Una elevada proporción de personas con el VIH en Canadá no revelan a sus médicos el consumo de sustancias

Jordi Piqué
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De acuerdo con un estudio canadiense, los pacientes que sí lo comunican perciben una atención médica de menor calidad

Un estudio canadiense ha revelado que la mitad de las personas con el VIH no comunican su consumo de drogas a los profesionales sanitarios que los atienden. Los hallazgos de este estudio se han publicado en la revista International Journal of Drug Policy. Entre sus conclusiones, los investigadores señalan que algunas personas que consumen sustancias experimentan altas tasas de enfermedades mentales concurrentes, infecciones y patologías crónicas que se ven agravadas por las elevadas tasas de pobreza y falta de vivienda.

Los investigadores revisaron la literatura científica relacionada con la atención y el tratamiento de las personas que consumen drogas y hallaron que estas, pese a experimentar muchos problemas de salud, pueden enfrentarse a importantes barreras de acceso a una atención médica equitativa y de calidad. A menudo, estas personas demoran o evitan recibir atención médica debido al estigma y la discriminación experimentados en el sistema de salud canadiense, y ello puede dar lugar a una atención insuficiente con relación a su consumo de drogas y a otros problemas de salud simultáneos.

Por otra parte, las personas que consumen drogas pueden optar estratégicamente por no revelar su consumo, o no en toda su dimensión, al personal médico por temor a que se les niegue la atención, así como por las posibles consecuencias jurídicas, de protección a los hijos, de vivienda y empleo asociadas a la criminalización del consumo de drogas.

Los investigadores realizaron un estudio para comprender mejor los factores asociados a la no revelación del uso de sustancias a los profesionales de la salud. El estudio consistió en la entrevista de 261 personas que usaban sustancias. Se seleccionó a los participantes de dos estudios en curso en los que participaban personas que usaban sustancias en la gran región de Vancouver. Los datos se extrajeron de un cuestionario elaborado por un entrevistador en colaboración con tres organizaciones locales de consumidores de drogas. El perfil de los participantes fue: un 66% de hombres y un 33% de mujeres; 51 años de edad promedio; un 58% tenían el VIH; un 77% tenían el virus de la hepatitis C (VHC); un 71% accedieron o necesitaron atención de salud mental en los últimos seis meses; un 48% experimentaron dolor crónico en los últimos seis meses; un 25% se inyectaron drogas diariamente; un 10% experimentaron una sobredosis en los últimos seis meses; un 85% recibieron atención médica general de una clínica.

Los investigadores descubrieron que el 52% de los participantes no revelaron su consumo de sustancias a su médico de cabecera en los últimos seis meses. Las personas que no comunicaron su uso de sustancias tenían más probabilidades de ser población indígena de Vancouver, tener el VIH y haber tenido problemas con su atención médica. Por su parte, las personas que revelaron su consumo de sustancias tenían más probabilidades de vivir en el barrio del centro del lado este de Vancouver, de no tener hogar y de usar drogas inyectables.

Las personas que revelaron su consumo de sustancias informaron de una reducción significativa de la calidad general de la atención y, en particular, de problemas relacionados con la dignidad y el respeto, la comunicación y la confidencialidad. Estas personas, por otra parte, tenían más probabilidades de informar de que no podían obtener la atención que necesitaban; retrasaban la atención porque habían tenido problemas en el pasado y tenían la sensación de que se les negaba la atención sanitaria debido a su uso de drogas.

Aunque la decisión de revelar el uso de sustancias es individual, el personal médico tiene la responsabilidad de facilitar un entorno en el que se sientan dispuestas y seguras de hacerlo. De acuerdo con los investigadores, resulta crucial poner el acento en la reducción de daños asociados al consumo de drogas y formar a los equipos médicos en un modelo de empatía hacia las personas que consumen drogas. La reducción del estigma y la discriminación que surge de los servicios de atención médica incidirá en la reducción del estigma internalizado de las personas que usan drogas y las ayudará probablemente a revelar el consumo de drogas y otros problemas. También es necesario mejorar la capacitación de los médicos en materia de adicciones, ya que los estudios han demostrado que a menudo no examinan a los pacientes para detectar trastornos por uso de sustancias.

Los médicos, asimismo, deberían considerar la posibilidad de realizar pruebas de detección basadas en pruebas e intervenciones breves en los entornos de atención primaria para las personas que consumen drogas con el objetivo de identificar y personalizar el tratamiento de la adicción a drogas y/o sustancias.

Para evitar una mayor exacerbación de las desigualdades en materia de atención de la salud y de la discriminación que sufren los pueblos indígenas específicamente, es necesario contar con instrumentos de detección diseñados por y para esta población. Es esencial que los diagnósticos se enfoquen desde una perspectiva culturalmente competente, incorporando estrategias como el asesoramiento previo y posterior a la prueba, trabajando para desarrollar la confianza con los pacientes y evitando las prácticas y el lenguaje estigmatizantes.

Los indígenas que consumen drogas tienen casi la mitad de probabilidades de revelar su consumo de drogas en comparación con sus pares no indígenas. Esta población autóctona sigue experimentando desigualdades en el acceso a la atención de la salud, la calidad y la seguridad en comparación con los canadienses no indígenas.

El equipo de investigadores concluye subrayando la necesidad de una atención culturalmente segura y sin estigmas para hacer frente a los estereotipos generalizados en el sistema de atención de la salud y mejorar la detección de los trastornos por consumo de sustancias en los servicios de atención de la salud de los pacientes externos.

Fuente: Catie / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: Pearce LA, Homayra F, Dale LM, et al. Non-disclosure of drug use in outpatient health care settings: Findings from a prospective cohort study in Vancouver, Canada. International Journal of Drug Policy. 2020; in press.

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