Uso de tratamiento hipolipemiante con estatinas en personas con VIH

Juanse Hernandez
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Un estudio estadounidense muestra una respuesta menor en esta población

Muchas personas con VIH que toman tratamiento antirretroviral presentan niveles elevados de lípidos -colesterol y triglicéridos- en sangre. Las elevaciones de lípidos, junto con otros factores de riesgo como la obesidad, el sedentarismo, la diabetes, la historia familiar o el fumar, se asocian con un incremento del riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular.

Existen medicamentos ampliamente utilizados, conocidos como fármacos hipolipemiantes, que reducen los niveles de lípidos y pueden contribuir en la reducción del riesgo de enfermedad cardiovascular. Sin embargo, los datos respecto a su eficacia en personas con VIH son limitados.

Según un equipo de investigadores estadounidenses, las personas con VIH tienen menos probabilidades de beneficiarse de las terapias hipolipemiantes que las personas sin VIH. Los expertos, que presentaron sus resultados en la XIV Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI), explican que la respuesta más baja podría ser un reflejo de las limitaciones en la selección de los medicamentos hipolipemiantes como consecuencia de las interacciones farmacológicas entre las opciones disponibles y los medicamentos del VIH.

Con el fin de explorar si los medicamentos hipolipemiantes disponibles consiguen en las personas con VIH respuestas similares a las de las personas sin VIH,  los autores evaluaron los datos de 6.862 personas (907 con VIH) que estaban recibiendo tratamiento para reducir el aumento de sus niveles de lípidos en el Norte de California (EE UU).

Los investigadores examinaron los factores asociados a los lípidos de los que se sabe incrementan el riesgo de enfermedad cardiovascular: elevaciones del colesterol total, elevaciones del colesterol LDL (o colesterol malo) y elevaciones de los triglicéridos.

Se diagnosticaron y trataron elevaciones del colesterol total en 907 personas con VIH y en  5.955 personas sin VIH. Las elevaciones de colesterol LDL se trataron en 695 personas con VIH y en 5.801 sin VIH. Las elevaciones de triglicéridos se diagnosticaron y trataron en 511 personas con VIH y en 4.671 sin VIH.

Aproximadamente un 40% de las personas con VIH evaluadas estaba tomando un régimen antirretroviral consistente en un inhibidor de la proteasa (IP) y dos análogos de nucleósido (ITIN). Entre un 15 y un 19% estaba tomando un régimen basado en un no análogo de nucleósido (ITINN).

Después de un año de terapia hipolipemiante, los niveles de colesterol total se redujeron en un 22,5% en personas sin VIH y en un 18,1% en personas con VIH. La diferencia entre los dos grupos fue estadísticamente significativa, lo que significa que las reducciones del colesterol total fueron más pronunciadas en personas sin VIH.

Hubo una pequeña diferencia por lo que respecta a las disminuciones del colesterol LDL: un descenso de un 21,6% en personas sin VIH y un 23,4% en personas con VIH.

En cuanto a las reducciones de triglicéridos después de un año de tratamiento hipolipemiante, se observó una disminución de un 53,5% en personas sin VIH y un 35,9% en personas con VIH, lo que supone una diferencia también estadísticamente significativa.

Según los investigadores, si se tienen en cuenta los objetivos (niveles de colesterol total, colesterol LDL y trigliceridos) que en este estudio los pacientes debían alcanzar para reducir significativamente el riesgo de enfermedad cardiovascular, los pacientes con VIH tenían menos probabilidades de conseguir los objetivos lipídicos que las personas sin VIH, para cada una de las categorías.

Específicamente, las personas con VIH con elevaciones de los niveles de colesterol total tenían un 43% menos de probabilidades de conseguir los objetivos lipídicos que las personas sin VIH. Entre las personas que tenían el colesterol LDL elevado, las personas con VIH tenían un 19% menos de probabilidades de alcanzar los objetivos que las personas sin VIH. Y por lo que respecta a las personas con niveles elevados de triglicéridos, las personas con VIH tenían un 61% menos de probabilidades de conseguir el objetivo con el uso de medicación hipolipemiante.

Los investigadores apuntan que hubo tasas similares de uso de estatinas en los grupos de personas con y sin VIH. Sin embargo, de forma significativa más personas con VIH fueron tratadas con atorvastatina y pravastatina que las personas sin VIH, las cuales tuvieron más probabilidades de recibir lovastatina y simvastatina.

Los autores del estudio fueron cautos en no sugerir que algunas estatinas son más eficaces reduciendo el colesterol que otras, pero no obstante, indican que la posibilidad de interacciones farmacológicas entre los antirretrovirales y los medicamentos hipolipemiantes limita la capacidad de las personas con VIH de probar diferentes fármacos para conseguir reducciones máximas de colesterol y triglicéridos.

Fuente: Aidmeds.com
Referencia: Silverberg M, Leyden W, Horberg M, et al., “Lipid lowering therapy responses in HIV-positive and HIV-negative dyslipidemic patients enrolled in a large integrated healthcare delivery system”, XIV Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections, Los Angeles, 2007. Abstract 814.

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