La infección por el VIH se asociaría a un mayor riesgo de padecer alteraciones en el electrocardiograma

Francesc Martínez
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Dicho riesgo sería más elevado en personas con carga viral detectable y vendría condicionado por el sexo y la etnia

Un estudio publicado en Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes ha hallado una amplia prevalencia de resultados anómalos en pruebas electrocardiográficas en personas con el VIH, especialmente en aquellas con carga viral detectable.

En los últimos años diversos estudios han evaluado el riesgo cardiovascular en personas con el VIH. Dos de dichos estudios apuntaron que las características de los problemas cardiovasculares serían diferentes a las observadas en la población general y las escalas utilizadas rutinariamente para la valoración del riesgo serían poco útiles (véase La Noticia del Día 03/03/2021).

Para arrojar luz a este asunto se puso en marcha el estudio REPRIEVE (siglas inglesas de Ensayo Aleatorio para la Prevención de Eventos Vasculares en el VIH), de distribución aleatoria, a gran escala y que lleva varios años realizándose debería aclarar la relación entre el VIH y las enfermedades cardiovasculares. El estudio, todavía en marcha, incluye una cohorte amplia y diversa de 7.720 participantes procedentes de numerosas unidades de VIH de los 5 continentes que proporcionan datos esenciales de estudios clínicos sobre la conexión entre el VIH y las enfermedades cardiovasculares.

A pesar de que el estudio está lejos de finalizar, son varios ya los subestudios que han partido de datos de REPRIEVE para analizar diversos aspectos. Uno de ellos es el presente, que se basó en los datos del electrocardiograma que los participantes realizaron en el momento de entrar en REPRIEVE y que ha permitido un análisis transversal sobre la prevalencia de resultados anómalos electrocardiográficos en personas con el VIH.

La mediana de la edad de los participantes era de 50 años. El 69% de la cohorte eran hombres. El 46% de las personas incluidas eran de etnia negra, el 35% eran de etnia blanca, el 18% eran de etnia latinoamericana y el 15% eran de etnia asiática. Más de la mitad de los participantes vivían en países de ingresos altos. La mitad de los participantes eran fumadores y el 56% tenían sobrepeso u obesidad.

Los participantes llevaban en tratamiento antirretroviral un promedio de una década. El 97% tenían una carga viral inferior a 400 copias/mL y el 87% tenía una carga viral indetectable. La mediana del recuento de CD4 era de 620 células/mm3.

Una cuarta parte de los participantes tomaban un tratamiento antirretroviral que incluía un inhibidor de la integrasa, el 47% de ellos tomaban un inhibidor de la transcriptasa inversa no análogo de nucleósido, el 19% tomaban un inhibidor de la proteasa y solo el 3% tomaban tratamientos sin inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de nucleósido o nucleótido (ITIN/ITINt).

El 21% tenían historial de uso –presente o pasado– de abacavir (especialidad farmacéutica genérica [EFG], Ziagen®, en Kivexa® y Triumeq®), un fármaco asociado a un mayor riesgo cardiovascular y el 47% tenían historial de uso de inhibidores de la proteasa, también asociados a un aumento de riesgo cardiovascular. El 85% de los participantes tenían historial de uso de tenofovir disoproxilo fumarato (EFG, Viread®, en Truvada®).

El 44% de los participantes presentaban resultados electrocardiográficos anómalos, un porcentaje 3 veces superior al observado en la población general de edad similar. En el 12% de los casos la anomalía era la repolarización precoz, en el 8% de los casos una prolongación del intervalo QT, en el 7% de ellos se observaban anormalidades de la onda ST-T, en el 6% de los casos se trataba de anormalidades en el intervalo PR y en el 4% de ellos se observaba un ritmo sinusal anómalo. Solo el 1% de los participantes presentaba anomalías compatibles con una isquemia o infarto de miocardio pasados. El 8% de los participantes presentaban hipertrofia cardíaca.

La presencia de anomalías electrocardiográficas y otras patologías cardíacas se vio favorecida por diversos factores. Así, todos los episodios isquémicos se observaron en hombres; quienes además presentaron mayores tasas de repolarización precoz (18% respecto a 1% en mujeres), prolongación del intervalo QT (9% respecto a 6% en mujeres) y bloqueo de rama (4% respecto a 2% en mujeres). Las mujeres, por su parte, presentaron un mayor riesgo de padecer anomalías en el intervalo ST-T (11% respecto a 5% en hombres) e hipertrofia cardíaca (9% respecto a 8% en hombres).

Las personas de etnia negra –respecto a aquellas de etnia blanca o asiática– presentaron una mayor probabilidad de padecer hipertrofia cardíaca (13% respecto a 4% y 7% en personas de etnia blanca y asiática, respectivamente) y anomalías en el intervalo PR (8% respecto a 5% y 6% en personas de etnia blanca y asiática, respectivamente).

Las personas de etnia asiática, por su parte –respecto a las de etnia negra o blanca– presentaron una mayor probabilidad de experimentar repolarización precoz (16% respecto a 11% y 12% en personas de etnia negra y blanca, respectivamente) y prolongación del intervalo QT (12% respecto a 8% y 7% en personas de etnia negra y blanca, respectivamente)

Otro aspecto destacado fue que las personas con carga viral más elevada presentaron un mayor riesgo de experimentar la prolongación del intervalo QT. Los investigadores también hallaron que los problemas de repolarización fueron ligeramente menos frecuentes en personas que no tomaban ITIN/ITINt, mientras que la hipertrofia cardíaca era algo más frecuente entre quienes tomaban ITIN/ITINt. Mientras que el 21% de los participantes tomaban abacavir, el porcentaje de personas con anomalías electrocardiográficas que tomaba abacavir era del 29%, lo que podría estar apuntando a cierto impacto del fármaco a este nivel.

El significado de los presentes hallazgos es poco claro, pero el hecho de que REPRIEVE continúe permitirá dilucidar el significado a largo plazo de las anomalías electrocardiográficas detectadas. Asimismo, el presente estudio también puede servir de punto de partida para nuevas investigaciones dirigidas de forma específica a valorar la salud cardíaca de las personas con el VIH.

Fuente: POZ / Elaboración propia (gTt).

Referencia:Bloomfield GS, Weir IR, Ribaudo HJ, et al. Prevalence and Correlates of Electrocardiographic Abnormalities in Adults With HIV: Insights From the Randomized Trial to Prevent Vascular Events in HIV (REPRIEVE). J Acquir Immune Defic Syndr. 2022;89(3):349-359. doi:10.1097/QAI.0000000000002877

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