Lipodistrofia en personas que inician tratamiento por primera vez

Gonzalo Mazuela
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Un estudio estadounidense incide en el papel que desempeña el régimen de nucleósidos en su desarrollo

Pese a que no hay una única definición aceptada de lipodistrofia asociada al VIH, existe la opinión generalizada entre los investigadores de que hay dos afectaciones principales que implican cambios en la grasa corporal: la lipohipertrofia (aumento de la grasa) y la lipoatrofia (pérdida de la grasa).

La lipohipertrofia hace referencia a la acumulación de tejido adiposo alrededor del cuello, en la columna dorsocervical (lo que se conoce como ‘giba de búfalo’), el torso superior y/o la zona intraabdominal. Por lipoatrofia se entiende, en cambio, la pérdida de grasa subcutánea, generalmente en los brazos, piernas, nalgas y cara, y es el cambio físico más característico de la infección por VIH y su tratamiento.

Sin embargo, la causa de la lipodistrofia sigue siendo un tema polémico. Todavía continúan sin conocerse a fondo las contribuciones específicas de los diversos factores implicados en el desarrollo de la lipodistrofia asociada al VIH (el propio virus, la genética del individuo, el uso de antirretrovirales específicos o de combinaciones de antirretrovirales), como consecuencia de los datos contradictorios procedentes de diversos estudios y de la falta de ensayos prospectivos, longitudinales y de distribución aleatoria que proporcionen de forma exhaustiva más información sobre esta cuestión.

En la edición del 15 de agosto de The Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes, un grupo de investigadores estadounidenses informa de los datos sobre lipodistrofia observados en el A5005s, un subestudio del ACTG 384 (siglas en inglés del Grupo de Ensayos Clínicos sobre el SIDA).

El ACTG 384 es un estudio prospectivo y multicéntrico sobre regímenes para personas que inician por primera vez tratamiento antirretroviral. Los participantes naive fueron distribuidos de forma aleatoria para recibir el inhibidor de la proteasa nelfinavir (Viracept®), el inhibidor de la transcriptasa inversa no análogo de nucleósido efavirenz (Sustiva®) o ambos. Los participantes fueron distribuidos también de forma aleatoria para recibir uno de los dos siguientes regímenes de base con análogos de nucleósido: AZT + 3TC o d4T + ddI.

El objetivo del estudio A5005 fue evaluar los resultados a largo plazo (144 semanas) procedentes de los escáneres DEXA (siglas en inglés de absorciometría por rayos X de energía dual) en un grupo de 157 personas naive a los tratamientos que participaban en el ACTG 384. Para excluir un efecto de cambio de tratamiento, el análisis incluyó sólo a aquellos participantes que continuaban tomando el régimen al que fueron asignados desde el principio. Aquellos que recibieron nelfinavir más efavirenz no fueron incluidos en el ‘análisis de intención de tratar’, pero sí en el ‘análisis en tratamiento’. El escáner DEXA se realizó cada 16 semanas.

Los investigadores se centraron principalmente en los resultados a largo plazo en personas que recibieron el régimen de base compuesto por AZT + 3TC, que es uno de los regímenes de base preferidos para terapia de inicio y una de las combinaciones de análogos de nucleósido más utilizada en el mundo entero.

En un análisis en tratamiento de los 157 participantes con algún dato disponible desde el nivel basal hasta la semana 144, la grasa de las extremidades aumentó de forma similar en todos los grupos de tratamiento durante las primeras 32 semanas.

Después de la semana 32, disminuyó la grasa de las extremidades en un 1,7% por año en aquellas personas que recibieron AZT + 3TC y en un 19% por año en aquellas que recibieron d4T + ddI (p<0,0001).

Tras ajustar por el régimen de base de ITIN, se encontró una disminución adicional en la grasa de las extremidades de un 8,7% por año en los dos grupos que recibieron nelfinavir o nelfinavir más efavirenz, en comparación con el grupo que recibió efavirenz sólo junto con ITIN (p=0,03).

Entre los participantes que estuvieron tomando AZT+3TC, después de 32 semanas, la grasa en la extremidades aumentó un 2,7% por año con efavirenz, pero disminuyó un 7,9% por año en el grupo que recibió nelfinavir y nelfinavir más efavirenz (p=0,03).

Los autores del estudio llegaron a dos conclusiones. Por un lado, durante las 144 semanas el uso de AZT+3TC fue superior a d4T+ddI en términos de pérdida de grasa en las extremidades. Por otro, la combinación de AZT+3TC más efavirenz no mostró en su conjunto un patrón que sugiera una pérdida de grasa en extremidades a largo plazo, y que fue significativamente superior a los brazos en los que se combinaron AZT+3TC más nelfinavir (con y sin efavirenz).

Fuente: Hivandhepatitis
Referencia: M P Dube, P Michael, L Komarow, and others. Long-Term Body Fat Outcomes in Antiretroviral-Naive Participants Randomized to Nelfinavir or Efavirenz or Both Plus Dual Nucleosides: Dual X-Ray Absorptiometry Results From A5005s, a Substudy of Adult Clinical Trials Group 384. Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes 45(5): 508-514, August 15, 2007.

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