Disminuyen los fallecimientos intrahospitalarios en personas con el VIH en España

Francesc Martínez
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Un estudio, que abarca la década comprendida entre 2006 y 2015, ha hallado una disminución de los ingresos por causas relacionadas con el VIH y un aumento de los ingresos por otras causas, especialmente por hepatitis C

Un estudio realizado por el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y el Plan Nacional sobre el Sida (PNS) del Ministerio de Sanidad ha concluido que, entre los años 2006 y 2015, los ingresos hospitalarios en personas con el VIH por causas relacionadas con el virus disminuyeron en España durante dicho periodo. En cambio, los ingresos por otras causas –especialmente las relacionadas con el virus de la hepatitis C (VHC) – aumentaron de forma continuada. La mortalidad en dichos ingresos fue disminuyendo y la causa principal de los fallecimientos pasó progresivamente de estar relacionada con el VIH a otras patologías, especialmente las neoplasias.

El estudio analizó los registros clínicos de ingresos de personas con el VIH en los Hospitales generales del Sistema Nacional de Salud español, que comprende hospitales públicos, pertenecientes a la red de utilización pública, administrados públicamente o con concierto sustitutorio y hospitales monográficos que forman complejo con hospitales generales o de área. También se incluyeron algunos hospitales privados, que han ido incorporándose al registro desde 2005 de forma paulatina.

Entre los años 2006 y 2015 se registraron un total de 233.760 ingresos hospitalarios en personas con el VIH. Durante la década analizada se observó una disminución del 21% entre el año 2007 (26.329 ingresos) y el año 2015 (20.030 ingresos). El 72% de los ingresos hospitalarios fueron de hombres. La edad promedio durante el estudio fue de 44,6 años, pero la edad de las personas ingresadas aumentó año tras año (llegando a 48,5 años en 2015), lo que evidencia que el promedio de la edad de las personas con el VIH ha ido en aumento. Este último punto se debe a que la terapia antirretroviral ha hecho que la infección sea de evolución crónica y –por tanto- que las personas con el VIH envejezcan y a que el pico de diagnósticos de la infección tuvo lugar en la primera mitad de la década de 1990 (una época que se va quedando atrás en el tiempo).

Respecto al diagnóstico principal en el momento del ingreso, el VIH pasó de representar el 28,4% de los casos en 2006 a representar el 15,9% en 2015. La incidencia de enfermedades definitorias de sida, aunque fue baja durante todo el periodo analizado, también disminuyó, siendo el diagnóstico principal en el 2,6% de los ingresos en 2006 y en el 2,0% en 2015. Donde sí se produjo un aumento importante fue en los ingresos con diagnóstico principal de enfermedades no relacionadas con el VIH, que pasaron de representar el 68,9% en el año 2006 a representar el 82,0% en 2015.

Las enfermedades no relacionadas con el VIH más diagnosticadas en los ingresos –ya fuera como diagnóstico principal o secundario–- fueron los trastornos de tipo psiquiátrico (58,5% de los ingresos, principalmente dependencia de drogas y/o alcohol), enfermedades infecciosas (48,2% de los casos, de los que la gran mayoría eran infecciones por el VHC), enfermedades respiratorias (33,4% de los casos) y enfermedades del sistema circulatorio (24,3% de los casos).

En cuanto a las tendencias observadas en las enfermedades no relacionadas con el VIH durante el periodo analizado, los trastornos de tipo psiquiátrico disminuyeron ligeramente (tras presentar un pico en el año 2010), las enfermedades infecciosas disminuyeron (pero los casos de infección por el VHC aumentaron), las enfermedades respiratorias se mantuvieron estables y las enfermedades del sistema circulatorio aumentaron notablemente hasta casi duplicar su incidencia (16,2% en 2006 y 32,3% en 2015). Otro aspecto a destacar relacionado con la hepatitis C y que también aumentó fueron los diagnósticos de cirrosis hepática que pasaron de darse en el 6,2% de los ingresos en 2006 a tener lugar en el 9,8% de los ingresos en 2015.

Durante el periodo evaluado se registraron 12.331 defunciones intrahospitalarias de personas con el VIH. El pico de defunciones se alcanzó en el año 2008 (un total de 1.500) y fue disminuyendo hasta 961 fallecimientos en 2015. Teniendo en cuenta que la edad promedio de las personas con el VIH fue aumentando, la disminución interanual continuada de la mortalidad desde el año 2008 es aún más destacable.

Las enfermedades definitorias de sida pasaron de causar el 5,3% de los fallecimientos en 2006 a causar el 3,9% en 2015. Las causas no relacionadas con el VIH pasaron de tener lugar en el 52,7% de los fallecimientos en 2006 a tenerlo en el 69,9% en 2015.

Las principales enfermedades no relacionadas con el VIH que fueron causas principales de fallecimiento fueron los cánceres, que llegaron a causar el 19,7% de las muertes en el año 2015 (un importante aumento desde el 9,6% que representaban en el año 2010). Las enfermedades del aparato digestivo (principalmente de tipo hepático) fueron la segunda causa de fallecimiento (representando el 12,2% de las muertes), aunque su tendencia fue descendente durante el periodo analizado. Las enfermedades respiratorias como causa de muerte mantuvieron una incidencia estable y supusieron el 11,0% de los fallecimientos. El impacto de las enfermedades infecciosas como causa de muerte aumentó notablemente (pasó de estar detrás del 4,7% de los fallecimientos a estarlo del 11,2%), fenómeno que también se observó en el caso de las enfermedades del sistema circulatorio (que pasaron de estar detrás del 4,7% de los fallecimientos a estarlo del 11,2%).

Los resultados del presente estudio muestran datos esperanzadores. Así, que la mortalidad intrahospitalaria de las personas con el VIH disminuya año tras año a pesar de que la edad promedio siga aumentando es un indicador de que –globalmente el estado de salud de las personas con el VIH mejora. Tratamientos antirretrovirales cada vez más efectivos y tolerables son la principal razón de ello, pero también una atención sanitaria de calidad que ha logrado mantenerse funcional a pesar de los recortes presupuestarios que la han puesto en peligro. Por otro lado, el impacto de las enfermedades no relacionadas con el VIH sobre la morbimortalidad de las personas con el VIH ponen de relieve la importancia de un abordaje multidisciplinar –con un papel cada vez más importante de la geriatría– de las personas con el VIH.

Fuente: Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: Unidad de vigilancia del VIH, hepatitis y conductas de riesgo. Morbimortalidad hospitalaria en pacientes con VIH ingresados en los hospitales del SNS. Análisis del CMBD 2006-2015. Madrid: Centro Nacional de Epidemiología/Plan Nacional sobre el Sida. Madrid; 2020.

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