulos linfáticos periféricos y en sangre. El grupo de investigadores descubrió que cuanta menor era la actividad detectada, mejor era la reconstitución inmunológica en el intestino.

La explicación a la continua pérdida de células de memoria y activación inmunológica en el tejido linfoide del intestino no pareció ser un alto nivel de células que expresaban VIH, ya que el grupo encontró difícil detectar dichas células en personas que recibían tratamiento antirretroviral.

“Hemos planteado la hipótesis de que, debido a factores virales, factores del huésped, o a ambos, la capacidad del huésped de regular a la baja las respuestas inflamatorias no específicas puede suponer uno de los determinantes importantes en la falta de reconstitución de células-T CD4+ en las mucosas”, escriben los autores.

También se achaca el déficit a la falta de reclutamiento de células de memoria ejecutoras en el tejido linfoide del intestino durante la reconstitución inmunológica.

“Es evidente que, con tratamiento, los pacientes no demuestran ningún efecto a corto plazo por tener una pérdida del 50% de células-T CD4+ en lamina propia gastrointestinal. Sin embargo, es importante reconocer que, dada la proyectada supervivencia a largo plazo de los pacientes infectados por VIH-1, una pérdida significativa de células-T CD4+ de la mucosa podría acelerar la senectud inmunológica con las correspondientes consecuencias. En recientes estudios clínicos, se ha observado un mayor riesgo de pólipos y anomalías malignas colorrectales en personas con VIH-1 independientemente de la terapia antirretroviral”.

Referencia: Mehandru S et al. Lack of mucosal immune reconstitution during prolonged treatment of acute and early HIV-1 infection. PLoS Medicine 3 (12): e484, 2006.

Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt)

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