Cuando los problemas crecen

Juanse Hernández
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Los expertos llaman la atención ante la elevada incidencia de cáncer en personas con VIH en la semana en la que se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer

Según los resultados de un informe publicado en la edición del 20 de febrero de la revista AIDS, las personas con VIH continúan experimentado en la actualidad tasas más elevadas de cáncer tanto de los que se asocian a sida como de los que no se relacionan con esta enfermedad. Además, según los autores de este informe, el incremento de la supervivencia de las personas con VIH no explica por sí solo el aumento observado en las tasas de cáncer no asociado a sida por lo que se necesita más investigación que evalúe las causas que subyacen y cuáles son los tratamientos oncológicos más apropiados para estos pacientes.

En los últimos años se ha podido constatar un cambio en el patrón de aparición de casos de cáncer en personas seropositivas: mientras la incidencia de cánceres asociados a sida –como el linfoma primario del sistema nervioso central, el linfoma no de Hodgkin, el sarcoma de Kaposi y el cáncer cervical– ha ido disminuyendo en más de un 70% gracias a la eficacia de la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA), la de otros tipos de cáncer no lo ha hecho.

En realidad, el cáncer es una enfermedad cuya incidencia aumenta conforme las personas envejecen, por lo que puede considerarse una patología relacionada, en cierto modo, con el envejecimiento. El aumento de la esperanza de vida de las personas con VIH ha conllevado, como era de esperar, un incremento en la aparición de casos de cáncer. Sin embargo, lo sorprendente ha sido que la incidencia de cánceres no asociados a sida es muy superior a la observada en la población general (vease La Noticia del Día 09/03/12) .

Los expertos del Centro Médico de la Universidad Rush en Chicago (EE UU) opinan que si bien la esperanza de vida de una persona con VIH diagnosticada de forma precoz se aproxima, en la actualidad, a la de la población general, la morbimortalidad asociada con algunos tipos de cáncer no asociados a sida como el de pulmón, hígado, ano y melanoma cutáneo es significativa y va en aumento.

Sobre el cáncer anal, que está causado por las mismas cepas del virus del papiloma humano que provoca el cáncer de cuello de útero en mujeres, algunos expertos consideran que debería ser clasificado como cáncer asociado a sida. La enfermedad hepática, provocada por lo general por la infección por el virus de la hepatitis B (VHB) y/o hepatitis C (VHC), se ha convertido en una causa cada vez mayor de morbilidad y mortalidad entre las personas con VIH en la era de la TARGA y dichas infecciones pueden provocar, asimismo, cáncer de hígado.

Aunque, como se ha dicho anteriormente, el aumento de la supervivencia (gracias al uso del tratamiento antirretroviral) es uno de los principales factores de riesgo de cáncer no asociado a sida, los investigadores consideran que la edad y el estado del sistema inmunitario resultan insuficientes para explicar del todo las tendencias observadas en el riesgo de cáncer. Por ejemplo, el riesgo de algunos tipos de cáncer es más elevado en personas con VIH incluso cuando sus recuentos de células T CD4 se mantienen elevados. Además, los pacientes con VIH también pueden presentar enfermedad más agresiva y avanzada en el momento del diagnóstico de cáncer.

El incremento del riesgo observado de cáncer no asociado a sida en personas con VIH (en comparación con la población general) oscila entre un 2 y un 35%
. Los factores de riesgo más importantes de cáncer no asociado a sida son edad avanzada y duración de la infección por VIH. El efecto del recuento de células T CD4 es menos claro y varia entre los diferentes tipos de neoplasias. Por otro lado, también desempeñan un papel importante los factores de riesgo tradicionales tales como el tabaquismo, cuya elevada prevalencia en la población con VIH ha sido evidenciada por numerosos estudios. Con todo, se ha observado que, incluso tras ajustar los datos por tabaquismo, en pacientes con VIH se observa una tasa más elevada de cáncer de pulmón que en la población general.

El tratamiento antirretroviral se ha asociado con una disminución de la incidencia del cáncer como consecuencia de la recuperación de la función del sistema inmunitario, pero además podría reducir la inflamación y la hiperactivación inmunitaria asociadas a la infección crónica que pueden contribuir a una serie de afecciones relacionadas con el envejecimiento entre las que se incluyen la enfermedad cardiovascular y el cáncer.

Tanto los cánceres definidores de sida como los no relacionados con el VIH tienen un impacto muy importante entre las personas con VIH: los autores de este informe calculan que aproximadamente un 30% de los pacientes morirán como consecuencia de algún tipo de cáncer. Sólo en EE UU, por ejemplo, se diagnostican cada año más de 4.000 nuevos casos de cáncer en personas con VIH.

La detección y el tratamiento precoz podrían mejorar las tasas de supervivencia de cáncer. Por este motivo resulta crucial implementar en la atención de los pacientes con VIH protocolos de cribado y programas de prevención dirigidos, sobre todo, a aquellos pacientes con VIH inmunodeprimidos, aquellos con coinfecciones relevantes que pueden provocar tumores (como los virus hepáticos o el VPH), o aquellos que presentan factores de riesgo conductuales (como el tabaquismo). De hecho, los autores del informe apuntan que los actuales datos epidemiológicos y etiológicos sugieren que los pacientes con VIH deberían estar bajo una mayor vigilancia no sólo de cánceres definidores de sida sino también de cánceres no relacionados con el VIH incluso años antes que la población general.

En las conclusiones del informe, los autores señalan: “La escasez de ciencia básica, traslacional e investigación clínica que permita una mayor comprensión de las causas y del tratamiento óptimo del cáncer en personas con VIH plantea la necesidad de una mayor inversión de tiempo, esfuerzo y recursos en estos campos”.

Por ello, resulta fundamental inscribir a pacientes con VIH en los ensayos clínicos sobre cáncer “ya que sin los protocolos de investigación estructurados, las preguntas sobre el tratamiento, la farmacología, las causas y el cribado serán más difíciles de responder.” De hecho, este es un aspecto fundamental dado que los médicos encargados de tratar los casos de cáncer en personas con VIH deben enfrentarse con frecuencia a una difícil disyuntiva: utilizar nuevos antitumorales, con el consiguiente riesgo de que se produzcan interacciones con antirretrovirales o acontecimientos adversos -dado que no han sido evaluados en personas seropositivas-, o bien usar otros fármacos más conocidos pero también menos efectivos.

Fuente: Hivandhepatitis / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: Rubenstein PG, Aboulafia DM and Zloza A. Malignancies in HIV/AIDS: from epidemiology to therapeutic challenges. AIDS 28(4):453-465. February 20, 2014.

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