GeSIDA: Retrasplante hepático en personas con VIH

Francesc Martínez
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Tener carga viral indetectable del VHC sería esencial para lograr unas buenas tasas de supervivencia a medio plazo

Un estudio presentado en el reciente Congreso Nacional de GeSIDA ha evaluado la viabilidad del retrasplante de hígado en personas con VIH en las cuales había fracasado un primer trasplante del órgano.

Los retrasplantes hepáticos en personas con VIH son una práctica frecuente en muchos países, aunque la información relativa a los resultados de estas prácticas es escasa.

Para arrojar un poco más de luz sobre este asunto e identificar posibles estrategias de mejora de la práctica clínica con relación a los retrasplantes de hígado en la población VIH positiva, un equipo internacional de investigadores realizó un análisis de los registros de ocho cohortes europeas y americanas, que incluyeron casos de retrasplantes en el periodo comprendido entre 1997 y 2012.

Un total de 37 casos de personas con VIH retrasplantadas fueron incluidas en el estudio: catorce de España, nueve de EE UU, cinco de Italia, cuatro de Alemania, dos del Reino Unido, una de Suiza, una de Portugal y una de Argentina.

La mediana de la edad de las personas incluidas era de 47 años y su sexo era mayoritariamente masculino (92%). Las vías de transmisión más probables del VIH fueron el uso de drogas inyectables (51% de los casos) y el sexo (33%). Aunque el periodo abarcado por el estudio fue mayor, el 70% de los retrasplantes tuvieron lugar entre los años 2007 y 2011.

El 76% de los participantes tenían infección por VHC, el 13% por el virus de la hepatitis B (VHB) y el 11% restante tenían infección por VIH, VHB y VHC. Antes del primer trasplante, el 38% de las personas presentaban cáncer de hígado.
Entre las personas con VHC, el 75% tenían genotipos 1 o 4 (con peor respuesta al tratamiento anti-VHC disponible en la actualidad), el 16% genotipos 2 o 3 y el 9% restante mostraban otros genotipos o genotipo desconocido.

Antes de ser retrasplantadas, las personas incluidas en el estudio se encontraban en su mayoría bajo tratamiento antirretroviral (el 92%) y tenían una mediana del recuento de CD4 de 246 células/mm3. El 76% tenían carga viral del VIH indetectable.

Tras una mediana de seguimiento de 32 meses tras el trasplante, el 51% de los pacientes fallecieron. De forma global, la supervivencia fue del 62% al cabo de un año, del 56% a los tres años y del 49% a los cinco.

Al comparar la supervivencia a tres años entre las personas con retrasplante precoz (menos de 30 días después del primer trasplante), con el del resto de personas incluidas, dicha supervivencia fue inferior en los pacientes con retrasplante precoz (42 y 72%, de forma respectiva, aunque los grupos comparados eran tan pequeños que la diferencia no alcanzó valores significativos).

El único factor de los evaluados que se asoció significativamente a una menor tasa de supervivencia a los tres años del retrasplante fue tener una viremia detectable del VHC en el momento de dicho trasplante. Así, mientras que en personas con carga viral indetectable del VHC al retrasplantar (incluidas aquellas monoinfectadas por VHB) la supervivencia a tres años era del 80%, en aquellas con viremia detectable del VHC era del 41% (p= 0,044). De hecho, la principal causa de muerte detectada por el estudio (asociada al 32% de los casos) fue la recurrencia del virus de la hepatitis C.

Los resultados del presente estudio muestran que el retrasplante hepático, a pesar de estar asociado, por la gravedad de la situación de quienes deben someterse a él, a una mortalidad elevada, es una opción perfectamente seleccionable en personas con VIH.

La importancia de llegar al retrasplante con carga viral del VHC indetectable, observada en el análisis, pone de manifiesto la necesidad del acceso a los nuevos tratamientos anti-VHC (más eficaces y tolerables) por parte de las personas que van a recibir un trasplante hepático. En esta línea, la agilización de los trámites del acceso al recientemente aprobado por la Unión Europea uso compasivo de la combinación de sofosbuvir y daclatasvir (véase La Noticia del Día 04/12/2013) puede desempeñar un papel muy relevante en la supervivencia de las personas con VHC y VIH que vayan a recibir un trasplante o retrasplante de hígado.

Fuente: Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: Miró JM, Agüero F, Stock P, et al. Liver retrasplantation in HIV-infected patients: a multicenter and multinational cohorte study. V Congreso Nacional de GeSIDA, Abstract P0-31.

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