Déficit de vitamina D en personas con VIH

Francesc Martínez
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Tener la piel oscura y tomar ITINN podrían incrementar su prevalencia

La infección por VIH y su tratamiento modifican múltiples procesos bioquímicos del organismo. El descubrimiento de los mecanismos y las carencias que subyacen tras estas modificaciones puede mejorar la tolerabilidad de la terapia antirretroviral y la calidad de vida de las personas con VIH.

Uno de los procesos bioquímicos más importantes del organismo consiste en la síntesis y la absorción de las vitaminas. Debido a su importancia y a que existen técnicas rutinarias para valorar su déficit, las vitaminas constituyen un buen campo en el que analizar los efectos bioquímicos del VIH y los antirretrovirales. Con este objetivo, un equipo de investigadores holandeses ha estudiado los efectos de la infección por VIH y su tratamiento sobre los niveles de vitamina D. Los resultados del estudio han sido publicados en la edición de noviembre de AIDS Research and Human Retroviruses.

La vitamina D es esencial para la salud ósea, ya que su carencia está íntimamente relacionada con el desarrollo de osteoporosis. Además, tiene una función reguladora del sistema inmunitario. Niveles bajos de esta vitamina han sido asociados con recuentos bajos de CD4, un sistema inmunitario activado de manera anómala y la progresión de la infección por VIH. La vitamina D puede obtenerse a partir de la dieta (principalmente basada en pescado y productos lácteos enriquecidos) o ser sintetizada en la piel mediante la exposición a la luz solar.

El déficit de vitamina D puede deberse a múltiples causas, entre las que destacan el envejecimiento, una baja exposición a la luz del sol o una dieta poco equilibrada. La infección por VIH o su tratamiento ya habían sido apuntados como causas de dicha insuficiencia, pero su acción no había sido convenientemente estudiada. La vitamina D se metaboliza por el citocromo P450 -como muchos de los antirretrovirales-; de este modo, investigaciones anteriores sugirieron que los inhibidores de la proteasa (IP) podrían inhibir el metabolismo de esta vitamina.

Los investigadores diseñaron un estudio transversal para examinar la prevalencia y las causas del déficit de vitamina D en 252 personas con VIH entre enero y agosto de 2006. Los niveles de vitamina se midieron mediante el análisis de la concentración de la 25-hidroxivitamina D en sangre. Por otra parte, los expertos también midieron los niveles de hormona paratiroidea y calcio séricos. Además, se realizaron recuentos de CD4 y mediciones de la carga viral.

También se consideraron datos demográficos como el origen étnico, la edad, la duración y el estadio de la infección por VIH, el uso de antirretrovirales, el historial médico y el índice de masa corporal (IMC). Los pacientes completaron, asimismo, un cuestionario sobre su dieta y exposición al sol.

Se consideró déficit de vitamina D a la presencia de niveles de 25-hidroxivitamina D inferiores a 35 nmol/L entre abril y septiembre, e inferiores a 25 nmol/L entre septiembre y marzo.

Un 29% de los pacientes presentaba  insuficiencia de vitamina D. La prevalencia de esta déficit fue mayor en mujeres que en hombres (58 y 25%, respectivamente), pero no pudo considerarse un efecto de la menopausia, ya que la edad media de las mujeres con o sin déficit de vitamina D era similar (de unos 36 años).

Las personas con un color de piel más oscuro mostraron un riesgo incrementado de presentar la insuficiencia vitamínica, puesto que ésta se dio en un 18% de las personas blancas, un 33% de las de origen mediterráneo, un 44% de aquéllas de origen asiático y un 63% de las personas negras. En la misma línea, la mediana de los niveles de vitamina D fue significativamente superior en personas blancas que en negras (60 nmol/L y 27 nmol/L, de manera respectiva).

De las personas que no estaban tomando tratamiento, un 25% evidenciaba insuficiencia de vitamina D, mientras que en aquéllas bajo terapia antirretroviral, el porcentaje era del 30%.

La prevalencia de déficit de vitamina D fue mayor entre las personas que recibieron un inhibidor de la transcriptasa inversa no análogo de nucleósido (ITINN) que entre las que tomaron un IP (37 y 23%, respectivamente).

Cuando los resultados se agruparon según el color de la piel de los participantes, se pudo observar que las personas blancas que tomaban un IP tenían niveles significativamente superiores de 25-hidroxivitamina D que las personas blancas que recibían un ITINN o no tomaban antirretrovirales (p= 0,007). Por otra parte, en las personas con un color de piel negro, el tipo de tratamiento antirretroviral -o la ausencia de éste- no influyó de forma significativa en los niveles de 25-hidroxivitamina D.

No se evidenciaron diferencias significativas relacionadas con la dieta o la exposición solar entre personas con o sin déficit de vitamina D. Al realizar un análisis multivariable, el único factor asociado a un mayor riesgo de déficit de vitamina D fue el color de la piel (cociente de probabilidades ajustado (CPA): 5,4; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 2,3-12,2; p <0,01).

Las personas que tomaban ITINN presentaban niveles de hormona paratiroidea significativamente superiores a los observados en pacientes que no recibían tratamiento antirretroviral (en ambos casos, p <0,001). Niveles altos de hormona paratiroidea indican niveles bajos de calcio en sangre.

Las tasas de recuperación del recuento de CD4 fueron similares en pacientes con o sin carencia de vitamina D.

Los investigadores concluyeron que, puesto que unos niveles de vitamina D adecuados son necesarios para una correcta densidad mineral ósea (que permita prevenir afecciones como la osteopenia u osteoporosis), la concentración de dicha vitamina debe ser evaluada en las personas con VIH, especialmente en aquéllas de piel oscura o que tomen ITINN o IP. Así, la medición de los niveles 25-hidroxivitamina D en sangre –así como los de hormona paratiroidea- pueden ayudar a la detección precoz del déficit de vitamina D y la corrección de éste mediante el uso de complementos vitamínicos.

Fuente: aidsmap.
Referencia: Van den Bout-Van Den Beukel C, et al. Vitamin D deficiency among HIV type 1-infected individuals in the Netherlands: effects of antiretroviral therapy. AIDS Research and Human Retroviruses. 2008; 24: 1.375-1.382.

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