Un estudio en animales demuestra que unas células CD8 genéticamente modificadas son capaces de eliminar el VIH de los tejidos

Miguel Vázquez
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Los autores consideran que, de tener éxito en humanos, esta estrategia podría ayudar a erradicar la infección del organismo

Un componente crucial de la respuesta celular antiviral lo constituyen los linfocitos-T citotóxicos CD8, cuya principal misión es reconocer a los antígenos virales y eliminar las células infectadas. En el caso del VIH, es necesaria una respuesta potente de este tipo para poder establecer un control relativo de la replicación viral. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre en otros casos, esta respuesta inmunitaria no consigue eliminar el VIH del organismo, por motivos que no se comprenden completamente. No obstante, debido a la importancia que tienen las respuestas de células-T en el control y eliminación de la infección viral, existe un gran interés en explorar nuevos métodos para potenciar la eficacia de estas respuestas inmunitarias.

Inspirado por los resultados de investigaciones previas, que demostraron que las células madre humanas hematopoyéticas pueden modificarse genéticamente para combatir el VIH, un equipo de investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) decidió desarrollar otros modos de mejorar y restaurar dicha respuesta específica para conseguir una supresión virológica sostenida, o incluso un aclaramiento de la infección. Los resultados de su estudio fueron publicados de forma reciente en la revista PLoS Pathogens y demostraron por primera vez que las células madre modificadas genéticamente para formar células inmunitarias que actúen sobre el VIH resultan eficaces a la hora de suprimir el virus en tejidos vivos, al menos en el modelo animal.

En primer lugar, los investigadores realizaron la clonación de un receptor de las células-T (TCR) específico del VIH procedente de células-T CD8 que actuaba de forma específica sobre un epítopo presente en la proteína Gag del VIH tipo 1 [VIH-1]. Este receptor fue utilizado para modificar las células madre hematopoyéticas, que se introdujeron en el tejido del timo de ratones humanizados (modificados para que tengan una serie de características comparables a las de los humanos), donde se convirtieron en linfocitos CD8 maduros.

Posteriormente, se descubrió que estos linfocitos específicos del VIH estaban presentes en diversos tejidos del ratón, lo que demuestra que no sólo se consiguió la modificación de las células madre humanas con el receptor celular adecuado, sino que se produjo la posterior diferenciación de estas células in vivo, que migraron a diversos puntos de la anatomía, algo similar a lo que se observa en humanos.

Para determinar si la presencia de estas células modificadas tiene un efecto sobre la supresión de la replicación del VIH, se infectó con VIH-1 a ratones humanizados que expresaban el receptor específico del VIH y, por otro lado, a otros ratones con un TCR no específico, como control.

En una serie de pruebas efectuadas en la sangre periférica, plasma y órganos de los ratones, realizadas dos y seis semanas después de introducir la células modificadas, se comprobó que el número de células CD4 aumentó, mientras que la carga viral se redujo. Se apreció una supresión significativa de la replicación del VIH en numerosos órganos en el primer grupo de ratones en comparación con los controles, lo que indica que la presencia de los linfocitos modificados genéticamente puede constituir una respuesta antiviral funcional in vivo.

Los autores afirman que su estudio establece las bases para el posible uso de este tipo de estrategia para combatir el VIH en personas ya infectadas, con la esperanza de que permita erradicar el virus del organismo. Estos resultados sugieren que la terapia genética basada en células madre puede constituir un enfoque factible en el tratamiento de las infecciones virales crónicas y proporciona una base para el desarrollo de este tipo de estrategia. Con todo, también destacan que han de elegirse los receptores celulares específicos del VIH más adecuados para una persona, del mismo modo en que se escoge un órgano compatible para un trasplante.

Por otro lado, el equipo de investigadores señaló una posible debilidad en el estudio, ya que las células inmunitarias humanas se reconstituyeron a un menor nivel en los ratones humanizados de lo que se esperaría en humanos y, como resultado de esta falta de concordancia del modelo animal con el ser humano, es posible que el VIH mute con más lentitud en los ratones que en sus huéspedes humanos. Sin embargo, los autores indican que el empleo de múltiples receptores modificados genéticamente puede ser un modo de compensar el mayor potencial de mutación del virus en humanos. Los investigadores anuncian que su intención es utilizar receptores de células-T que actúen sobre distintas partes del virus y que podrían usarse en más personas de características genéticas semejantes.

Fuente: Aidsmed / Elaboración propia.
Referencia: Kitchen SG, Levin BR, Bristol G, Rezek V, Kim S, et al. In Vivo Suppression of HIV by Antigen Specific T Cells Derived from Engineered Hematopoietic Stem Cells. PLoS Pathog 8(4): e1002649. doi:10.1371/journal.ppat.1002649 (2012).

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