Las células T modificadas con terapia génica podrían sobrevivir más de 10 años dentro del organismo

Francesc Martínez
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La técnica, aunque segura, no permitió controlar la infección por VIH

Un equipo de investigadores de la Universidad de Pensilvania (EE UU) ha realizado una revisión de tres ensayos en los que se examinó el uso de la terapia génica para el tratamiento de la infección por VIH. Los resultados, publicados en Science Translational Medicine, muestran que, a pesar de que estas técnicas no permitieron prescindir de la terapia antirretroviral, las células modificadas persistieron hasta más de una década después de su administración, sin conllevar efectos adversos graves.

La terapia génica es una herramienta de tratamiento con un enorme potencial, que ha logrado, incluso, en un caso excepcional y poco reproducible por la peligrosidad de la técnica empleada como es el del paciente de Berlín (véase el artículo El Paciente de Berlín, de LO+POSITIVO 50), la curación de la infección por VIH.

La técnica evaluada por los autores del presente estudio, mucho más segura que la utilizada en el paciente de Berlín (que en una de las etapas había recibido una quimioterapia intensiva), consistía en la modificación genética de linfocitos T empleando para ello un vector retroviral. Dicha modificación permitía la expresión de un antígeno en la membrana celular del linfocito capaz de reconocer una proteína de la cubierta del VIH. Una vez modificadas, las células eran inyectadas en el torrente sanguíneo de los participantes con el objeto de que reconocieran y eliminaran las células infectadas por el VIH, ya que estas expresan proteínas de la cubierta del virus en su membrana celular.

Se evaluó esta técnica en tres estudios que incluyeron a personas con VIH entre los años 1998 y 2002. La Agencia de la Alimentación y el Medicamento de EE UU (FDA, en sus siglas en inglés), organismo encargado de la aprobación y seguimiento de este tipo de ensayos, exigió a los investigadores un control estricto de la aparición de efectos adversos durante el estudio y en los 15 años posteriores a este, por sus potenciales efectos a largo plazo.

Los tres estudios llevan acumulados 500 persona-años de seguimiento y los autores señalan que la técnica se ha mostrado segura, sin ocasionar ningún efecto adverso grave.

Además, las muestras sanguíneas tomadas a lo largo de los años revelan la persistencia de las células modificadas genéticamente, detectables, todavía, diez años después de su infusión. De hecho, los modelos construidos a partir de los datos disponibles muestran que más de la mitad de las células T siguen vivas 16 años después de su administración, lo que supondría que un único tratamiento podría eliminar células infectadas durante décadas.

Los amplios datos de seguridad proporcionados por el presente estudio podrían ampliar la utilidad de la técnica a otras enfermedades de origen inmunitario tales como la artritis.

Sin embargo, la técnica no consiguió que las nuevas células fueran capaces de controlar la carga viral, por lo que serán necesarias importantes modificaciones a fin de lograr una terapia génica útil en el tratamiento contra la infección por VIH. Una posible estrategia con futuro, en la actualidad en investigación, es la terapia génica denominada de “dedo de zinc” (véase La Noticia del Día 28/03/2012), que mostró la capacidad de reducir la viremia e incrementar los niveles de CD4 sin necesidad de tomar terapia antirretroviral.

Fuente: HIVandHepatitis.

Referencia: Scholler J, Brady TL, Binder-Scholl G, et al.Decade-long safety and function of retroviral-modified chimeric antigen receptor T cells.Sci Transl Med. 2012 May 2; 4(132):132ra53.

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