El hígado graso puede ser común en personas con VIH

Gonzalo Mazuela
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La esteatosis no estaría limitada a los casos con coinfección

Los trastornos hepáticos se han convertido, cada vez más, en una importante causa de enfermedad y muerte entre las personas con VIH tras la llegada de efectivos tratamientos antirretrovirales (TARV). Estos trastornos pueden manifestarse en forma de fibrosis hepática y cirrosis (aumento del tejido cicatrizado) -a menudo relacionados con la coinfección por el virus de la hepatitis C (VHC)- o esteatosis hepática (acumulación de grasa en el hígado) (véanse La Noticia del Día 17/04/2007, 15/06/2006 y 16/12/2005).

Algunos estudios anteriores mostraron una relación entre la esteatosis hepática y el uso de ciertos fármacos anti-VIH, incluidos algunos inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de nucleósido (ITIN).

El doctor Colleen Hadigan, del Hospital General de Massachussets en Boston (EE UU), y su equipo de colaboradores llevaron a cabo un estudio para evaluar la esteatosis hepática en hombres y mujeres con VIH mediante el uso de una resonancia magnética espectroscópica (MRS, en sus siglas en inglés), y para valorar la relación entre el índice de hígado graso, la resistencia a la insulina, así como otros factores de riesgo asociados. Los resultados fueron publicados en la edición de 1 de noviembre de la Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes.

El estudio incluyó a 33 personas adultas con VIH (24 hombres y 9 mujeres) que no fueron específicamente derivados por tener alguna enfermedad hepática. La edad mediana fue de 46 años, el 55% era de etnia blanca y el 33% de etnia negra. Alrededor de una quinta parte de los pacientes estaba coinfectada por VHC, y uno de ellos tenía hepatitis B. La mayoría (el 85%) tomaba TARV de forma estable, y la mediana de sus recuentos de CD4 fue de 441 células/mm3. Fueron excluidas del estudio las personas con una enfermedad hepática en fase terminal, un historial de uso abundante de alcohol en los últimos tres años o que estaban tomando tratamiento para la hepatitis C.

Las principales medidas clínicas que se usaron fueron el índice de hígado graso -que se calculó a través de MRS-, los resultados de la evaluación del modelo homeostático para la valoración de la resistencia a la insulina (HOMA-IR, en sus siglas en inglés) y la distribución de la grasa corporal calculada mediante tomografía axial computarizada (TAC).

Se identificó esteatosis hepática (definida así cuando el índice de hígado graso es igual o superior al 5% del peso total del órgano) en 14 de los participantes en el estudio (42%). La media del índice de hígado graso fue del 14% (rango: 6-29%); asimismo, estas personas manifestaron una correlación significativa con los resultados de HOMA-IR (p<0,0001) y de la grasa visceral aumentada (p<0,001).

Las personas con hígado graso tuvieron un índice de masa corporal (IMC) significativamente mayor, niveles superiores de alanina aminotransferasa (ALT) y triglicéridos, y un aumento de grasa intramuscular en comparación con aquellas personas sin esteatosis.

En contraste con algunos estudios anteriores, la presencia de esteatosis no fue asociada con la duración de la infección por VIH, exposición al tratamiento antirretroviral o la coinfección por VHC.

Los autores de este estudio concluyen que “estos datos sugieren que la esteatosis hepática puede ser muy común entre las personas con VIH, y no estar limitada a aquellos con coinfección con VHC, y puede tener un rol importante en el perfil metabólico entre los hombres y mujeres infectados con VIH”.

Fuente: Hivandhepatitis.
Referencia: Hadigan C, et al. Magnetic Resonance Spectroscopy of Hepatic Lipid Content and Associated Risk Factors in HIV Infection. Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes 46(3): 312-317. November 1, 2007.

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