Riesgo elevado de adquirir infecciones de transmisión sexual entre usuarios de profilaxis preexposición

Francesc Martínez
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Parece imprescindible proporcionar información y consejo asistido en el momento de la prescripción de dicha estrategia preventiva

Desde el año 2011, se ha observado un aumento notable de las tasas de gonorrea, sífilis y clamidia entre la población de hombres que practican sexo con hombres (HSH), especialmente entre aquellos que tienen el VIH o los hombres seronegativos que toman profilaxis preexposición (PrEP) para evitar la infección. Estas son las conclusiones principales de un estudio estadounidense presentado en la conferencia IDWeek, celebrada recientemente en Nueva Orleans (EE UU).

Diversos estudios realizados con hombres gais o bisexuales hallaron que la PrEP con tenofovir-TDF y emtricitabina (Truvada®) podría reducir en más de un 90% el riesgo de adquirir la infección por el VIH cuando se usaba de forma consistente. Una preocupación habitual relacionada con el uso de esta estrategia preventiva es si podría conllevar un menor uso de condones y, por tanto, incrementar el riesgo de padecer otras infecciones de transmisión sexual (ITS). Este aspecto no se observó en los ensayos clínicos que permitieron la aprobación de Truvada® como PrEP, pero sí ha sido detectado en entornos reales (véase La Noticia del Día 09/09/2015).

Para arrojar un poco más de luz a este asunto, los autores del presente estudio llevaron a cabo un análisis de los registros médicos de personas atendidas en clínicas de una mutua médica (Fenway Health) especializada en la atención de ITS en HSH, con el objeto de establecer las tendencias relativas a la adquisición de ITS y, especialmente, para constatar el posible impacto del uso de la PrEP en este aspecto.

Entre 2005 y 2015 en las clínicas de la mutua se visitaron un total de 19.238 hombres, que fueron incluidos en el presente estudio. Tres cuartas partes eran de etnia blanca, el 6% de etnia negra y el 10% eran latinoamericanos. El 43% se identificaba como gay y el 3% como bisexual, pero de más del 50% de los atendidos no se disponía de datos sobre la orientación sexual.

El 62% de los participantes contaba con un seguro privado; el 5% estaban asegurados por Medicaid (seguro para personas con bajos recursos económicos) o Medicare (seguro para personas mayores) y el 8% no contaban con seguro médico.

El 15% de los participantes tenían VIH. Mientras que la incidencia de nuevas infecciones por el VIH disminuyó en el área geográfica de la clínica (el estado de Massachusetts) durante el período evaluado, entre los hombres atendidos en Fenway Health aumentó. De hecho, mientras que en 2004 el 6% de los diagnósticos del estado fueron llevados a cabo en dicha mutua, este porcentaje había aumentado hasta el 14% en 2013.

Entre 2004 y 2014, la mediana del recuento de CD4 al inicio del tratamiento antirretroviral aumentó (de 238 a 464 células/mm3), del mismo modo que el porcentaje de personas que iniciaron el tratamiento antirretroviral dentro del primer año tras el diagnóstico (que pasó del 68 al 97%) o el porcentaje de personas con VIH con supresión virológica (que aumentó del 57 al 86%).

Entre los participantes sin VIH, el aumento del uso de la PrEP durante el período evaluado fue muy rápido (de cinco personas en 2011 a 960 en 2015). De hecho, en 2015, el 14% de todos los hombres atendidos recibieron la prescripción de PrEP.

Entre 2005 y 2015 el 18% de los participantes atendidos recibieron el diagnóstico de, al menos, una ITS bacteriana (el 7% de gonorrea, el 7% de sífilis y el 9% de clamidia). La práctica totalidad de los casos tuvo lugar en HSH.

En 2015, el 14% de los hombres conel  VIH y el 25% de aquellos sin el virus que tomaban PrEP presentaron, al menos, una ITS. De dicho dato tampoco puede establecerse una inferencia de causalidad, ya que el porcentaje de ITS en hombres sin VIH que no tomaban PrEP también era elevado.

Las tasas de las tres ITS antes descritas aumentaron durante el seguimiento. Así, la incidencia de sífilis aumentó de forma continuada, aunque se aceleró a partir de 2011. Por su parte, las tasas de gonorrea, estables hasta 2011, aumentaron notablemente a partir de ese año. La incidencia de clamidia pasó de residual a un aumento destacado a partir de 2011. Tomadas en conjunto, dichas 3 ITS pasaron de suponer 162 casos en 2005 a 1.329 en 2015.

Al realizar un análisis multivariable, se constató que tener el VIH (cociente de riesgos instantáneos [HR, en sus siglas en inglés]: 2,66) y usar PrEP (HR: 3,43) fueron dos factores asociados de forma significativa e independiente con una mayor probabilidad de recibir un diagnóstico de ITS.

Otros factores asociados a la adquisición de ITS –aunque no de forma tan notable- fueron ser afroamericano o con ancestros de diversidad étnica; ser atendido en Medicaid y no tener seguro médico o no tenerlo de manera estable.

Los resultados del presente estudio apuntan hacia cierta compensación de riesgos asociada al uso de la PrEP. La consistencia de los resultados es elevada, puesto que se trata de un estudio realizado en un entorno real, con un alto número de participantes y con un perfil habitual entre quienes pueden ser considerados candidatos a recibir PrEP.

Por ello, parece importante que la prescripción de la PrEP vaya acompañada de información y consejo asistido encaminado a conseguir reducir el riesgo de la adquisición de ITS mientras se utiliza dicha estrategia preventiva.

Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt-VIH).

Referencia: Mayer K et al. (Krakower D presenting) HIV Infection and PrEP use are independently associated with increasing diagnoses of bacterial sexually transmitted infections (BSTI) in men accessing care at a Boston community health center (CHC): 2005-2015. IDWeek, New Orleans, abstract 2379, 2016.

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