El uso de cannabis reduciría la probabilidad de desarrollar resistencia a la insulina en personas con VIH y hepatitis C

Francesc Martínez
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El consumo elevado de café también tuvo un efecto beneficioso, mientras que la cirrosis hepática o el uso de estavudina incrementaron el riesgo de experimentar resistencia a la insulina

Un estudio francés publicado en la edición digital de Clinical Infectious Diseases ha concluido que el uso de cannabis en personas coinfectadas por VIH y el virus de la hepatitis C (VHC) reduciría el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina.

La resistencia a la insulina es el primer paso del desarrollo de la diabetes mellitus de tipo 2 y constituye una de las patologías que forman parte del síndrome metabólico, más predominante en personas con VIH que en la población general. Este mayor riesgo está vinculado  tanto al uso de determinados antirretrovirales como a la inflamación crónica asociada a la infección por VIH. La coinfección por VHC aún incrementa más el grado de inflamación sistémica y, por lo tanto, la probabilidad de padecer resistencia a la insulina.

El uso de cannabis es frecuente entre personas coinfectadas por VIH y VHC. El consumo de esta sustancia incrementa el apetito –lo que en ocasiones puede conllevar aumentos de peso –. Sin embargo, en algunos estudios se ha observado que podría reducir las tasas de obesidad y el riesgo de padecer resistencia a la insulina.

Para esclarecer la potencial reducción del riesgo de padecer resistencia a la insulina por consumir cannabis en personas con VIH y VHC, investigadores de la cohorte francesa ANRS CO13 HEPAVIH realizaron el seguimiento de 703 personas con VIH y VHC de la cohorte durante 60 meses.

Los participantes fueron evaluados cada 12 meses. En cada visita cumplimentaron un cuestionario relativo a la frecuencia del uso de cannabis en las cuatro semanas anteriores a la visita. Durante el seguimiento también se midieron otras variables relacionadas con el desarrollo de resistencia a la insulina.

El grado de insulinorresistencia se midió a través del modelo homeostático para la valoración de la resistencia a la insulina (HOMA-IR, en sus siglas en inglés), que calcula los niveles de esta hormona en ayunas. Así, se consideró que existía resistencia a la insulina cuando las personas presentaban valores de HOMA-IR superiores a 2,77.

El análisis univariable concluyó que el uso de cannabis –independientemente de la frecuencia de su consumo– estaba relacionado con una reducción del riesgo de desarrollar resistencia a la insulina. Otros factores identificados como protectores frente al desarrollo de insulinorresistencia fueron tomar 3 o más tazas de café al día, ser mujer (reducción del riesgo del 50% respecto a ser hombre) y –de forma inesperada– tener una carga viral detectable.

En cuanto a los factores que incrementaron el riesgo de resistencia  en el análisis univariable, la cirrosis hepática incrementó la probabilidad en un 50% y el uso del antirretroviral estavudina (Zerit®) también fue un factor relacionado con el desarrollo de resistencia a la insulina.

Al realizar un análisis multivariable, todas las asociaciones observadas en el univariable se mantuvieron a excepción de –como era de esperar– la que establecía que tener carga viral detectable reducía el riesgo de experimentar resistencia a la insulina.

En dicho análisis multivariable las personas que manifestaban el uso de cannabis tenían un riesgo de desarrollar resistencia a la insulina inferior en un 70% al de aquellas que no consumían dicha sustancia (cociente de probabilidades [CP]: 0,3; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 0,2-0,5; p <0,001).

El consumo de 3 o más tazas de café se relacionó en el análisis multivariable con una reducción de la probabilidad de desarrollar insulinorresistencia del 40% (CP: 0,6; IC95%: 0,4-1,0; p= 0,03) y el hecho de ser de mujer siguió teniendo una capacidad de reducir la probabilidad en un 50% (CP: 0,5; IC95%: 0,3-0,7; p <0,01). Por otro lado, la presencia de cirrosis hepática prácticamente duplicó la probabilidad de tener resistencia a la insulina (CP: 1,9; IC95%: 1,3-2,6; p <0,001) y el uso de estavudina la incrementó en un 60% (CP: 1,6; IC95%: 1,1-2,5; p= 0,03).

Los resultados del presente estudio muestran un prometedor efecto del uso de cannabis y el consumo de café sobre el desarrollo de la resistencia a la insulina. Ante el progresivo envejecimiento de la población con VIH (y, por tanto, el problema cada vez más prevalente de aparición de resistencia a la insulina), la adecuada descripción de factores de riesgo y de factores con efecto protector puede ser de gran ayuda para que esta población pueda realizar la autogestión de su salud.

Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt).
Referencia: Carrieri MP et al. Cannabis use and reduced risk of insulin-resistance in HIV-HCV infected patients: a longitudinal analysis (ANRS HEPAVIH CO-13). Clin Infect Dis, online edition, 2015.

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