Daño hepático de origen desconocido en personas con VIH

Joan Tallada
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Podría estar relacionado con la resistencia a la insulina

El aumento de los niveles de las transaminasas hepáticas es un indicador de la existencia de un problema en el hígado. En personas coinfectadas, este aumento se suele atribuir a la presencia de una hepatitis viral. Sin embargo, la elevación de transaminasas en personas que sólo tienen VIH no siempre tiene un origen bien conocido.

Un equipo encabezado por P.Ingiliz del Hospital Pitié-Salpêtrière de París, Francia, ha evaluado los factores de riesgo asociados con un incremento de los niveles de transminasas de origen desconocido en personas con VIH que tomaban TARGA. En su ensayo, de tipo prospectivo, se incluyeron a todos los pacientes cuya analítica reflejara una elevación de los niveles de ALT séricos durante más de 6 meses, excluyendo a quienes se les hubiera diagnosticado una enfermedad hepática concomitante.

A estos participantes se les practicó una biopsia hepática con el objetivo de determinar la existencia o no, y en qué grado, de fibrosis, esteatosis e inflamación. También se establecieron los niveles de glucosa y lipídicos como marcadores sustitutivos en el momento de la biopsia.

Los participantes fueron 26, de los que el 96% eran hombres, y contaban con una mediana de edad de 47 años (rango 31-67 años) y un IMC de 23 kg/m2. Diecisiete (65%) tuvieron una carga viral menor a 200 copias/ml y el resto tuvo valores de hasta 94.600, y la mediana de recuento de CD4 fue de 353 células/mm3 (rango de 156-921). La mediana de tiempo de exposición a los ARV fue de 121 meses para los análogos de nucleósido, de 32 meses para los no análogos y de 56 meses para los inhibidores de la proteasa. La mediana de elevación de la ALT fue de 60 U/I (intervalo de confianza del 95%: 63-131).

Las pruebas detectaron anomalías en 21 de los 26 participantes (81%): 9 (35%) tenían esteatosis leve, 7 (27%) esteatosis severa. El hígado graso se relacionó con varios grados de necrosis en 14 (54%) de los individuos con diagnóstico de NASH (siglas en inglés de esteatosis hepática no alcohólica). Además, 12 (46%) tenían fibrosis portal leve (F1) y 5 (9%) fibrosis con una puntuación superior a F2, incluyendo 3 personas con cirrosis.

A destacar que los participantes con NASH tuvieron niveles de glucosa en ayunas significativamente superiores que los participantes sin NASH (p=0,02), y lo mismo ocurrió con los niveles de insulina en ayunas (p=0,01). Ninguno de los otros parámetros, incluyendo el tiempo de exposición a los antirretrovirales, se asoció con NASH.

A partir de estos resultados, los autores concluyen que las personas con VIH que toman TARGA y presentan una elevación crónica de la ALT de origen desconocido presentan una alta proporción de lesiones hepáticas. En este estudio, todavía en marcha, “observamos sobre todo patrones histológicos de NASH que estaban relacionados con la resistencia a la insulina”.

Fuente: Elaboración propia.
Referencia: P. Ingiliz et al. Evaluation of liver damage in hiv-1-positive patients on highly active antiretroviral therapy (HAART) with chronic transaminases elevation of unknown origin (The HEALTH study). Journal of Hepatology, Supplement No 1, Volume 46, April 2006, page S269. Abstract: 715. 42nd EASL. Barcelona, Spain.

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