Más de un tercio de las personas con el VIH tendrían hígado graso

Francesc Martínez
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La obesidad y la diabetes serían las comorbilidades con mayor impacto a nivel hepático

Un estudio de cohorte alemán publicado en AIDS ha concluido que más de un tercio de las personas con el VIH presentan esteatosis hepática (también conocido como hígado graso). Además, un número sustancial presentarían fibrosis hepática moderada o avanzada.

La enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD por sus siglas en inglés) y la esteatohepatitis no alcohólica (NASH por sus siglas en inglés), que representa un estadio más grave de la NAFLD, podrían ser más frecuentes en los pacientes con el VIH que en la población general (véase La Noticia del Día 04/02/2019). A lo largo de los últimos años se ha ido profundizando en dicha relación entre el hígado graso y el VIH. Aunque el hígado graso suele acompañarse de obesidad, dicha relación no parece tan clara en personas con el VIH. La relación entre el hígado graso y las enfermedades cardiovasculares sí ha sido descrita en diversos estudios, incluso en ausencia de otros factores de riesgo tales como el síndrome metabólico.

En el contexto actual de la infección por el VIH –teniendo en cuenta que los antivirales de acción directa han reducido muy notablemente el impacto de la infección por el virus de la hepatitis C (VHC) –- la NAFLD está llamada a ser una de las principales –si no la principal– afección hepática en personas con el VIH durante los próximos años.

Para arrojar más luz a este asunto, investigadores del Centro Médico Universitario de Mainz (Alemania) realizaron pruebas no invasivas de elastografía transitoria (FibroScan®) para detectar la presencia de esteatosis hepática y/o fibrosis en 282 personas con el VIH integrantes de una cohorte de investigación metabólica.

Los investigadores midieron el parámetro de atenuación (obtenido a través de la elastografía, indicador de esteatosis), la rigidez hepática (obtenida a través de la elastografía, indicadora de fibrosis) y las mediciones sanguíneas de las enzimas hepáticas ALT (alanina aminotransferasa) y AST (aspartato aminotransferasa). Con todo ello calcularon la puntuación FAST, que integra todos dichos parámetros.

La mayoría de los participantes (el 70%) eran hombres. La mediana de la edad era de 51 años. La mediana del recuento de CD4 era de 723 células/mm3, aunque solo el 60% de los participantes tenía carga viral indetectable. El 3% de los participantes tenía infección activa por el VHC y el 2% por el virus de la hepatitis B (VHB). Un tercio de los participantes tenía sobrepeso, el 16% obesidad, el 10% diabetes y el 30% hipertensión arterial. Algo menos de un 10% de los participantes reportaron consumo elevado de alcohol.

El 36% de los participantes presentaban esteatosis hepática. El 75% de dichas personas con esteatosis cumplían, además, con los criterios diagnósticos de NAFLD. Alrededor de un 5% del total de participantes presentaban enfermedad hepática por consumo de alcohol, aunque dicho porcentaje podría ser superior dada la falta de datos de consumo de alcohol en algunos participantes.

El 7% de los participantes presentaba fibrosis hepática moderada, avanzada o cirrosis hepática (estadio F2 o superior según la escala Metavir). Respecto a la puntuación FAST, el 12% de los participantes presentaban valores compatibles con niveles sustanciales de esteatosis y fibrosis.

Un 10% de los participantes obtuvieron puntuaciones compatibles con NASH y dos participantes adicionales presentaban esteatohepatitis de origen alcohólico.

El 38% de los participantes con NAFLD presentaban síndrome metabólico y sus factores de riesgo asociados: mayor índice de masa corporal (IMC), mayor circunferencia de la cintura y mayores niveles de obesidad.

Las personas con fibrosis moderada, avanzada o cirrosis eran mayores y llevaban más años viviendo con el VIH. Sin embargo, otros parámetros tales como la carga viral o los recuentos efavirenz de CD4 no diferían significativamente.

Un mayor porcentaje de personas con NAFLD tomaban tenofovir alafenamida (TAF, en Descovy®, Bikarvy® y otras coformulaciones) en vez de tenofovir disoproxilo fumarato (TDF, especialidad farmacéutica genérica [EFG], Viread®, en Truvada® y otras coformulaciones), pero los investigadores indicaron que podría estar teniendo lugar un sesgo de prescripción de fármacos –ya que las personas con factores de riesgo metabólicos tienen una mayor probabilidad de tener problemas óseos o renales que contraindican el uso de TDF-.

En el análisis multivariable el único factor de riesgo independiente significativamente asociado a esteatosis hepática fue la circunferencia de la cintura y la diabetes fue el único factor independiente significativamente asociado a fibrosis hepática moderada, avanzada o cirrosis.

Los resultados del presente estudio apuntan a la importancia del hígado graso en el contexto de la infección por el VIH. Dado el envejecimiento progresivo de la población seropositiva, se estima que el porcentaje de personas con hígado graso va a ir en aumento. Dado que la circunferencia de la cintura ha sido el principal factor de riesgo detectado, cabe esperar que intervenciones tales como la dieta y el ejercicio físico sean de ayuda para contener el avance de la esteatosis hepática y deberían ser tenidos en cuenta en los programas de control de esta condición médica en el contexto del seguimiento de la infección por el VIH.

Fuente:POZ / Elaboración propia (gTt-VIH).

Referencia:Michel M, Labenz C, Wahl A, et al. Prevalence and risk factors of nonalcoholic steatohepatitis with significant fibrosis in people with HIV. AIDS. 2022;36(12):1665-1674. doi:10.1097/QAD.0000000000003312

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