Factores biológicos podrían explicar el aumento del riesgo de VIH observado con el uso de anticonceptivos hormonales

Miguel Vázquez
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Los cambios en la flora del tracto genital vaginal podrían aumentar la vulnerabilidad de las mujeres frente a la infección cuando toman dichos anticonceptivos

El tratamiento hormonal puede producir alteraciones en el tracto genital femenino, haciendo que sea más probable que se produzcan infecciones bacterianas o virales. Por otro lado, los cambios en la flora y fauna vaginal también pueden contribuir a la asociación observada en algunos estudios entre el uso de anticonceptivos hormonales como Dep-Provera y la susceptibilidad a la infección por VIH. Todos estos hallazgos proceden de un estudio publicado en la revista digital mBio.

En los últimos años, diversos estudios han sugerido que el uso del anticonceptivo inyectable comercializado como Depo-Provera (DMPA) está relacionado con un mayor riesgo de infección por VIH. No obstante, también hay que indicar que otros estudios han arrojado resultados contradictorios respecto a si DMPA aumentaba o no el riesgo de infección por VIH, sin que hubiera una explicación biológica para estas discrepancias (véase La Noticia del Día 11/04/2013). El hallazgo recientemente publicado ofrece una explicación a la falta de concordancia en dichos estudios, que parece encontrarse en la población microbiana del tracto reproductivo.

En el estudio se analizaron muestras de frotis del cuello de útero, así como datos procedentes de 823 mujeres de entre 18 y 35 años, sin VIH, que estaban inscritas en clínicas de planificación familiar de Uganda y Zimbabue. Aproximadamente 200 de estas mujeres adquirieron el VIH.

Las participantes fueron divididas en tres grupos, las que utilizaron DMPA, las que utilizaron anticonceptivos orales basados en estrógeno-progesterona y las que no emplearon anticonceptivos hormonales. En cada uno de estos grupos, se compararon los resultados de las mujeres con un entorno vaginal sano (con una predominancia de lactobacilos y libres de vaginosis bacteriana) y los de aquellas que presentaban alteraciones en la población microbiana vaginal o una infección debida a bacterias, hongos o parásitos.

El equipo de investigadores pasó a comprobar si el hecho de tomar anticonceptivos orales o DMPA entrañaba algún riesgo de cambios inmunitarios que pudieran aumentar la vulnerabilidad al VIH. Se comprobó que el uso de DMPA se relacionó con un aumento de estos cambios inmunitarios y que la presencia de determinadas infecciones vaginales aumentó aún más dicho riesgo. Además, las mujeres que tenían determinadas infecciones vaginales o presentaban alteraciones en la microflora del tracto genital y tomaban anticonceptivos orales también experimentaron un mayor riesgo de tener este perfil inmunitario desfavorable.

Por ejemplo, las mujeres que tomaban DMPA y tenían herpes fueron más propensas a tener unos niveles más elevados de proteínas que atraen a las células diana del VIH. Este tipo de respuesta inflamatoria está relacionada con un mayor riesgo de infección, transmisión o progresión del VIH. También se observó esto en las mujeres que tenían herpes o una fauna vaginal alterada y tomaban anticonceptivos orales con levonorgestrel.

El equipo de investigación también descubrió que las infecciones concurrentes o las alteraciones de la fauna vaginal también pueden aumentar la supresión del sistema inmunitario debido a DMPA, aumentando así la vulnerabilidad frente al VIH. Por ejemplo, DMPA pareció suprimir las respuestas inmunitarias a Trichomonas vaginalis, un parásito muy extendido que aumenta el riesgo de infección por VIH (véase Actualización en Tratamientos 12/02/2007).

Según los autores del estudio, “tanto hombres como mujeres deberían ser conscientes de estos hallazgos, ya que ambos miembros de la pareja están en riesgo y tienen que prevenir y tratar las infecciones”. Los estudios de nuevos métodos anticonceptivos deberían evaluar su impacto sobre el entorno microbiano de la vagina, así como su interacción con otras alteraciones microbianas preexistentes para debilitar la barrera de la mucosa frente al VIH y otras infecciones de transmisión sexual. La esperanza es evitar los efectos secundarios no deseados de los anticonceptivos hormonales disponibles y mejorar y salvar millones de vidas desarrollando nuevas herramientas y enfoques asequibles para restaurar y mantener la salud del entorno vaginal microbiano en mujeres en edad reproductiva.

Este hallazgo podría ayudar a que muchas mujeres puedan tomar una decisión más informada sobre el control de natalidad, especialmente en aquellas zonas donde el VIH afecta de forma desproporcionada a las mujeres y no existen demasiadas opciones anticonceptivas disponibles.

Fuente: HIVandHepatitis.com/Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: Fichorova RN, Chen PL, Morrison CS, Mauck C, et al. The Contribution of Cervicovaginal Infections to the Immunomodulatory Effects of Hormonal Contraception. mBio 6(5):e00221-15. September 1, 2015.

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