¿El uso de etravirina reduce la incidencia de efectos adversos sobre el sistema nervioso central asociados a efavirenz?

Francesc Martínez
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Dos estudios publicados en AIDS ofrecen resultados contradictorios

El cambio de efavirenz (Sustiva®, también en Atripla®) por etravirina (Intelence®) ha sido evaluado por dos estudios publicados en la edición online de AIDS, que, curiosamente, han arrojado resultados contradictorios respecto a las esperadas mejoras en la incidencia de acontecimientos adversos sobre el sistema nervioso central (SNC) que etravirina debería proporcionar.

El primero de los estudios, de distribución aleatoria y a doble ciego, contó con la participación de 38 hombres con carga viral indetectable pero que padecían efectos adversos a nivel del SNC tras más de 12 semanas de tratamiento con efavirenz. Los participantes fueron repartidos en dos grupos: el grupo de cambio retardado, cuyos integrantes recibieron efavirenz, placebo y dos inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de nucleósido (ITIN), y el grupo de cambio inmediato, en el que los voluntarios tomaron etravirina, placebo y dos ITIN. Al cabo de 12 semanas, todos los participantes pasaron a recibir dos análogos de nucleósido y etravirina, siendo esta parte del estudio abierta.

El recuento mediano de CD4 fue de 444 y de 498 células/mm3  en los grupos de cambio inmediato o retardado, respectivamente. Los acontecimientos adversos sobre el SNC eran similares entre ambos grupos al inicio del ensayo. Un total de 19 voluntarios del grupo de cambio inmediato y 13 del grupo de cambio retardado completaron el estudio.

En el grupo de cambio inmediato, el 90% de los pacientes presentaba efectos adversos sobre el SNC de grados 2 a 4 al comienzo del estudio, porcentaje que se redujo hasta el 60% a la semana 12 (p= 0,041). En el grupo de cambio retardado, sin embargo, los porcentajes fueron del 88,9% y del 81,3% al inicio del ensayo y a la semana 12, respectivamente (diferencia no significativa).

Al evaluar los acontecimientos adversos que afectaron al SNC tras 12 semanas de tratamiento -considerando a los participantes de ambos brazos-, las mejoras fueron significativas respecto a los efectos secundarios en general (p= 0,009), al insomnio (p= 0,016), a los sueños anómalos (p= 0,001) y al nerviosismo (p= 0,046). Todos los pacientes de ambos grupos mantuvieron una carga viral indetectable y las medianas de los niveles de CD4 tras las 24 semanas de estudio fueron de 593 y de 607 células/mm3 en los grupos con cambio inmediato o retardado, de manera respectiva.

En el segundo de los estudios, se incluyó a 58 personas que llevaban un mínimo de 3 meses tomando efavirenz sin experimentar acontecimientos adversos -la mediana de tiempo que hacia que los participantes tomaban este no análogo de nucleósido era de 3,9 años-, con un recuento mediano de CD4 de 589 células/mm3 y carga viral indetectable.

En el ensayo, los voluntarios fueron distribuidos aleatoriamente para recibir etravirina o efavirenz durante 6 semanas, después de las cuales se intercambiaron los tratamientos y fueron seguidos durante 6 semanas más -en ambos grupos, además de etravirina o efavirenz, los participantes tomaban dos ITIN que no fueron modificados en el transcurso del estudio-. Tras las 12 semanas, se preguntó a los voluntarios cuál de los dos regímenes que habían tomado preferían.

Del total de 55 voluntarios que participaron en el estudio, dieciséis prefirieron el tratamiento con efavirenz, 22 el de etravirina y 17 no se decantaron por ninguno de los dos tratamientos (diferencias no significativas).

El 71% de los participantes que comenzaron recibiendo efavirenz optó por este no análogo de nucleósido, mientras que el 94% de quienes empezaron tomando etravirina prefirió este régimen. Así, el efecto del orden en que se administró el tratamiento fue claramente significativo (p <0,0001).

La calidad del sueño y la incidencia de depresión, ansiedad o estrés no difirieron entre los dos grupos. Sin embargo, al cambiar efavirenz por etravirina, los niveles de colesterol plasmáticos disminuyeron en 29mg por cada 100mL (p <0,002).

Sobre la base de los resultados de ambos estudios, es difícil concluir si el cambio de efavirenz por etravirina proporciona beneficios en cuanto a la incidencia de efectos adversos sobre el sistema nervioso central. El hecho de que el segundo estudio se haya realizado con personas tratadas con efavirenz durante un largo periodo de tiempo -más de 3 años de mediana- sin experimentar acontecimientos adversos podría suponer un sesgo, ya que sólo se incluyó a personas que toleraban bien el fármaco, por lo que sería más difícil demostrar mejoras cuando no había perjuicio previo. No obstante, serán necesarios estudios de mayor tamaño para determinar qué mejoras en la incidencia de efectos adversos puede ofrecer etravirina respecto a efavirenz.

Fuente: Aidsmap / NATAP/Elaboración propia.

Referencias: Waters L, Fisher M, Winston A, Higgs C, Hadley W, et al. A phase IV, double-blind, multicentre, randomized, placebo-controlled, pilot study to assess the feasibility of switching individuals receiving efavirenz with continuing central nervous system adverse events to etravirine. AIDS. 2011 Jan 2; 25(1): 65-71.

Water L, et al. A phase IV, double-blind, multicentre, randomized, placebo-controlled, pilot study to assess the feasibility of switching individuals receiving efavirenz with continuing central nervous system adverse events to etravirine. AIDS, 24: online edition, DOI: 10.1097/QAD.0b013e32841685b, 2010 (click here for access to the article text).

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