IAS 2021: Los Países Bajos estarían cada vez más cerca de la microeliminación de la hepatitis C en personas con el VIH

Jordi Piqué
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Las personas usuarias de drogas inyectables y aquellas con una menor vinculación con los servicios de atención del VIH tienen más probabilidades de permanecer sin tratar

La hepatitis C ha sido prácticamente eliminada como un problema de salud para las personas con el VIH en los Países Bajos gracias al tratamiento basado en antivirales de acción directa (AAD). Este es el principal hallazgo de un estudio cuyos resultados se han presentado en la XI Conferencia de la Sociedad Internacional del Sida sobre la Ciencia del VIH (IAS 2021), que se está celebrando esta semana de forma virtual debido a la pandemia de COVID-19.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha fijado como objetivo la eliminación de la hepatitis C como una amenaza para la salud global para el año 2030 (véanse La Noticia del Día 22/07/20 y La Noticia del Día 03/09/20). Para entonces y según los objetivos fijados , debería haber recibido tratamiento el 80% de las personas con infección crónica por el virus de la hepatitis C (VHC) y deberían haber disminuido los nuevos casos en un 90% respecto a los datos registrados en 2015. A nivel nacional, la eliminación de la hepatitis C depende del cribado, el diagnóstico y la derivación a la atención especializada para recibir tratamiento, así como de la disponibilidad del mismo. Por otra parte, se ha dado prioridad a los grupos de población con una alta prevalencia de hepatitis C, como, por ejemplo. las personas con el VIH, para desarrollar las campañas de microeliminación del VHC.

Con el objetivo de analizar la prevalencia de la hepatitis C crónica en 2020 en los Países Bajos, un equipo de investigadores de la Universidad de Ámsterdam y de la cohorte nacional ATHENA (siglas en inglés de Evaluación de la Terapia Antirretroviral en los Países Bajos) realizó un estudio a partir de los datos procedentes de dicha cohorte, que incluye al 98% de las personas con el VIH (adultos y niños) que reciben atención médica en el país.

Se examinó el estado actual de la hepatitis C de todos los pacientes de la cohorte ATHENA que alguna vez se habían sometido a pruebas de anticuerpos y de ARN del VHC y que habían acudido al menos a una visita clínica entre 2000 y 2019. También se analizó el uso de antivirales de acción directa a partir de octubre de 2015, cuando estos fármacos pasaron a estar disponibles sin restricciones para todos los pacientes con hepatitis C en los Países Bajos. Se excluyó a las personas que eliminaron la hepatitis C de modo espontáneo sin tratamiento y también a las que dieron positivo en la prueba de anticuerpos frente a la hepatitis C, pero que carecían de los resultados de la prueba de ARN del VHC que pudiera confirmar o descartar la presencia de viremia activa.

Fueron elegibles para ser incluidas en el estudio 25.059 participantes de la cohorte ATHENA. La prevalencia de hepatitis C crónica se mantuvo estable entre 2000 y 2014 (en un intervalo entre el 4% y el 5%). Sin embargo, en 2016 la prevalencia se redujo al 1,6% tras la rápida introducción del tratamiento basado en AAD frente al VHC. Para el año 2019, la prevalencia se había reducido al 0,6%.

Al analizar los dos principales subgrupos dentro de la cohorte, los investigadores hallaron que la prevalencia de hepatitis C crónica entre los hombres gais, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres (GBHSH) aumentó del 1% en 2000 a más del 4% en 2014, antes de descender bruscamente, reduciéndose al 0,5% en 2019. En el caso de las personas usuarias de drogas inyectables, la prevalencia se redujo del 70% en 2000 al 58% en 2014, y al 12% en 2019.

En cuanto a la aceptación del tratamiento, los investigadores identificaron a 979 personas con infección crónica por el VHC que habían acudido a una clínica del VIH como mínimo una vez a partir de octubre de 2015 y que tenían al menos seis meses de datos de seguimiento, para tener la oportunidad de iniciar y completar el tratamiento. Algo menos del 8% (72) seguían sin recibir tratamiento frente al VHC. Otros cuatro pacientes no habían vuelto a intentar iniciar el tratamiento tras un intento fallido a finales de 2019.

Las personas usuarias de drogas inyectables fueron significativamente más propensas a permanecer sin recibir tratamiento frente a la hepatitis C. Aproximadamente una de cada cuatro de estas personas seguía sin recibir tratamiento después de que se generalizara la disponibilidad de los AAD a finales de 2019 y tenía entre 12 y 15 veces más de probabilidades de no recibirlo que los hombres GBHSH coinfectados (cociente de probabilidades [CP]= 11,9; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 4,4 – 32,4, para las mujeres; CP: 14,9; IC95%: 7 – 33,3, para los hombres).

Las personas con una menor vinculación con los servicios de atención al VIH también tenían más probabilidades de seguir sin recibir tratamiento con AAD frente al VHC. Una frecuencia media de visitas de menos de una vez cada siete meses aumentaba sustancialmente las probabilidades de seguir sin tratamiento en comparación con una mayor frecuencia de seguimiento clínico (CP= 17,1; IC95%: 8,3 – 36,6).

Para examinar el motivo por el que las personas seguían sin recibir tratamiento frente al VHC, los investigadores pidieron a los médicos que respondieran a un cuestionario sobre su estimación de las barreras de acceso al tratamiento en cada caso. Comprobaron que, a finales de 2020, solo 29 de las 76 personas seguían sin recibir tratamiento con AAD frente al VHC y en atención médica. Seis se habían curado de la hepatitis C y los 41 restantes habían fallecido, se había perdido el seguimiento o se habían trasladado al extranjero.

Los médicos señalaron que las principales barreras para recibir tratamiento frente al VHC eran el rechazo del paciente (21 casos), una menor frecuencia de las visitas de seguimiento (19) y la ausencia de fibrosis hepática (18). Estimaron que la conducta sexual podría suponer un riesgo de transmisión de la hepatitis C en dos casos y el consumo de drogas y la actividad sexual en uno. En tres casos, se preveía una adherencia insuficiente al tratamiento, mientras que las comorbilidades graves desaconsejaban el tratamiento en cinco casos.

En resumen, solamente 29 personas de la cohorte ATHENA seguían teniendo una infección crónica por hepatitis C a finales de 2020. Y, aunque todas podían transmitir potencialmente la hepatitis C a otras personas, los médicos lo consideraron probable solo en tres casos.

Como conclusión, el equipo de investigadores señala que la potencial transmisión de la hepatitis C en personas con el VIH en los Países Bajos ha sido prácticamente eliminada después de la gran aceptación del tratamiento con AAD frente al VHC. Por otra parte, casi todas las personas que seguían sin recibir tratamiento habían recibido un diagnóstico por hepatitis C antes del acceso universal a los antivirales de acción directa. Además, los nuevos casos de hepatitis C en las personas de la cohorte nacional ATHENA se han diagnosticado casi exclusivamente en hombres GBHSH, entre los que el tratamiento es ampliamente aceptado. Se puede decir que microeliminación del VHC en personas con el VIH en los Países Bajos es prácticamente una realidad.

Fuente:Aidsmap / Elaboración propia (gTt).
Referencia:Isfordink C et al. Reaching HCV micro-elimination in HIV/HCV co-infected individuals in the Neth,erlands: exploring remaining barriers to HCV treatment. Eleventh IAS Conference on HIV Science, abstract OAB0104, 2021.

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