Los anticonceptivos hormonales resultan seguros para las mujeres con VIH y pueden ofrecer beneficios para la salud

Miguel Vázquez
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Los autores del estudio afirman que sus hallazgos implican que los implantes hormonales y las inyecciones pueden incluirse dentro de los métodos anticonceptivos eficaces recomendados a las mujeres con VIH para evitar los embarazos no deseados

Las mujeres con VIH pueden utilizar los anticonceptivos hormonales de forma segura, según ha concluido un estudio publicado en la versión digital de Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes. En el análisis estadístico, se comprobó que los implantes hormonales y los anticonceptivos inyectables se relacionaron con un menor riesgo de mortalidad y el uso de los anticonceptivos inyectables retrasó la necesidad de tomar terapia antirretroviral.

Entre la población general, el uso de los anticonceptivos hormonales está relacionado con una menor mortalidad tanto materna como infantil, una reducción en el riesgo de embarazos no deseados y una mejor anatomía reproductiva en las mujeres. Por este motivo, el uso de los anticonceptivos hormonales constituye uno de los pilares de la estrategia que la organización mundial de la salud (OMS) para prevenir la transmisión del VIH de madre a hijo (PTMH). A pesar de este hecho, existen datos contradictorios respecto a la seguridad de los anticonceptivos hormonales en relación con el VIH (véanse La Noticia del Día 11/04/2013 o La Noticia del Día 07/10/2015). Tampoco está claro si los cambios hormonales relacionados con el embarazo y la lactancia tienen un impacto negativo sobre la salud de las mujeres con VIH.

En consecuencia, se diseñó un estudio prospectivo que contó con la participación de 1.656 mujeres con VIH que fueron inscritas entre 1994 y 2012 en Lusaka (Zambia). Todas las mujeres participantes en el ensayo mantenían una relación estable con un hombre que no tenía VIH y recibieron visitas de seguimiento a intervalos trimestrales.

Los autores del estudio reunieron datos sobre el uso de anticonceptivos, embarazos y lactancia. Los métodos anticonceptivos fueron divididos en hormonales (inyectables, implantes, pastillas anticonceptivas) y no hormonales (preservativos, DIU, ligadura de trompas o vasectomía).

Los criterios de valoración clínicos del estudio fueron el tiempo hasta la muerte o inicio de la terapia antirretroviral (excluyendo las tandas cortas para prevenir la trasmisión vertical). La terapia antirretroviral no empezó a estar disponible en Zambia hasta finales de 2003, por lo que el análisis referido a la terapia antirretroviral se restringió al periodo que va de noviembre de 2003 a 2012. El equipo de investigadores analizó la relación entre estos resultados y el uso los anticonceptivos hormonales, el embarazo y la lactancia, teniendo en cuenta otros posibles factores de confusión relacionados con la progresión de la infección por VIH.

Para el estudio se dispuso de un volumen de datos equivalente a 3.359 persona-años de seguimiento y se registraron 224 fallecimientos, lo que equivale a una tasa de mortalidad de 7 por cada 100 persona-años. En comparación con quienes utilizaron anticonceptivos no hormonales, las mujeres que recurrieron a implantes e inyecciones hormonales experimentaron unas tasas de mortalidad más bajas. Las mujeres que usaron anticonceptivos orales presentaron unas tasas de mortalidad similares a las que recurrieron a métodos no hormonales.

Las tasas de mortalidad fueron similares entre las mujeres embarazadas y las que no, mientras que las mujeres en fase de lactancia presentaron unas menores tasas de mortalidad en comparación con las que no estaban en dicha etapa.

Entre 2003 y 2013, un total de 290 mujeres iniciaron la terapia antirretroviral (lo que equivale a una tasa de 15 por cada 100 persona-años de seguimiento). Se observó que en comparación con las mujeres que recurrieron a los anticonceptivos no hormonales, las que utilizaron implantes hormonales y anticonceptivos orales registraron unas tasas más bajas de inicio del tratamiento. No se observó una relación significativa entre los implantes y la necesidad de iniciar terapia antirretroviral. En comparación con las mujeres no embarazadas, las que sí lo estaban presentaron un aumento no significativo en las tasas de inicio de la terapia antirretroviral, pero las mujeres en fase de lactancia experimentaron unas tasas significativamente más bajas de inicio de la terapia antirretroviral.

Otros factores relacionados con el inicio de la terapia antirretroviral fueron haberse inscrito en el estudio antes de 2007, tener una mayor edad, presentar unos niveles más elevados de alfabetización, presentar un estado más avanzado de la infección por VIH en el momento de la inscripción y tener una carga viral más elevada.

El modelo matemático, tras descartar el efecto de los posibles factores de confusión, reveló que tanto los implantes como las inyecciones hormonales anticonceptivas redujeron el riesgo de mortalidad en comparación con el uso de anticonceptivos no hormonales. No se observó ninguna relación entre el embarazo o el riesgo de mortalidad, pero la lactancia retrasó de forma significativa el tiempo hasta el fallecimiento.

Al tener en cuenta en el modelo el periodo de embarazo, se observó que los implantes, los inyectables y la lactancia fueron factores protectores de forma estadísticamente significativa frente a la mortalidad. El encontrarse en un estadio más avanzado de la infección por VIH en el momento de la inscripción en el estudio se relacionó con un mayor riesgo de mortalidad durante el periodo de seguimiento.

Se comprobó que los implantes hormonales retrasaron la necesidad de iniciar la terapia antirretroviral. No hubo una relación significativa entre el embarazo y el momento de iniciar el tratamiento del VIH. Sin embargo, sí se observó que la lactancia sí que retrasó de forma significativa el inicio de la terapia antirretroviral. Al tener en cuenta el periodo de embarazo reveló que los implantes hormonales y la lactancia resultaron factores de protección frente a la necesidad de empezar la terapia. El tener una mayor edad, el nivel educativo y el tener un estado más avanzado de la infección por VIH en el momento de inscribirse en el estudio se relacionaron con un inicio más rápido de la terapia.

A raíz de los resultados, los autores del estudio declararon que para las mujeres con VIH que deseen retrasar su maternidad, los anticonceptivos hormonales en implantes o inyectables suponen una alternativa aceptable, sin que se hayan observado efectos negativos para la salud y sí posibles efectos beneficiosos.

Fuente: Aidsmap.org/Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: Wall KM et al. Hormonal contraception, pregnancy, breastfeeding and risk of HIV disease progression among Zambian women. J Acquir immune Defic Syndr, online edition. DOI: 10.1097/QAI.0000000000000848.

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