El uso de estatinas podría reducir el riesgo de progresión a cirrosis en personas coinfectadas por el VIH y el VHC

Marta Villar
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Esta medicación puede ser un complemento importante y coste-efectivo en el cuidado de estos pacientes

Según un estudio publicado en AIDS el uso de estatinas disminuye el riesgo de progresión a cirrosis hepática en personas coinfectadas por el VIH y VHC.

Aproximadamente una quinta parte de las personas con el VIH están coinfectadas por el VHC. La enfermedad hepática es la principal causa de enfermedades graves y muerte en personas coinfectadas por VIH y VHC. Con frecuencia las estatinas -o inhibidores de la HMG-CoA reductasa- son fármacos prescritos a personas con niveles elevados de colesterol de baja densidad (LDL en sus siglas en inglés; también conocido como colesterol ‘malo’; véase La Noticia del Día 11/05/2011). Estudios de laboratorio sugieren que también podrían tener un efecto antiviral y que son capaces de reducir los niveles de activación inmunitaria.

Un grupo de investigadores del Departamento de Asuntos de los Veteranos de EE UU diseñaron un estudio retrospectivo para determinar si el tratamiento con estatinas reduce el riesgo de progresión a cirrosis hepática en personas coinfectadas. El estudio también examinó el efecto de otros factores metabólicos y factores de riesgo asociados a la infección por el VIH en el desarrollo de la enfermedad hepática.

El estudio contó con aproximadamente 6.000 personas coinfectadas que recibieron tratamiento entre 1999 y 2010. La gran mayoría de los participantes eran hombres (99%); dos tercios eran de raza negra; y la media de edad a la hora de recibir el diagnóstico fue de 45 años.

La duración media del seguimiento fue de 6.2 años y al finalizar el estudio 2.265 personas habían desarrollado cirrosis lo que representa una incidencia de 6 por 100 persona-años. Otros factores de riesgo metabólicos que se tuvieron en cuenta a la hora de analizar los datos incluyeron la obesidad, la diabetes, la hipertensión y un nivel bajo colesterol HDL (conocido como colesterol “bueno”). Los participantes del estudio fueron estratificados de acuerdo con su función hepática (ALT superior/inferior a 40 UI/L).

El 83% de los participantes recibían tratamiento antirretroviral; el 53% tenía un recuento de células CD4 de, como mínimo, 350 células/mm 3. Aquellas personas que desarrollaron cirrosis tuvieron significativamente menos probabilidades de recibir tratamiento antirretroviral que aquellas que no desarrollaron cirrosis (80% frente a 86%) y de presentar un recuento de CD4 de 350 células/mm3 o superior (49% frente a 59%.) Las personas con cirrosis también tuvieron un periodo de tiempo con la carga viral indetectable significativamente menor que aquellas sin cirrosis (20% frente a 29%).

Entre los participantes del estudio se observó una alta prevalencia de factores de riesgo metabólicos. Más del 50% de la cohorte presentó hipertensión o colesterol HDL bajo y el 16% tenía diabetes. El tratamiento con estatinas fue prescrito al 13% de los participantes con cirrosis y al 21% de aquellos que no la padecían.

Las personas con un valor de ALT igual o inferior a 40 UI/L y que recibieron estatinas, cada un 1% del tiempo tomando este tratamiento se asoció con una disminución del riesgo de progresión a cirrosi; por cada 30% del tiempo tomando estatinas durante el periodo de seguimiento los participantes con un valor de ALT igual o inferior a 40 UI/L tuvieron una disminución de un 32% en el riesgo de progresión a cirrosis.

Para aquellas personas con valores de ALT más elevados, el tratamiento con estatinas no redujo de manera significativa el riesgo de progresión a cirrosis. Otros factores de riesgo facilitaron que se desarrollara la enfermedad hepática como la diabetes y un valor bajo de colesterol HDL. La hipertensión se asoció con un incremento no significativo de progresión a cirrosis en ambos brazos de ALT. La obesidad resultó un factor de protección en el desarrollo de cirrosis entre las personas con valores más elevados de ALT.

Los participantes mayores de 50 años con un valor de ALT igual o inferior a 40 UI/L tuvieron un incremento de más de dos veces en el riesgo de progresar a cirrosis. Tener un mayor número de comorbilidades fue también un factor de riesgo en la progresión a cirrosis entre aquellas personas con una función hepática normal, mientras que la ingesta de alcohol se asoció con el desarrollo de la enfermedad hepáticas entre aquellas personas con valores elevados de ALT.

Tener un recuento de CD4 por debajo de 200 células/mm3 se asoció con el doble de riesgo de desarrollar cirrosis independientemente de la estado de la función hepáticas. Las personas con una carga viral indetectable en, al menos, el 80% del tiempo redujeron de manera significativa el riesgo de desarrollar cirrosis.

Los investigadores concluyen que este estudio muestra que el uso de estatinas en pacientes coinfectados por VIH y VHC con una disfunción hepática mínima disminuye el riesgo de progresión a enfermedad hepática avanzada, especialmente en aquellos con un valor de ALT igual o inferior a 40 UI/L.

Los mismos investigadores subrayan como limitaciones del estudio el gran porcentaje de hombres dentro de la muestra, lo que impide que los resultados se puedan extrapolar a otros grupos poblacionales.

Fuente: Aidsmap/ Elaboración propia (gTt)

Referencia: Carr A. Statins as anti-inflammatory therapy in HIV disease? J Infect Dis. 2011; 203: 1-2

Oliver NT, Hartman CM, Kramer JR, et al. Statin drugs decrease progression to cirrhosis in HIV/HCV co-infected individuals. AIDS, doi: 10.1097/QAD.0000000000001219 (2016)

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