Deterioro cognitivo asociado al VIH en España

Francesc Martínez
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Bajos recuentos de CD4, historial de uso de drogas inyectables y un mayor tiempo viviendo con VIH incrementarían el riesgo de padecerlo

Un estudio español, publicado en la edición digital de Medicina Clínica, ha concluido que el deterioro cognitivo es común entre personas con VIH, hecho que se asocia a una disminución de la calidad de vida y del control sobre la reproducción del virus, así como a un deterioro del sistema inmunitario.

El deterioro neurocognitivo asociado al VIH ha sido uno de los temas más relevantes en los últimos años de investigación. Aunque se desconoce el mecanismo exacto por el cual se desencadena dicho deterioro, se han detectado algunos factores de riesgo de padecerlo, tales como un bajo recuento de CD4, no tomar tratamiento antirretroviral o presentar comorbilidades graves (véase La Noticia del Día 14/03/2012).

Dada la ausencia de datos que permitieran establecer la prevalencia de alteraciones cognitivas en personas con VIH españolas, los investigadores diseñaron el presente estudio observacional, en el que se contó con la participación de 791 personas con VIH procedentes de toda la geografía española, captadas a través de cuatro hospitales y 10 organizaciones no gubernamentales (ONG) que trabajan en el campo de la infección por VIH.

Un 30% de los participantes eran mujeres. El rango de edad osciló entre los 18 y los 75 años (media de 43,4 años). La mayoría de las personas que tomaron parte eran de etnia blanca y habían adquirido la infección por VIH a través de relaciones heterosexuales. Alrededor de un 90% de los participantes tomaban tratamiento antirretroviral, con un alto porcentaje de adherencia al tratamiento (a partir de la información proporcionada por los propios participantes tomaban, en promedio, el 97,3% de las dosis prescritas de antirretrovirales).

Las personas que integraron el ensayo cumplimentaron un cuestionario que incluyó, además de las preguntas dirigidas a valorar el estado cognitivo, variables demográficas y clínicas tales como sexo, edad, orientación sexual, nivel de estudios, vía de transmisión del VIH, año de diagnóstico, recuento de CD4, carga viral, tratamiento antirretroviral y nivel de adherencia al tratamiento.

La presencia de posibles alteraciones cognitivas se midió a través de preguntas que permitieran que los participantes valorasen cambios en la memoria, la capacidad de concentración, de razonamiento, de planificación, de aprendizaje, la comunicación y el uso del lenguaje, entre otras áreas, y cómo dichos cambios habían alterado su vida diaria o su capacidad para trabajar.

La salud psicológica fue evaluada por medio del Cuestionario de Salud General, de 12 ítem (GHQ-12, en sus siglas en inglés), mientras que la calidad de vida se evaluó a través de preguntas adaptadas del cuestionario MOS-HIV dirigidas a valorar la calidad de vida relativa al área física, la psicológica y la emocional.

Prácticamente la mitad de los participantes manifestaron percibir alteraciones cognitivas (49,8%; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 44-54%). La concentración y la memoria fueron las áreas más frecuentemente percibidas como afectadas; algo más del 20% de las personas incluidas en el estudio también expresaron quejas relacionadas con otras áreas tales como la capacidad para razonar, la capacidad para planificar y el lenguaje. Entre quienes manifestaron percibir alteraciones cognitivas, casi tres cuartas partes (72,1%; IC95%: 67-76%) las relacionaron con un peor desempeño de las actividades de la vida cotidiana o de aquellas relacionadas con el trabajo.

La percepción de alteraciones cognitivas se relacionó significativamente con llevar más tiempo viviendo con VIH, tener historial de uso de drogas inyectables o presentar recuentos de CD4 más bajos.

En cuanto a las combinaciones de antirretrovirales, en el estudio se detectó que, con una terapia antirretroviral basada en la combinación de inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de nucleósido/nucleótido (ITIN/t) con inhibidores de la proteasa (IP), la percepción de alteraciones cognitivas era mayor que con terapias que combinaran ITIN/t con inhibidores de la transcriptasa inversa no análogos de nucleósido (ITINN) o monoterapia con IP. En el estudio no pudieron evaluarse otras combinaciones de fármacos por falta de participantes que las estuvieran tomando.

La percepción de alteraciones cognitivas por parte de los participantes, asimismo, se asocio a un mayor impacto de problemas de orden psicológico (con ligero predominio de la ansiedad sobre la depresión) y a una peor calidad de vida (tanto general como en sus dimensiones física, psicológica y social).

Estudios como el presente son herramientas útiles para poder establecer el impacto del deterioro cognitivo asociado al VIH en España, así como para identificar factores que permitan caracterizar dicho deterioro y seguir avanzando en el conocimiento relativo a cómo se desarrolla éste y qué intervenciones podrían llevarse a cabo para evitar que tenga lugar o, al menos, frenarlo o disminuir sus consecuencias.

Fuente: Elaboración propia.
Referencia: Muñoz-Moreno JA, Fuster MJ, Ferrer MJ, et al. Quejas cognitivas en personas con VIH en España: prevalencia y variables relacionadas. Med Clin [Epub ahead of print].

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