La eliminación del VHC en personas con el VIH pasa por dirigir las políticas de cribado hacia los grupos más vulnerables

Jordi Piqué
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Los esfuerzos para eliminar la hepatitis C deberían dirigirse a la población con menos recursos y las personas usuarias de drogas inyectables, especialmente a las que no están tomando medicación antirretroviral y/o no reciben atención médica

La microeliminación del virus de la hepatitis C (VHC) en personas con el VIH en Escocia (Reino Unido) es un objetivo factible, pero requerirá un mayor esfuerzo por parte de los profesionales sanitarios para tratar a las personas coinfectadas por el VIH y el VHC, incluyendo a las que no están recibiendo tratamiento antirretroviral frente al VIH o que han dejado de recibir atención médica. Además, se deberá incrementar el cribado de la hepatitis C en personas usuarias de drogas inyectables. Estas son las principales conclusiones de un estudio sobre los datos de vigilancia epidemiológica escoceses cuyos hallazgos se han publicado en la revista HIV Medicine.

Escocia registra una alta prevalencia de hepatitis C entre personas con el VIH, principalmente asociado al uso compartido de equipos de inyección de drogas. En 2018, la Asociación Británica del VIH (BHIVA, en sus siglas en inglés) estableció el objetivo de curar la hepatitis C en el 80% de las personas con el VIH para 2019 y en su totalidad para 2021. Sin embargo, pocos estudios han examinado de forma sistemática el diagnóstico y tratamiento de la hepatitis C en toda la población de personas a las que se les ha diagnosticado el VIH, incluidas las que no están en tratamiento antirretroviral o aquellas han dejado de recibir atención médica. La falta de servicios de atención a las personas con el VIH o el VHC y la escasa de realización de pruebas de cribado del VHC son los principales obstáculos para que todas las personas con el VIH logren la curación de la hepatitis C.

Con el objetivo de recabar más evidencia sobre esta cuestión, un equipo de investigadores escocés realizó un estudio sobre todas las personas a las que se les había diagnosticado el VIH en Escocia para comprobar si se les había realizado la prueba de cribado del VHC, se les había ofrecido tratamiento o se habían curado de la hepatitis C. Para ello, se identificó a las personas con el VIH en Escocia mediante la base de datos nacional de vigilancia epidemiológica del VIH hasta finales de 2017 y se comparó con los datos disponibles sobre pruebas de cribado de la hepatitis C notificados desde 2000 en las cuatro principales regiones sanitarias de Escocia.

Un total de 5.018 personas residentes en Escocia habían recibido un diagnóstico de VIH. La población del estudio estaba constituida por un 72% hombres y un 76% de personas de raza blanca. Un 11% de la cohorte estaba formada por personas que habían adquirido el VIH a través del uso de drogas inyectables, un 45% por hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (GBHSH) y un 39% por hombres y mujeres heterosexuales. Más de la mitad de la población del estudio (56%) vivía en los distritos más desfavorecidos de Escocia. Un 12% de las personas de la cohorte tenían un diagnóstico registrado de hepatitis C.

Se disponía de información sobre el historial de pruebas de cribado de la hepatitis C de 2.939 personas que vivían en cuatro regiones en las que se habían realizado pruebas sistemáticas desde el año 2000. El 20% de esta población no se había realizado la prueba de cribado de la hepatitis C entre 2000 y 2017. Las personas que no tomaban tratamiento antirretroviral frente al VIH tenían una probabilidad siete veces mayor que las que sí lo recibían de no haberse sometido a la prueba de cribado de la hepatitis C (cociente de probabilidades ajustado [CPa]= 7,21 (intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 5,15-10,10). El hecho de no haberse realizado nunca una prueba de cribado del VHC también se asoció con un diagnóstico de VIH en una clínica de medicina genitourinaria (CPa= 3,44; IC95%: 2,68-4,40), con pertenecer a “otros” grupos étnicos (CPa= 3,46; IC95%: 2,10-5,70) y con el hecho de vivir en las zonas menos favorecidas (CPa= 1,83; IC95%: 1,33-2,52).

Sobre la base de estos hallazgos, los investigadores estimaron que el 16% de la cohorte completa nunca se había sometido a la prueba de cribado del VHC y que unas 100 personas con hepatitis C permanecían sin diagnosticar, predominantemente personas usuarias de drogas inyectables que habían adquirido el VHC al compartir material para la inyección de drogas De las personas que dieron positivo en la prueba de cribado de la hepatitis C –un 12% de la población del estudio–, el 79% tenían infección crónica por el VHC y casi todas ellas (91%) habían acudido a una clínica para recibir tratamiento frente al virus hepático. Dos terceras partes recibieron tratamiento frente al VHC al menos una vez y de estas, el 85% se habían curado de la hepatitis C. Sin embargo, una de cada tres personas nunca había recibido terapia frente al VHC.

De nuevo, las personas que no tomaban tratamiento antirretroviral frente al VIH tenían más probabilidades de no haber recibido tratamiento frente al VHC (CPa= 3,60; IC95%: 1,59-8,15), al igual que las personas usuarias de drogas inyectables (CPa= 2,09; IC95%: 1,04-3,78) y aquellas que vivían en los distritos más desfavorecidos de Escocia (CPa= 2,64; IC95% 1,04-6,71).

En general, los investigadores estiman que el 42% de las personas con hepatitis C en la población analizada se habían curado a finales de 2017, muy por debajo del objetivo de la BHIVA de curar al 80% para el 2019. Los investigadores destacan la importancia de seguir las directrices de la organización británica de realizar pruebas de cribado del VHC a las personas con el VIH con mayor riesgo de exposición al virus hepático –es decir hombres GBHSH y usuarias de drogas inyectables– al menos 2 veces al año y también a todas las personas con un diagnóstico de VIH al menos en una ocasión.

Asimismo, subrayan la necesidad de diseñar unos servicios de atención a las drogodependencias vinculados a las clínicas del VHC que tengan a su vez canales de derivación a los servicios de atención del VIH. Estos servicios deberían intentar alcanzar a toda la población que no toma tratamiento antirretroviral frente al VIH y que también tiene más probabilidades de no recibir atención y tratamiento para la hepatitis C, como son las personas con menos recursos, falta de vivienda y las que consumen drogas inyectables en la vía pública.

El equipo de investigadores concluye señalando cómo los profesionales sanitarios de Glasgow han participado en actividades de divulgación intensiva en personas sin vivienda y personas que consumen sustancias a pie de calle para afrontar un importante brote de VIH en usuarios de drogas intravenosas de la ciudad (véase La Noticia del Día 07-06-19). Es posible que en otras regiones de Escocia se necesiten enfoques similares adaptados a la población local.

Fuente: Infohep/Elaboración propia (gTt-VIH) `

Referencia: McLeod A, et al. Increased case-finding and uptake of direct-acting antiviral treatment essential for micro-elimination of hepatitis C among people living with HIV: a national record linkage study. HIV Medicine, published online, 17 December 2020.

https://doi.org/10.1111/hiv.13032

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