GeSIDA 2013: Tratamiento antirretroviral en Cataluña y Baleares: ¿inicio precoz o diferido?

Francesc Martínez y Juanse Hernández, desde Sitges (Barcelona)
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Datos de la cohorte PISCIS muestran una mayor aparición de acontecimientos definidores de sida en comienzos de tratamiento por debajo de 350 células/mm3

En el marco del V Congreso Nacional del Grupo de Estudio del Sida de la Sociedad Española de Infectología y Microbiología Clínica (GESIDA/SEIMC), que se está celebrando estos días en Sitges (Barcelona), han sido presentados los resultados de un estudio que comparó la evolución clínica de personas con VIH que empezaron la terapia antirretroviral de forma precoz (con un recuento de CD4 de más de 500 células/mm3) con la de aquellas con inicio diferido (con un nivel de CD4 inferior a 350 células/mm3).

La investigación fue llevada a cabo con participantes de la cohorte PISCIS, un estudio abierto y multicéntrico que realiza un seguimiento clínico y epidemiológico de pacientes con VIH de 12 hospitales catalanes y dos de las Islas Baleares. La cohorte PISCIS está coordinada por el Centro de Estudios Epidemiológicos sobre las Infecciones de Transmisión Sexual y Sida de Cataluña (CEEISCAT).

Los autores del estudio, liderado por Marta Calvo del Hospital Clínic de Barcelona, señalaron que solo existían tres ensayos de tipo observacional que analizaran el potencial beneficio de empezar la terapia antirretroviral de forma precoz (con inicio de tratamiento con un recuento de células CD4 superior a 500 células/mm3), pero en los tres casos se comparó con un comienzo “intermedio” (niveles de CD4 entre 350 y 500 células/mm3). De ellos, solamente uno halló diferencias de riesgo, favorables al grupo de inicio precoz.

Un total de 250 personas fueron incluidas en el análisis, de las cuales 190 comenzaron el tratamiento de forma temprana y 160 de forma diferida.

El 83% de los participantes en el grupo con inicio precoz y el 78% de aquellos con inicio diferido eran hombres. La mediana de la edad era significativamente superior en el grupo con comienzo inmediato (34,4 y 31,8 años, respectivamente; p= 0,027).

Por lo que respecta a las vías de transmisión más probables, la mayoritaria fue a través de relaciones sexuales entre hombres que practican sexo con hombres [HSH] (64% de las personas con inicio precoz y 51% de aquellas con inicio diferido), en segundo lugar, por medio de relaciones heterosexuales (22,1 y 25,7; de forma respectiva) y, en tercer lugar, por el uso de drogas inyectables (8,4 y 21,3%; respectivamente).

El 19% de las personas con inicio precoz y el 29% de aquellas con inicio tardío presentaban coinfección por el virus de la hepatitis C (VHC).

La mediana del recuento de CD4 al comienzo del tratamiento era de 637 células/mm3 en el grupo con inicio temprano y de 284 células/mm3 en el caso de inicio diferido. La carga viral era de 4,7 y 4,3log copias/mL, respectivamente.

El 30% de las personas con inicio precoz y el 28,8% de aquellas con inicio retrasado empezaron el tratamiento dentro del periodo 2000-2005, el resto lo hizo con posterioridad.

En ambos grupos, la mayoría de participantes tomaban terapias basadas en inhibidores de la transcriptasa inversa no análogos de nucleósido [ITINN] (50,5% de las personas con inicio temprano y 52,5% de aquellas con inicio diferido). El 37% y el 39%, respectivamente, seguían tratamientos con inhibidores de la proteasa (IP).

El 10% de los participantes del grupo con inicio diferido y el 0,5% de aquellos con inicio precoz experimentaron acontecimientos definidores de sida durante el periodo de seguimiento (p <0,0001). En cada uno de los grupos se registraron cuatro fallecimientos.

La mediana del seguimiento de los participantes fue de 3,4 años en el grupo con inicio precoz y de 6,6 en el grupo con inicio diferido (p <0,0001). A pesar de esta diferencia, el hecho de que ambos grupos experimentaron un número de pérdidas similar durante el seguimiento y que se optase por un análisis de regresión de Cox hicieron viable la comparación.

En el análisis de los factores de riesgo de desarrollar sida o morir, el único factor que alcanzó valores significativos fue diferir el comienzo del tratamiento (hasta niveles de CD4 inferiores a 350 células/mm3) en vez de comenzarlo precozmente (por encima de 500 células/mm3) (cociente de riesgo [CR]: 2,91; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 1,03-8,21; p= 0,0443).

Los resultados de este estudio, en la línea de las investigaciones más recientes (véase La Noticia del Día 03/09/2013), muestran que es preferible un inicio precoz del tratamiento anti-VIH que un comienzo diferido. No obstante, la presencia de diferencias entre los periodos de seguimiento de los grupos comparados y su limitado número de participantes restan consistencia a los resultados. Con todo, los resultados sientan las bases para continuar investigando el inicio idóneo del tratamiento en un futuro análisis que pueda contar con un mayor número de participantes.

Fuente: Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: Calvo M, Esteve A, Gatell JM. Progresión clínica en pacientes VIH naive con un inicio de tratamiento antirretroviral temprano (>500 cd4/mcL) vs diferido (<350 cd4/mcL) en la Cohorte PISCIS. V Congreso Nacional de GeSIDA. 19-22 noviembre 2013, Sitges. Abstract P116.

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