Las personas con el VIH que se sienten solas tienen peor salud emocional y calidad de vida

Marta Villar
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La implementación de estrategias dirigidas a involucrar a estas personas en actividades sociales podrían reducir la soledad y, por tanto, mejorar la calidad de vida

Según los resultados de un estudio canadiense, un alto porcentaje de personas con el VIH se sienten solas a veces o con bastante frecuencia. Los síntomas físicos (como el dolor y la fatiga), la apatía, el estigma y disponer de una red social limitada contribuyen a experimentar soledad. Asimismo, la soledad tiene consecuencias sobre el nivel de actividad de la persona, las elecciones sobre el estilo de vida, altera la función cognitiva, aumenta el estrés y la depresión contribuyendo todo ello a una mala calidad de vida. Estos resultados han sido presentados durante la novena edición del Congreso Internacional sobre VIH y Envejecimiento que tuvo a mediados de septiembre en Nueva York (EEUU).

La soledad, entendida como un estado percibido de aislamiento social no deseado, se asocia con resultados adversos para la salud emocional y física. Las personas con el VIH a menudo se enfrentan a situaciones que aumentan el riesgo de experimentar soledad y sus consecuencias (véase La Noticia del Día 29/05/2018).

Un equipo de investigadores canadiense quiso evaluar a través de un estudio la prevalencia de soledad entre personas adultas mayores con el VIH, los factores que contribuyen a ella y las consecuencias de experimentarla. Para ello contaron con los datos de la cohorte Positive Brain Health Now, un estudio prospectivo que incluye información sobre pacientes con el VIH atendidos en cinco centros hospitalarios de Canadá.

En total se contó con los datos de 836 pacientes inscritos en el estudio entre octubre de 2013 y junio de 2016. Todos los participantes tenían 35 años o más con una edad promedio de 52 años y, al menos, un año de diagnóstico. El 85% eran hombres, el 71% de origen caucásico y ninguno de ellos tenía demencia o un trastorno del sistema nervioso central conocido.

Para llevar a cabo el análisis, los investigadores realizaron entrevistas personales y administraron cuestionarios autoinformados para evaluar la soledad y la función cognitiva. La soledad fue evaluada con una de las preguntas de la escala de recursos sociales OARS -‘¿Te sientes solo: a menudo, a veces o casi nunca?’- y la función cognitiva con una batería de pruebas cognitivas computarizadas (B-CAM) y el cuestionario de déficit percibido (PDQ).

Del total de los participantes, el 18% refirió sentirse solo bastante a menudo, el 46% algunas veces y el 36%, nunca. Estas tasas fueron iguales para hombres y mujeres.

Tras realizar el análisis estadístico se identificaron diferentes factores sociológicos y psicológicos que pueden contribuir a una mayor probabilidad de soledad como el estigma asociado al VIH (p<0,001), tener una red social de menos de 5 personas (p<0,001), la falta de planes u objetivos futuros (p<0,001) o no disponer de trabajo o no realizar actividades de voluntariado (p<0,05).

Teniendo en cuenta la edad, los participantes con edades comprendidas entre los 35 y los 45 años fueron significativamente más propensos a referir soledad que las personas más mayores (p<0,05).

Asimismo, se identificaron cuatro factores relacionados con el estilo de vida que fueron predictores de soledad: realizar menos horas de actividad física (p < 0,001); ser poco activo (p < 0,001); ver un mayor número de horas semanales la televisión (p<0,05) y el uso de opiáceos independientemente del dolor (p<0,05). Sin embargo, ser fumador, tomar alcohol o el uso de la marihuana no se asociaron con la soledad.

En comparación con las personas que refirieron no sentirse solas, aquellas que a veces o a menudo se sienten solas tuvieron, de manera consistente, peores resultados de salud emocional y física incluyendo aquellos relacionados con la función cognitiva, el estrés, la depresión, la ansiedad, y los resultados que reflejan la salud autopercibida, la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) y la calidad de vida en general.

Como limitaciones del estudio, los investigadores subrayan la elevada participación de hombres y personas de origen caucásico, por tanto, estos resultados no pueden generalizarse a todas las personas adultas con el VIH.

Los resultados del presente estudio ponen de manifiesto que una alta proporción de adultos con el VIH se sienten solos en algún momento. Los mismos investigadores proponen intervenciones dirigidas a involucrar a las personas con el VIH que se sienten solas en actividades sociales significativas puesto que han resultado ser efectivas en otras enfermedades.

Fuente: Natap/ Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: Harris M, Brouillette M, Mayo N, Smaill F, Smith G, Thomas R, Fellows L. Associations of loneliness with cognitive function and quality of life (QoL) among older adults living with HIV. 9th International Workshop on HIV and Aging, September 13-14, 2018, New York. Abstract 12

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